SEGURIDAD-MÉXICO: Gobierno pierde la calma

A medida que arrecia la violencia en México y allende fronteras se multiplican diagnósticos y advertencias sobre visitas a este país, el gobierno eleva su enojo.

La inclusión del narcotraficante mexicano Joaquín Guzmán, alias "Chapo", en la lista de multimillonarios que publicó el miércoles la revista de negocios Forbes, causó especial molestia.

Usando un dudoso método, Forbes calculó la fortuna de Guzmán, fugado en 2001 de una prisión de alta seguridad, en 1.000 millones de dólares.

Pero, a diferencia del grueso de las 790 personas de la lista, cuyas riquezas se calcularon sumando activos y acciones, la de Guzmán, jefe del cartel de Sinaloa, se cifró especulando que habría obtenido 20 por ciento de las fortunas lavadas en Estados Unidos por las mafias colombianas y mexicanas de la droga, estimadas entre 18.000 millones de dólares y 36.000 millones de dólares.

El presidente Felipe Calderón dijo este jueves ante una audiencia de empresarios "lamentar profundamente que se haya escalado una campaña que parece que es una campaña contra México".
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"Ahora hasta las revistas no sólo se dedican a atacar, a mentir, sobre la situación de México, sino a exaltar a los criminales", señaló Calderón.

El cálculo de Forbes sobre Guzmán es dudoso y ligero, "pero más allá de esto, lo que estamos observando es que el gobierno mexicano va perdiendo el equilibrio y la correcta lectura de la realidad ante la violencia reinante", dijo a IPS el profesor Rodrigo Centeno, de la Universidad Nacional Autónoma de México.

"Ahora se enoja con quienes perciben y describen la realidad, como si, negando a estos emisores, la realidad pudiese cambiar", señaló Centeno, analista de cuestiones de seguridad.

En respuesta a las afirmaciones de Calderón, el portavoz en funciones del Departamento de Estado (cancillería) de Estados Unidos, Robert Wood, aseguró que su gobierno no estaba vinculado a ninguna campaña contra México.

Washington tiene legítimas preocupaciones sobre violencia, eso "no es un secreto", añadió.

Unos 35.000 soldados y miles de policías federales están desplegados en diferentes lugares de México, especialmente en los estados fronterizos del norte, para combatir el narcotráfico.

A pesar de ese despliegue, periódicamente aparecen nuevos cadáveres con huellas de tortura, cuerpos desmembrados o cabezas humanas con mensajes amenazadores de las mafias.

En lo que va de este año, han muerto asesinadas alrededor de 1.100 personas. En 2008, medios de comunicación nacionales hicieron un recuento de más de 5.500, pero ahora el gobierno de Calderón afirma que los asesinados el año pasado fueron 6.500.

En las últimas semanas, embajadas de varios países, como Estados Unidos, Gran Bretaña y España, emitieron advertencias a sus connacionales sobre los peligros que entrañan los viajes a este país, no sólo por la ola de asesinatos, sino por los secuestros y robos.

En aparente intento de contrarrestar ese tipo de advertencias, la canciller Patricia Espinosa citó en enero a los embajadores de los países europeos a una conferencia en la que les aseguró que la violencia está focalizada en unas pocas ciudades y que no hay mayores problemas en el resto del país.

El martes, en una comparecencia ante el Senado de Estados Unidos, el director Nacional de Inteligencia de ese país, Dennis Blair, declaró que la capacidad corruptora del narcotráfico en México "impide la capacidad de gobernar partes de su territorio y construir instituciones democráticas efectivas".

En varias ciudades norteñas, como Chihuahua, Juárez y Tijuana, donde las mafias disputan el control territorial, la gente ha dejado casi de salir en las noches y ha limitado sus actividades en el día por temor a los asesinatos y secuestrados.

Una gran cantidad de bares, restaurantes y discotecas han cerrado sus puertas por falta de clientela.

"La situación es muy grave y el miedo se ha instalado, vivimos entre balas y ni la presencia de los militares tranquiliza, por el contrario, estamos peor, las autoridades aquí no sirven", dijo a IPS desde Ciudad Juárez, Cristina García, dueña de una tienda de comestibles.

"En México (la capital) quizá no se entiende bien lo que pasa, lo que digo es que (en Ciudad Juárez) estamos en emergencia de miedo", agregó García.

Según el gobierno, la violencia es consecuencia de los golpes que han recibido las mafias en sus sistemas operativos, las capturas de sus jefes y los controles militares y policiales.

Al referirse a las declaraciones de Blair, Calderón dijo que "es falso y absurdo que se señale que México no tiene autoridades, yo reto a que digan en qué punto es esto…, existe una distorsión de la realidad de México fuera de las fronteras".

El mandatario reconoció que existen problemas, "pero también la determinación para enfrentarlos, y prueba de ello es que se ataca con toda la fuerza del Estado a las bandas de delincuencia".

De los 6.500 asesinatos de 2008, 93 por ciento de las víctimas estaban vinculadas a las organizaciones del crimen organizado, dijo Calderón. "Los civiles" no están muriendo, enfatizó.

Calderón reclamó a Estados Unidos un combate más efectivo al consumo de drogas, motor de la demanda, y denunció que la corrupción también impera en ese país vecino, porque de otra forma no podría explicarse el funcionamiento de los grupos criminales.

"Yo quisiera saber qué autoridades del nivel que yo he puesto en la cárcel (entre ellos el jefe de la Interpol y el coordinador de la policía federal) han sido siquiera investigadas en aquel país", dijo el presidente.

Este año, Estados Unidos entregará a México 300 millones de dólares en ayuda como parte del antidrogas Plan Mérida, para capacitación, infraestructura y compra de equipos y aeronaves. La asistencia sufrió un recorte de 150 millones de dólares respecto del monto inicialmente estipulado en diálogos bilaterales.

La Secretaría (ministerio) de Seguridad Pública de México calcula que la venta de drogas en Estados Unidos genera 124.000 millones de dólares al año. Un kilogramo de cocaína pura tiene un costo en Colombia, país productor, de 1.762 dólares, al llegar a México sube a 8.000 dólares y en el mercado de Estados Unidos trepa a 30.500 dólares.

En los últimos días, varias voces del gobierno mexicano se presentaron en medios de comunicación para insistir en que este país goza hoy de plena gobernabilidad y que ningún lugar está en manos del narcotráfico, y enfilaron sus baterías contra Estados Unidos, al que reclamaron más colaboración y menos recriminación.

"Se comprende que el gobierno pretenda contrarrestar la mala percepción que hay sobre México, pero lo hace mal pues en lugar de encarar una estrategia de comunicación basada en hechos ,se limita a decir que la violencia está controlada y saca la carta de culpar a Estados Unidos", dijo a IPS Francisca Moreno, consultora en estrategias de negociación.

Lo que debería hacer el gobierno es hablar menos y trabajar más contra la violencia para lograr resultados y luego exponerlos, dedujo Moreno.

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