MALAWI: Sequía conspira contra producción de maíz
La cultivadora de maíz Anita Yunus no recuerda ni una sola sequía en la zona de la montaña de Mulanje, en el sur de Malawi, donde vive desde hace 30 años. Por eso le preocupa que no llueva.
Más de 1.000 millones de personas sufren hambre, una cantidad sin precedentes en la historia de la humanidad, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). La crisis económica mundial, el cambio climático y las desigualdades de producción y distribución de los alimentos están en la raíz del problema. Las soluciones son complejas y deben adaptarse a cada región, país y comunidad. Algunas en debate son el acceso a los mercados, la adopción de normas internacionales de comercio justo, el intercambio y la transferencia de tecnologías, el uso sustentable de recursos escasos, como la tierra y el agua, las prácticas agrícolas no contaminantes, la promoción del desarrollo campesino y de la agricultura familiar, la aplicación de conocimientos tradicionales y la intervención del Estado.
IPS Noticias aporta esta cobertura especial para comprender las causas locales y mundiales de la crisis alimentaria y sus efectos a largo plazo.
La cultivadora de maíz Anita Yunus no recuerda ni una sola sequía en la zona de la montaña de Mulanje, en el sur de Malawi, donde vive desde hace 30 años. Por eso le preocupa que no llueva.
Los países del Caribe examinan la desalinización del agua marina y la siembra de nubes para soportar una escasez de lluvias que amenaza la economía regional y que fue anunciada por los científicos hace más de un año.
El proceso para elaborar la tortilla de maíz, sabroso y milenario alimento de México y América Central, ensucia grandes cantidades de agua y consume mucha energía.
La intensa protesta de la sociedad civil contiene la determinación del gobierno de Bulgaria de permitir el cultivo de organismos genéticamente modificados (OGM) en ese país.
Las principales religiones del mundo pueden discrepar sobre teología y asuntos como los alimentos que debemos comer o los días en que debemos descansar. Pero cuando se trata de luchar contra el hambre, el consenso no tarda en llegar.
David Cronin entrevista a ISABELLA LÖVIN, activista sueca y europarlamentaria
Gundicha Rout, un aparcero indio de 65 años, va hasta el abrevadero de piedra del fondo de su casa al amanecer para lavarse la cara y prepararse para pelar granos de arroz. Pero el agua tiene una fina capa aceitosa,
Julio Godoy entrevista a ACHIM STEINER * – Tierramérica
En la única fábrica de conservas de Seychelles, miles de latas vacías se apiñan con estrépito en sus bandejas a la espera del atún que pocos días antes nadaba libremente en el océano Índico.
Las sequías en la zona de Turkana, en el norte de Kenia, eran menos intensas cuando Laura Letapalel era pequeña, y en ese entonces todavía se podía encontrar algo de hierba y agua para los rebaños. Ahora, cuenta esta mujer
El filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900) no estaba en lo cierto cuando escribió su célebre frase «Lo que no me mata me fortalece». Por lo menos en lo que se refiere al hambre.
Algunos sostuvieron por mucho tiempo que no había que comer carne porque ello suponía «asesinar» animales. Ahora pueden argumentar que así también se mata al planeta, dada la enorme contribución del ganado con las emisiones de gases de efecto invernadero.
Nasseem Ackbarally entrevista a ERIC MANGAR, experto en desarrollo agrícola
A primera vista, las 60 hectáreas de tierras agrícolas de Badam Bagh, en el norte de la capital afgana, parecen iguales a cualquier otra en este país. Las coloridas filas de cultivos se extienden desde una carretera polvorienta y hasta
Uno de cada seis hogares estadounidenses pasó hambre en algún momento del año pasado, reveló el Departamento de Agricultura de este país.
Los agricultores del mundo no son parte de las delegaciones oficiales enviadas a la Cumbre Mundial sobre la Seguridad Alimentaria, iniciada este lunes en Roma. Pero se las arreglaron para llegar y expresar sus puntos de vista.
Con la delicadeza de quien cuida un tesoro, Dionicio Sarmiento mostraba sonriente sus semillas de papa. «Mire, están bonitas y buenas para cultivar. Habrá buena cosecha», dijo este campesino de Huancavelica, la región más pobre de Perú y donde la