Ladaj apuesta a la sostenibilidad

El turismo se suma a la presión sobre los recursos naturales en Leh. Crédito: Athar Parvaiz/IPS.

El Ladaj de hoy es totalmente diferente del que recuerda Skarma Namgiyal. En su infancia daba por sentados la impactante belleza de su paisaje, la pureza del frío aire de la montaña y lo dulce de sus aguas.

Actualmente, a sus 47 años, este habitante de la aldea de Tukcha, en el distrito de Leh, en el norte de Cachemira, no puede creer que se deban cavar pozos para obtener agua. Y menos que la necesiten para llenar las cisternas de sus inodoros en vez de usar los retretes secos a los que se habían acostumbrado, además de tener que hacer frente a los residuos líquidos que fluyen directo hasta sus casas.

El cambio climático, el auge del turismo y las prácticas modernas están sembrando el caos en este desierto frío y elevado ubicado en el estado indio de Jammu y Cachemira.

La elevación promedio en Ladaj es de 3,4 kilómetros sobre el nivel del mar, y las temperaturas oscilan entre 35 grados bajo cero en invierno y 35 grados en verano. Las lluvias anuales en la región rondan los 100 milímetros.

Antes, el agua derivada del derretimiento de los glaciares alcanzaba para satisfacer las necesidades de la población local, dijo Namgiyal a IPS. Pero al caer menos nieve y con veranos más cálidos, algunos de los glaciares han desaparecido, mientras que otros están por correr la misma suerte.

“Mire a Jardongla. Era un glaciar enorme. Ahora ya no está más”, dijo Tsering Kushu, vecino de Namgiyal.

La oficina india de GERES, una organización ambientalista con sede central en Francia, hizo en 2009 un relevamiento de Ladaj, en base a un análisis de datos meteorológicos de 1973 a 2008 y a entrevistas con aldeanos mayores.

Sus resultados mostraron una retirada de los glaciares en todo Ladaj, principalmente Jardongla y Stok Kangri, el primero ubicado al norte de Leh y el segundo al sudoccidente.

“Un análisis de tendencias señaló claramente un aumento de casi un grado para todos los meses de invierno”, según la investigación.

“Las nevadas y las lluvias también mostraron una tendencia decreciente en el período estudiado”, dijo Tundup Angmo, bajo cuya guía se llevó a cabo el relevamiento, en diálogo con IPS.

[related_articles]Kushu tiene otra manera de medir hasta qué punto los veranos son más cálidos. “Ahora uno puede ver gente usando refrigeradores y ventiladores de techo en sus hogares”, explicó.

Ladaj tiene 280.000 habitantes, según el censo de 2011. Además, las llegadas de visitantes han aumentado ampliamente; cuando en 1974 el gobierno indio abrió la región al turismo, la cantidad era ínfima.

Según cifras del Departmento de Turismo del estado, a fines de agosto Leh había recibido 100.179 visitantes. “La cantidad de llegadas ha sido menor este año a causa del encarecimiento de los pasajes aéreos”, dijo Mehboob Ali, director adjunto de Turismo en la región de Ladaj, entrevistado por IPS.

Para cubrir la demanda de sus visitantes, Leh tiene 511 hoteles y posadas. “Está creciendo muy rápidamente”, dijo Lobzang Sultim, director ejecutivo de la organización no gubernamental Grupo de Desarrollo Ecológico de Ladaj (LEDeG).

Esta entidad lleva a cabo un estudio titulado “Proyecto Urbano de Salud Hídrica”, que comenzó en octubre de 2012 y terminará en marzo de 2014. Según sus conclusiones iniciales, 375 hoteles de la localidad extraen 852.000 litros de agua por día.

Sultim también dijo que casi 60 por ciento de los 20.000 hogares de Leh usan pozos para obtener agua.

“No tenemos otra opción que extraer agua de los pozos, dado que el suministro hídrico por cañería está disponible solo durante una hora en la mañana”, dijo a IPS el gerente general del Hotel Lingzi, Manav Thakur.

Todo esto está presionando los ya escasos recursos hídricos de Ladaj, y al no tener medios de recuperarlos, la capa freática decae rápidamente.

“Ya somos conscientes de que las precipitaciones en Leh son bastante nominales”, dijo Sultim. “Y con el menor derretimiento de los glaciares, la descarga de corrientes también está disminuyendo, lo que dificulta mucho el reabastecimiento de la napa freática”.

LEDeG trabaja para hallar maneras de conservar el agua y de regenerar los recursos subterráneos. “Planeamos un proyecto en el que desviaremos parte del agua superficial y le permitiremos viajar lentamente, para garantizar su filtración hacia la capa freática”, explicó Sultim.

Otra tendencia negativa que está presionando los recursos hídricos de Ladaj es el reemplazo de los tradicionales retretes secos por inodoros con cisterna. Ahora, todos los hoteles y posadas de Leh tienen estos últimos, aunque unos pocos todavía poseen de los secos. Algunos hogares también han instalado los más modernos.

Dechen Chosto, trabajadora en su hogar en Leh, no es una de ellas. Su familia está feliz usando un retrete seco. “No necesitan agua, no apesta y el compost (abono orgánico) puede usarse en nuestros predios agrícolas”, dijo a IPS.

Las letrinas secas, de hecho, se adaptan de modo ideal al clima frío de Ladaj, dijo Sultim. “Son fáciles de usar en el invierno de aquí, cuando todo se congela excepto la sangre en el cuerpo”, añadió.

“No podemos darnos el lujo de tener inodoros con cisterna”, expresó Tashi Tundup, del Departamento de Ingeniería de Salud Pública en Leh.

“Aunque estoy totalmente a favor del cambio y quiero que la población se beneficie de instalaciones modernas, soy firme partidario de continuar con los retretes secos en Leh”, dijo a IPS.

Hasta ahora Leh no sintió la necesidad de un sistema de saneamiento. Sin embargo, con la creciente cantidad de hoteles y posadas, las aguas servidas y otros desechos de estos establecimientos fluyen directo hacia los patios traseros de las casas, e incluso a la corriente de Leh, que atraviesa el pueblo.

“No solo causan problemas a las personas que viven en las partes más bajas, sino que también contaminan nuestra agua”, dijo Rigzin Dorge, habitante de Sheynam, una aldea de la zona. “Estábamos mejor con nuestros propios retretes secos”.

LEDeG urge a la población a volver a los métodos amigables con el ambiente. “Durante nuestras interacciones con extranjeros descubrimos que algunos de ellos realmente habían usado retretes secos”, dijo Sultim.

“Esto nos hizo darnos cuenta de que nuestros huéspedes respetarán nuestras tradiciones si nosotros mismos las mantenemos”, resumió.

La organización planea ahora publicar afiches y folletos para crear conciencia sobre la importancia de continuar con las prácticas tradicionales.

 

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