TRABAJO-PERÚ: Pacto social hace agua

El pacto social entre empresarios y trabajadores de Perú convocado hace una semana por el presidente Alan García se desmorona, pues en ese ámbito no se tratará el aumento del salario mínimo prometido por el mandatario, que se analizará en otra instancia.

"Hay un tema básico en la redistribución. Si las exportaciones y las ventas crecen, tenemos que pensar en la situación de los trabajadores. Nuestro objetivo es alcanzar un pacto social (…) sobre la productividad, el empleo y los salarios que permitan dar sustento al crecimiento económico", dijo García el 28 de julio.

En ese discurso, pronunciado en el Palacio Legislativo en ocasión de cumplirse un año de su gobierno, ordenó al presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, y a la ministra de Trabajo, Susana Pinilla, crear el pacto social.

Pero el viernes, seis días después del anuncio, en la primera reunión entre los principales actores, quedó en evidencia la falta de consenso entre empresarios y trabajadores para que el pacto social tenga vida propia y logre el aumento del salario mínimo, hoy equivalente a unos 157 dólares mensuales.

Representantes de la Confederación Nacional de Trabajadores del Perú (CGTP) y de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep) coincidieron en informar a IPS sobre el desacuerdo.

Según estos participantes en la reunión, ya existen instancias a cargo del salario mínimo, y crear un nuevo nivel de la concertación sólo originaría duplicidad de funciones.

Mientras, analistas políticos aseguran que sólo se trata de una propuesta "improvisada" por el presidente García para calmar los ánimos de la opinión pública ante la ola de protestas sociales. El ex mandatario Alejandro Toledo (2001-2005) señaló que es "un psicosocial", "una cortina de humo".

Los sindicatos y organizaciones empresariales consideran que el pacto social debe convertirse en una mesa de trabajo dentro del Acuerdo Nacional, foro de diálogo entre el gobierno, diversos partidos políticos y organizaciones sociales creado en 2002 cuando Toledo presidía el país.

Dentro del Acuerdo Nacional ya se venía discutiendo, aunque de manera general, la cuestión la equidad, la justicia social y la competitividad, como parte de las 31 políticas de Estado consideradas.

De forma paralela, el Consejo Nacional de Trabajo (CNT), que agrupa a empresarios y trabajadores, debate desde principios de este año asuntos relacionados con los derechos laborales y la elaboración de una fórmula técnica para un aumento del salario, que dará a conocer el 23 de agosto.

Al director ejecutivo del Pacto Social, Víctor García Toma, no le quedó más que confirmar el viernes, luego de la primera reunión, que ya no se considerará el salario mínimo a pesar de que el presidente García lo anunció y que el jefe del gabinete, Jorge del Castillo, se comprometió a resolver la cuestión en un mes.

De modo que, a juzgar por hechos concretos, el anuncio presidencial en realidad no plantea nada nuevo para mejorar la redistribución de la riqueza.

"En lugar de crear otras instituciones, el presidente García debería ocuparse de que se agilicen temas pendientes como la Ley General de Trabajo, que ya se está tratando en otra instancia", señaló a IPS el vicepresidente de la CGTP, Olmedo Auris.

Auris anunció que su confederación no participará en el pacto social si la ministra de Trabajo no pide disculpas por haber acusado a sus dirigentes de querer boicotear la ratificación del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos.

"¿Dónde está la paz social, la tregua, el Pacto Social del que habló el presidente García cuando no quieren darnos ni el derecho a expresarnos?", se preguntó, por su parte, el secretario general de la CGTP, Mario Huamán.

El presidente de Confiep, Jaime Cácares Sayán, opinó que tampoco consideraba necesario que se creara "un foro aparte". Y el ex ministro de Trabajo, Fernando Villarán, invitado como experto a participar en el pacto, dijo que "no encontraba razón para que se debilitaran otras instituciones creando nuevos espacios".

Pero el jefe del gabinete Del Castillo se defiende: "Este no es un tema que uno ha sacado de la manga. He visto a otras aves de mal agüero que dicen (que es una) medida improvisada de Alan García. ¡No saben, pues, no leen, no estudian, tienen mala memoria!"

Para el sociólogo Sinesio López "el pacto social sería una maniobra para burlar la presión distributiva que viene con fuerza".

"El problema no sólo es el salario mínimo sino toda la estructura salarial que ha quedado brutalmente rezagada con respecto a las utilidades empresariales", asegura López.

El experto se refería a la calidad del empleo, el subempleo, la precarización y las empresas de tercerización laboral y "todas las formas laborales sin derechos impuestas por el capitalismo salvaje desde 1990".

En efecto, el abogado laboralista Ricardo Herrera desnudó esta realidad con cifras oficiales: de los 12 millones de personas que integran la población económicamente activa, solo 3,5 millones están registrados como empleados formales.

Entre 100.000 y 150.000 entre ellos ganan el salario mínimo de 500 soles (la divisa nacional) y serían los únicos beneficiados con la receta del pacto social prescripta por García.

La mayoría de trabajadores, unos 8,5 millones, trabajan en el sector informal y ganan entre 300 y 330 soles. "Por eso lo primero que habría que hacer antes de pensar en el incremento del sueldo es ver cómo logramos formalizar a toda esta gran población, que no goza de derechos laborales básicos", dijo Herrera a IPS.

El experto también propone crear incentivos al respeto de los derechos laborales en pequeñas y medianas empresas, en las que se concentran los trabajadores informales que ganan menos del salario mínimo, sin reconocimiento de otros beneficios, como el seguro social.

De los dos millones de pequeñas y medianas empresas que existen en el país, sólo 400.000 están en el sector formal.

Como adelanto, la ministra Pinilla explicó que la remuneración mínima vital no sería igual para todos los trabajadores del país y que habría escalas en las distintas regiones, rurales y urbanas, y para las pequeñas y las grandes empresas.

"Al vincular el salario a la productividad se vincula el salario a la tecnología. No es lo mismo una empresa sumamente desarrollada que una microempresa familiar. El salario mínimo debería ser un premio a la productividad. No podemos medirlos con la misma vara. No podemos tener un salario exactamente igual", afirmó Pinilla.

Pero organizaciones empresariales se muestran críticos ante cualquier aumento salarial y, en la otra orilla, los trabajadores sindicalizados de la CGTP plantean que el incremento sea de 80 dólares (250 soles) para comenzar.

Mientras continúa el debate sobre el pacto social y se convoca a una nueva reunión para el viernes 10 de agoto, la CGTP convocó para la primera quincena de este mes a una Asamblea Nacional, con el objetivo de estudiar protestas contra las políticas del gobierno

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