Pakistán apuesta a la energía hidroeléctrica

En Mardan, uno de los 26 distritos de la provincia de paquistaní de Jiber Pajtunjua, se construyen represas pequeñas para abastecer de electricidad a la población. Crédito: Ashfaq Yusufzai / IPS
En Mardan, uno de los 26 distritos de la provincia de paquistaní de Jiber Pajtunjua, se construyen represas pequeñas para abastecer de electricidad a la población. Crédito: Ashfaq Yusufzai / IPS

«Tenemos la suerte de que una represa local nos suministrará energía barata y sin interrupciones. Actualmente, pasamos sin electricidad entre 14 y 16 horas diarias”, señaló Muhammad Shafique, un maestro de escuela en la localidad de Alto Dir, en la provincia paquistaní de Jiber Pajtunjua (JP).

Imran Khan, un famoso jugador de cricket y líder del partido Pakistan Tehreek Insaf, que  gobierna la noroccidental provincia lindera con Afganistán, colocó recientemente la primera piedra de un proyecto hidroeléctrico en el Bajo Dir, uno de los 26 distritos provinciales.[pullquote]3[/pullquote]

«La gente está encantada con la construcción de la represa, ya que va a terminar con los cortes de energía y los consumidores tendrán un suministro estable… Los niños, que actualmente pierden días de escuela debido a la falta de electricidad, tendrán energía suficiente para sus necesidades”, comentó Shafique.

“La electricidad ayudará a los pacientes y los hospitales y… a 65 por ciento de la población vinculada a la agricultura», añadió.

La falta de electricidad paralizó la vida de muchos, no solo en la provincia, sino en otras partes del país, donde la gente padece cortes de luz de hasta 20 horas diarias en las zonas rurales y durante 16 horas en las ciudades.

JP tiene prevista la construcción de 365 pequeñas represas. «La primera represa en el Bajo Dir se construirá en cuatro años y producirá 40 megavatios de electricidad”, declaró el ministro jefe de la provincia, Pervez Khattak, en entrevista exclusiva con IPS.

La obra tendrá un costo de 117 millones de dólares, pero resolverá el problema de la electricidad no solo en el Bajo Dir, sino que también abastecerá de energía a los distritos aledaños, afirmó.

Los consumidores pagarán la quinta parte de lo que pagan actualmente al gobierno federal por la electricidad, aseguró.

El gobierno también está construyendo cuatro represas más, informó Khattak.

El gobierno federal estaba a cargo de los proyectos de energía hasta 2010, cuando se aprobó una enmienda constitucional que autoriza a cuatro provincias a realizar sus propias obras.

JP, que tiene una enorme riqueza en recursos hídricos, es la primera provincia en poner en marcha un proyecto de estas características. Cuarenta por ciento de la electricidad de Pakistán se produce a partir de fueloil importado, lo que encarece la energía.

«Nos concentramos en la construcción de pequeñas centrales de energía en toda la provincia para desarrollar las industrias, así como darle un alivio de los incesantes cortes de energía a la gente en su vida cotidiana», declaró a IPS el ministro de Información de JP, Mushtaq Ahmed Ghani.

La empresa nacional de energía eléctrica, NTDC, informa que el país produjo 7.500 megavatios de electricidad, frente a la demanda de 12.000 megavatios. La generación hidroeléctrica menguó debido a la reducción de la salida de agua de las principales reservas debido al cierre de canales.

La empresa pública informó que la producción de 800 megavatios de energía eléctrica fue  detenida por la suspensión del suministro de gas a las centrales de energía Uch-I y Uch-II, tras la explosión de un oleoducto en la provincia de Baluchistán, afectada por la violencia insurgente.

El senador Muhsin Aziz, presidente de la Dirección de Inversiones de JP, dijo que los cortes de energía dejaron las actividades industriales de la provincia en un punto muerto.

«Alrededor de 300 unidades industriales cerraron por falta de electricidad, lo que llevó al desempleo a 20.000 obreros», indicó.

Quienes pueden pagarlos recurren a generadores de electricidad diésel y gas en las zonas urbanas, mientras que las personas en situación de pobreza en el medio rural tienen que soportar los cortes de energía, a pesar del calor reinante, agregó.

Le pedimos al gobierno federal que asegure el suministro a la provincia, que ha sufrido enormes pérdidas en la lucha contra la insurgencia, pero todas las solicitudes fueron ignoradas, sostuvo Aziz.

Por su parte, los agricultores están convirtiendo sus pozos entubados a la energía solar.[related_articles]

«El sistema es más caro y por lo tanto, los pequeños agricultores no podía permitírselo», dijo Musafir Khan, un granjero del distrito de Mardan.

En declaraciones por vía telefónica, Khan dijo que la escasez de electricidad llevó a la pobreza a los terratenientes porque el costo del sistema solar es inaccesible para la mayoría de los agricultores.

«Apostamos al proyecto hidroeléctrico Machi, que puso en marcha el gobierno provincial, para nuestras necesidades de electricidad», expresó. Uno de los proyectos se construirá en Mardan en un plazo de dos años, con una capacidad de 2,6 megavatios de electricidad, destinada a la población local.

Las protestas contra los cortes de energía son comunes en JP y en el resto del país.

El 8 de agosto, manifestantes salieron a la calle y atacaron a palos una estación de la red eléctrica, dañaron máquinas y quemaron archivos. «En los últimos tres meses nos quedamos sin electricidad durante 16 horas al día, que es el colmo de la injusticia. No tenemos agua para el uso diario y la gente se está enfermando», exclamó Jamal Shah, uno de los manifestantes.

Un expresidente de la empresa estatal del agua, WAPDA, dijo a IPS que el gobierno debe construir más represas para atender a la creciente demanda.

«El gobierno ha estado arrastrando los pies sobre la construcción de la represa de Kala Bagh durante los últimos 20 años. Una vez que se construya, le proporcionaría a WAPDA electricidad excedente que se puede exportar», destacó.

El proyecto de la represa de Kala Bagh se ha politizado ya que tres de las cuatro provincias de este país rechazaron su construcción debido al temor de los agricultores de que la obra haría incultivables sus tierras.

«No hay nada de malo con la represa. Tenemos que resolverlo políticamente. Si no se construye… no podremos acabar con los problemas de electricidad”, concluyó el exfuncionario.

Traducido por Álvaro Queiruga

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