Tiene casi un siglo, pero la explosión petrolera obliga a recomenzar de cero. La ola de inmigrantes, atraídos por la fiebre de los hidrocarburos no convencionales, colapsó este pueblito del sur de Argentina, mientras el plan de convertirlo en una “ciudad sustentable del futuro” apenas sale del papel.
El lema de Añelo, este pequeño municipio de la Patagonia argentina, en la provincia de Neuquén, es optimista y premonitorio: “El futuro encontró su lugar”.
Pero por ahora lo contradicen la mayoría de sus calles de tierra, con continuas polvaredas por el intenso tránsito de camiones y automóviles de lujo, de ejecutivos petroleros.[pullquote]3[/pullquote]
“Muchos ojos del mundo están puestos en Añelo pero desgraciadamente no tenemos una buena vidriera (escaparate) para vender”, ilustró a IPS el director del centro de salud del pueblo, Rubén Bautista.
“Vivimos sobre oro negro, se sacan riquezas de nuestro suelo, pero no dejan casi nada a nuestra población”, agregó el médico que, con otros tres colegas, atiende a una población que creció de 2.500 a 5.000 habitantes, en unos dos años.
Añelo, que era un pueblo desolado, circundado de frutales, cabras y viñedos y del río Neuquén, es ahora la localidad más cercana al yacimiento Loma Campana, explotado por la empresa petrolera estatal argentina YPF y la estadounidense Chevron.
Solo ocho kilómetros lo separan del yacimiento, parte de la mayor promesa argentina de desarrollo: Vaca Muerta, una reserva geológica de 30.000 kilómetros cuadrados, rica en petróleo y gas de esquisto (shale, en inglés), que convirtió a este país en el segundo del mundo, después de Estados Unidos, en producción de hidrocarburos no convencionales.
Pero el oro, todavía no brilla en Añelo (paraje olvidado, en mapuche), a unos 100 kilómetros al norte de Neuquén, la capital provincial.
En el centro de salud, que deriva los casos graves a hospitales capitalinos, hay apenas dos ambulancias, mientras 117 empresas de todo el mundo están instalándose en el municipio y sus adyacencias.
Los pronósticos conservadores anticipan que en 15 años, Añelo tendrá 25.000 habitantes, entre trabajadores directos e indirectos y sus familias, que van llegando a la nueva meca del autoabastecimiento energético argentino.
Es “gente que viene a Añelo, pensando que puede tener un futuro mejor…que piensa lo que el no convencional puede representar en su vida”, dijo a IPS el gerente de Comunicación de YPF Neuquén, Federico Calífano.
Solo YPF tiene 720 empleados en el área. Llegan de localidades cercanas y de otras provincias, pero también del extranjero, trasladados al lugar por empresas internacionales de los sectores de construcción, químico, hotelería, transporte y servicios.
El único hotel está repleto y surgen campamentos en cualquier planicie, con contenedores transformados en hospedajes confortables para alojar temporalmente a los trabajadores. Los precios de los alquileres de pequeños apartamentos quintuplican los de los barrios más caros de Buenos Aires.
“Estamos comenzando una ciudad de cero”, dijo a IPS el intendente (alcalde) de Añelo, Darío Díaz, aunque recordó que ya antes de la “la explosiva llegada de los no convencionales”, el pueblo fue “un lugar estratégico de paso”.
Desde los años 80, YPF explota en la región yacimientos convencionales de crudo, pero “cuando se terminaban las obras se iban”, explicó Díaz. “Esto es mucho más intensivo, los próximos 30 años habrá mucho trabajo”, aseguró.
“La infraestructura es para unos 2.500 habitantes, queda pequeña a la luz de las nuevas demandas de servicios primarios, agua, luz, electricidad, rutas, caminos, control de la emisión de polvo”, dijo a IPS, por sus parte, el secretario de Ambiente de la provincia, Ricardo Esquivel.
