Pandemia y recesión cubren de nubarrones América Latina

Escena de un supermercado en Ecuador en medio de la pandemia. Toda América Latina sufre el avance mortífero del nuevo coronavirus y la recesión económica, que será en 2020 la más pronunciada de que se tenga memoria y de la cual puede recupèrarse pero en forma gradual y atendiendo los requerimientos de salud. Foto: BM
Escena de un supermercado en Ecuador en medio de la pandemia. Toda América Latina sufre el avance mortífero del nuevo coronavirus y la recesión económica, que será en 2020 la más pronunciada de que se tenga memoria y de la cual puede recupèrarse pero en forma gradual y atendiendo los requerimientos de salud. Foto: BM

El panorama económico y de salud de América Latina y del Caribe quedó cubierto de nubarrones para el resto de 2020, y su recuperación será lenta en 2021, según informes coincidentes de organismos multilaterales con datos críticos sobre la recesión y la pandemia covid-19.

La economía de la región “se contraerá -9,4 por ciento en 2020, cuatro puntos porcentuales más de lo previsto en abril. Es la peor recesión desde que se tienen datos”, señaló Alejandro Werner, director para el hemisferio occidental en el Fondo Monetario Internacional (FMI).

“La rapidez con la que continúa propagándose la pandemia sugiere que las medidas de distanciamiento social tendrán que prolongarse, deprimiendo la actividad económica en el segundo semestre y generando secuelas importantes de cara al futuro”, dijo Werner.

La recuperación económica prevista para 2021 será lenta y puede promediar 3,7 por ciento para la región, según el experto.

En la región “los casos de covid se han triplicado en solo un mes, pasando de 690 000 el 23 de mayo a más de dos millones el 23 de junio”, destacó por su parte Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Los fallecidos por causa de la pandemia pasaron de 100 000 el 24 de junio.

Brasil superó 1,2 millones de contagios y 55 000 fallecidos, Perú 268 000 casos y 8700 muertes, Chile 263 000 y 5000, y México 200 000 casos y 25 000 decesos.

Además el virus avanza por América Central, y aunque el Caribe insular ha sido más resiliente, hay preocupación por la frontera entre Haití y República Dominicana.

Los gobiernos “tendrán que tomar decisiones, considerando simultáneamente indicadores de salud, económicos y sociales, y atendiendo a los más vulnerables”, advirtió Etienne, pues “si los descuidamos, corremos el riesgo de que los próximos dos años parezcan los últimos meses».

Para Werner “numerosos países de la región tienen elevados niveles de informalidad,  están poco preparados para hacer frente a nuevos brotes de la pandemia. Deberían ser cuidadosos a la hora de plantearse la reapertura de sus economías, y permitir que los datos y los conocimientos científicos guíen el proceso”.

El comportamiento de la economía en el primer trimestre de 2020 fue peor de lo esperado en la mayoría de los países, y los datos disponibles –producción industrial, consumo eléctrico, ventas minoristas y empleo- – indican que la caída de la actividad será más pronunciada en el segundo trimestre, dijo el experto del FMI.

También experimenta la región “un choque comercial histórico”, con una caída de sus exportaciones de hasta 30 por ciento interanual, muy superior a la de 24 por ciento que acompañó la crisis de 2008-2009, estimó Paolo Giordano, economista de integración y comercio en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

La desaceleración económica será muy marcada en Perú, -13,9 por ciento, México (-10,5), los países del Caribe dependientes del turismo (-10,3), Argentina (-9,9), Brasil (-9,1), Colombia (-7,8) y Chile, -7,5 por ciento.

Werner considera que “la prioridad inmediata de las autoridades consiste en continuar protegiendo las vidas y los ingresos de las familias, lo cual requiere re-priorizar el gasto y hacerlo más eficiente”, y llegar “de manera creativa” a segmentos vulnerables de la sociedad, como quienes laboran en la informalidad.

También “serán importantes las medidas encaminadas a mantener las relaciones de empleo, como apoyo a las nóminas salariales y el financiamiento del capital de trabajo, para evitar el cierre de empresas que en ausencia de la pandemia serian viables, reducir el desempleo a largo plazo y apoyar la recuperación”, concluyó.

A-E/HM

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