AMÉRICA LATINA: Pasa el tren hacia Beijing, Delhi y Moscú

América Latina y el Caribe deben volver los ojos hacia las economías de China, India y Rusia para diversificar sus exportaciones y apuntalar sus esfuerzos para disminuir el desempleo y la pobreza, asentó un examen del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), con sede en esta capital.

La región "concentra su comercio en Estados Unidos y la Unión Europea, existiendo posibilidades para tener mayor y mejor comercio con otros países de peso significativo en la economía mundial", dijo el secretario permanente del SELA, el mexicano José Rivera, en la sesión que examinó los lazos con China.

Esa conveniencia "se evidenció con el impacto de la actual crisis económica global, que ha llevado a una fuerte recesión de las economías estadounidense y europea, en tanto que en China, si bien hubo una disminución en su ritmo de crecimiento, éste se ha mantenido en un nivel cercano al 6,5 por ciento anual", agregó el funcionario.

América Latina y el Caribe no sólo concentran los mercados de destino de sus exportaciones, sino que hacia países como China, India y Rusia exportan sobre todo materias primas y manufacturas de bajo valor agregado.

"La concentración sectorial de exportaciones está negativamente asociada al crecimiento económico y a la creación de empleo", destacó Rivera a IPS.
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Una baja diversificación exportadora "implica una alta vulnerabilidad a choques sectoriales específicos, a una alta volatilidad de los ingresos de divisas, y limita el crecimiento de la productividad, porque no favorece la eficiencia en el uso de insumos ni el aprendizaje a través de la actividad exportadora", continuó.

La necesidad de un comercio diversificado en mercados de destino y con productos de mayor valor agregado posible se hace sentir todavía más "en un año como este en que la región tendrá un crecimiento negativo de dos por ciento, con impacto en el conjunto de la economía y en los esfuerzos por reducir el desempleo y la pobreza", sostuvo Rivera.

En todos los casos (Rusia, India y China), el SELA, que reúne a 27 estados de la región para la concertación y cooperación económica, se propone como foro para ahondar en los estudios, evaluar las perspectivas del intercambio con frecuencia bienal e incentivar contactos entre gobiernos y empresas de manera sostenida.

INDIA CON SED PETROLERA

Segundo país más poblado y duodécima mayor economía del mundo, India creció entre 2004 y 2008 a una tasa interanual de 8,5 por ciento, y las proyecciones del estudio considerado en las reuniones del SELA señalan que en 2009 crecerá 4,5 por ciento.

Las relaciones económicas de India con América Latina y el Caribe son incipientes. La región recibió en 2004 el 2,4 por ciento de las exportaciones indias y suministró sólo 1,8 por ciento de sus importaciones, avanzando hasta 3,2 y 2,1 por ciento en 2008.

El intercambio comercial, que sumó unos 9.000 millones de dólares en 2008, se concentra en seis países: Brasil, México, Colombia, Argentina, Chile y Perú, y en productos primarios y manufacturas basadas en recursos naturales.

Pero el SELA llama la atención acerca de que India, receptora de 40.000 millones de dólares anuales en inversión extranjera, invierte en el exterior unos 20.000 millones de dólares, y busca abrirse campo en la región en sectores de uso intensivo de capital.

"Las perspectivas para el desarrollo futuro de las relaciones entre India, América Latina y el Caribe son extremadamente buenas, ya que son economías complementarias", dijo a corresponsales el embajador indio en Venezuela, Yashvardhan Kumar Sinha.

India "está sumamente interesada en el petróleo que abunda en países como Venezuela y Brasil y, a cambio, ofrece cooperación en sectores como el farmacéutico, ingeniería y agricultura para rubros como leche, arroz y té", señaló Kumar Sinha.

Compañías energéticas indias han firmado acuerdos para buscar crudo bajo aguas cubanas en el Golfo de México y brasileñas en el océano Atlántico, en la venezolana Faja del Orinoco, en Perú y en Colombia.

También hay inversiones indias para producir hierro en Bolivia, Brasil y Colombia, acero en Argentina y Trinidad y Tobago y magnetita en Chile. En varios países hay presencia india para vender automóviles y tractores.