El martilleo en el lugar es constante. Dos obreros, que diariamente recorren ida y vuelta 120 kilómetros desde Cipolletti, en la vecina provincia de Río Negro, construyen una acera. “Es espectacular. Acá hay mucho trabajo para todos. Falta gente. El problema es el alojamiento”, dijo a IPS el albañil Esteban Aries.
La Fundación YPF realizó el estudio de Huella Urbana, que dio pie al Plan de Desarrollo Local de Añelo. La iniciativa cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de De Desarrollo y su programa Ciudades Sustentables.
Ejecutado con los gobiernos local y provincial, contempla diversos escenarios de crecimiento, para “apuntar los riesgos y las vulnerabilidades del territorio».
En ellos se contempla, entre otros aspectos, “qué superficie debe tener la ciudad, cómo tiene que empezar la urbanización, que diagrama y servicios tiene que tener, que le hace falta a Añelo hoy y en dos, tres, cinco años”, ejemplificó Calífano.
Según YPF, las obras ya comenzaron. Entre otras, la ampliación sanitaria, viviendas para médicos, y un centro de capacitación de oficios, vinculados a las necesidades petroleras. Ya hay dos camiones tráileres para atención médica primaria, que según el médico Bautista no alcanzan.[related_articles]
Con la expansión económica aumentó el tránsito pesado. El gobierno planifica dos carriles en la llamada “ruta del petróleo”, para desviarlo a Vaca Muerta.
“Lo que nos desborda son los accidentes que crecen cada día”, señaló Bautista. De 10 accidentes de tránsito y laborales mensuales, hace dos años, a 17 actualmente.
“No hay que perder de vista que la actividad importante tiene un año”, justificó Pablo Bizzotto, gerente regional de No Convencional de YPF en Loma Campana, donde perforan unos 20 pozos al mes, que aumentaron la producción de 3.000 a 21.000 barriles (159 litros) diarios de petróleo.
“Hay cosas que obviamente, durante el camino iremos trabajando en conjunto con las autoridades. Todo es muy reciente”, argumentó.
El ingeniero agrónomo, Eduardo Tomada, dejó todo en Buenos Aires e invirtió sus ahorros en abrir un restaurante en Añelo, ahora repleto de trabajadores.
Su cocinera, la lugareña Norma Olate, está contenta porque gana más, pero recuerda nostálgica cuando su pueblo era casi “un médano de arena”.
El desarrollo trajo trabajo, “pero también cosas malas”. “Han asaltado a mano armada y eso no se veía antes acá”, contó a IPS esta mujer de 60 años.
A Olate, con hijas jóvenes y solteras, también le preocupa la “invasión de hombres”.
“¡Mucho hombre! (ríe), a mí ya no me interesan, pero a las chicas… hay muchachos que vienen y las engañan, muchas salen embarazadas…eso es malo también para el pueblo”.
El diputado provincial Raúl Dobrusín, de la opositora Unidad Popular, denuncia el aumento de la prostitución, el tráfico de drogas, la drogadicción, el alcoholismo y la corrupción.
“Decimos que lo único que se actualizó en Añelo, fue el casino y el prostíbulo”, ironizó.
Dobrusín reclamó la falta de “planificación” y “control” del Estado de esos y otros problemas, como el de la irrupción de bolsas paralelas de trabajo de algunos sindicatos, la especulación inmobiliaria, y los “precios petroleros”, inalcanzables para muchos.
Sea como sea, Para el intendente Díaz el balance es positivo. “Tenemos que aprovechar esta oportunidad para que Añelo se desarrolle como ciudad y mejore la calidad de vida de nuestra gente. Lo que me preocupa es que no lleguemos a tiempo con las inversiones necesarias”, analizó.
La provincia prepara un plan de “desarrollo estratégico” en Añelo, junto con “microciudades petroleras” cercanas, que incluye la construcción de un parque industrial, escuelas, hospitales, caminos, viviendas y seguridad.
“No vamos a armar un campamento petrolero en Añelo sino una ciudad”, sintetizó el intendente.
Editado por Estrella Gutiérrez