RUSIA CON CARNE Y ARMAS

El comercio ruso-latinoamericano "casi se triplicó entre 2004 y 2008, al pasar de 5.800 millones de dólares a 16.000 millones, y sus economías pueden beneficiarse de la complementariedad: Rusia puede suministrar productos industriales y necesita los agropecuarios", destacó el consejero económico ruso en Caracas, Yuri Lezgintsev.

En América Latina y el Caribe se usan más de 900 aviones y helicópteros rusos, en Argentina más de un tercio de la energía eléctrica se produce con equipo ruso, en Brasil funcionan más de 20.000 máquinas rusas, en Colombia, Ecuador y Uruguay se ensamblan los vehículos de la marca Lada, y cohetes rusos han lanzado satélites de la región.

Sin embargo, en el comercio reciente predomina los productos con escaso valor agregado, y las perspectivas de mayores inversiones e intercambio demorarán al menos unos tres años, según el SELA, por los golpes financieros que han encajado las grandes empresas rusas en la crisis global.

Los mayores socios comerciales rusos en la región son Brasil, Argentina, México, Venezuela y Ecuador. Rusia es el primer proveedor de fertilizantes de Brasil, y a su vez compra al gigante sudamericano carne vacuna, de cerdo y de aves, azúcar, tabaco y café.

Argentina también compra fertilizantes y derivados de petróleo a Rusia, y le vende carne, forraje, vino, lácteos, maní, y tiene en Rusia desde 2003 el mayor mercado para sus frutas, 284 millones de dólares en 2008, en particular peras, manzanas y membrillos.

Rusia compra en México automóviles y otros equipos, bananas a Ecuador, y a Venezuela prácticamente nada (unos 400.000 dólares en óxido de aluminio), pero en cambio desde 2005 le ha vendido armamento por valor de 4.400 millones de dólares.

Un caso particular es el de Cuba, cuyas relaciones económicas con Moscú se destruyeron al desaparecer la Unión Soviética en 1991, aunque esa isla caribeña ha adquirido desde 2005, a crédito, siete aviones rusos de pasajeros y de carga.

En 2008 el comercio bilateral totalizó unos modestos 265 millones de dólares, con compras cubanas de vehículos, repuestos para aviones y otros equipos, y ventas a Rusia de azúcar, tabaco y ron.

El SELA recomienda a sus miembros fijar su atención en equipos y tecnología rusa para generar electricidad, en la moderna y competitiva oferta de sistemas de armas rusos para modernizar las fuerzas armadas, y en las posibilidades de cooperación para el uso pacífico de la energía nuclear, investigación espacial e industria pesquera.

APETITO CHINO

El estudio del SELA recuerda que, según el Fondo Monetario Internacional, China contribuyó con más de la cuarta parte del crecimiento económico mundial en el período 2005-2009 —el doble de la contribución estadounidense— y asienta que "el apetito de China por las materias primas y los insumos básicos seguirá siendo fuerte".

El comercio mundial de China se cuadruplicó en esta década (510.000 millones de dólares en 2001 y 2.188.000 millones sólo de enero a octubre de 2008), pero con América Latina y el Caribe se multiplicó por nueve, al pasar de 14.939 millones de dólares en 2001 a 124.112 en 2008 (enero-octubre).

Desde 2003 China desplazó a Japón como mayor receptor asiático de exportaciones latinoamericanas y tiene una presencia creciente en la región con sus manufacturas, finanzas y tecnología, tanto con países con los que compite —por ejemplo desplazó a México como segundo proveedor de mercancías a Estados Unidos— o con los que es complementario.

El SELA advierte que la región debe repensar sus estrategias de inserción internacional, en busca de complementariedad con economías complejas, como India y China, y no sólo especializándose como exportadora de materias primas.

"Hay una considerable disparidad, porque mientras en China se encuentran intereses y objetivos muy definidos para sus relaciones globales y con nuestra región, nosotros hemos tenido en baja consideración nuestras relaciones con ese gigante, y el actual interés por China ha sido una actitud sobre todo reactiva", señaló Rivera.

Para aprovechar el crecimiento de China y enfrentarlo como competidor, América Latina y el Caribe deben dar dos pasos previos, según Rivera: definir la manera como desean insertarse en la economía global, y aumentar el conocimiento de sus actores políticos, empresariales y académicos acerca de ese país.

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