«La Unión Europea (UE) no debe ser cómplice de políticas económicas neoliberales que tratan a las personas como objetos, atacando beneficios sociales elementales, al punto de que pone en entredicho la propia Declaración Universal de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas».
La sentencia es de Arménio Carlos, secretario general de la poderosa Central General de los Trabajadores Portugueses (CGTP), en entrevista otorgada a IPS mientras ajustaba detalles de la Jornada Nacional de Acción y Lucha, convocada para este sábado 16 con manifestaciones en todo el territorio continental del país y en sus archipiélagos de Azores y Madeira.
La CGTP anunció este viernes 15 que presentará una queja contra el Estado portugués ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) por la violación de una serie de convenciones que protegen la negociación colectiva y la libertad sindical.
IPS: ¿Estamos ante un cambio sustancial del sistema que garantizaba la llamada Europa Social?
ARMÉNIO CARLOS: Lo que se está cuestionando es un conjunto de presupuestos y principios del trabajo digno, tal como lo define la OIT. No se puede jugar con la vida de las personas, que no son "conejillos de Indias" de laboratorios neoliberales para ensayar hasta dónde se puede ir, sea en Portugal, Grecia, España o Irlanda.
Nuestros países eran mirados como de menor importancia, con problemas económicos y financieros, pero ahora ya se está viendo que la cuestión no es solo de portugueses, griegos o irlandeses. También afecta incluso a Alemania, el "motor" de Europa, que entró en una situación de estancamiento de su economía. Esto debe hacer reflexionar a los responsables de la UE.
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IPS: ¿Cómo podrá Portugal pagar su deuda (de 78.000 millones de euros, equivalentes a 110.000 millones de dólares) adquirida ante la troika UE-Fondo Monetario Internacional-Banco Central Europeo (BCE)?
AC: Si no se renegocia la deuda, Portugal no podrá pagar y será colonizado por la vía financiera.
Renegociar no es para no pagar, sino para tener condiciones para poder hacerlo. Pero los propios acreedores nos impiden desarrollar políticas económicas para cumplir con esos compromisos.
Por ejemplo, el BCE ayuda al sector financiero prestando dinero a 0,7 por ciento de interés y, a su vez, los bancos dan créditos al ocho por ciento al Estado o a las empresas. Por eso el BCE en este momento es un fomentador de la especulación financiera.
El desempleo sigue creciendo en Portugal y ya estamos bordeando el millón de desocupados, lo cual equivale a la cifra récord de 16,9 por ciento de la población activa, el tercero mayor de la UE, detrás de los de Grecia y España. La recesión económica se va a mantener este año. Son decenas de miles de empresas que cierran o van a la bancarrota.
IPS: Este poco animador futuro, ¿augura también un aumento de la pobreza?
AC: Se están generalizando la pobreza y la exclusión social, y nos encontramos también frente al regreso del hambre en Portugal.
Tenemos miles de niños y niñas que pasan hambre y, naturalmente, eso quiere decir que sus padres ya pasan hambre hace bastante tiempo, debido a esta política neoliberal que está desangrando a los portugueses.
Además del sufrimiento generalizado que ha causado a la población, está poniendo en cuestión el futuro del país. Es una política que no resuelve, sino que acentúa los problemas.
IPS: Las dos huelgas generales y las diversas manifestaciones de protesta de 2012 contaron con una enorme adhesión. ¿Esa convocatoria se debe a que las reivindicaciones de la CGTP ahora van mucho más allá de lo estrictamente sindical?
AC: Nos encontramos ante una reducción del poder de compra que afecta a millones de personas y que se verifica en dos niveles.
El primero, a causa de la inflación sin actualización salarial, lo que significa que en término medio de los últimos dos años, los trabajadores del sector privado perdieron más de 10 por ciento de su poder adquisitivo, mientras los del sector público disminuyeron en 25 y hasta en 30 por ciento en algunos casos.
Segundo, tenemos la implementación del Presupuesto General del Estado para 2013 que va a causar una nueva reducción de los ingresos de las personas, por el aumento de impuestos previstos, que van a tener un impacto de baja de entre seis y siete por ciento en las rentas de las familias, por lo cual se puede deducir que el poder de compra de los trabajadores continuará en caída libre.
Mientras, existen enormes beneficios fiscales concedidos a los grandes grupos económicos y financieros, sin que se verifique un combate real al fraude y la evasión fiscal. Es útil que se sepa, además, que estos delitos cuestan cerca de 25 por ciento del producto interno bruto.
Es ahí donde los problemas se deben atacar, pero no se hace, porque ese poder económico-financiero es prácticamente intocable.
Las dos huelgas generales y las grandes manifestaciones de 2012, así como la protesta de este sábado, constituyen un movimiento en desarrollo acelerado, un momento inédito donde la aplastante mayoría de los portugueses pueden expresar su descontento e indignación y exigir el fin de la política de la troika.
IPS: ¿Y en cuanto a los derechos laborales?
AC: Se ha acentuado el desequilibrio de las leyes laborales entre trabajadores y patrones, a favor de estos últimos. Por ejemplo, en la reducción del valor de las horas extra, la facilitación para los despidos, la reducción del valor de las indemnizaciones y de la protección social, así como el ataque sin precedentes a los contratos colectivos.
Estamos hablando de una desregulación de la legislación laboral a favor de los empresarios.
En este momento se está discutiendo colocar a los portugueses a niveles de indemnizaciones miserables, para llegar solo a 12 por ciento de un trabajador irlandés o alemán y a entre 25 y 30 por ciento de uno español. Además del espiral recesivo, en Portugal asistimos también a un espiral de retroceso en términos de civilización.
IPS: ¿Cuál es el límite?
AC: Para un gobierno con una visión neoliberal, no hay fronteras. Para ellos no existen las personas, sino solo números y objetivos. Al fin y al cabo, un ajuste de cuentas con la Revolución de Abril (el golpe de los capitanes del ejército que democratizó Portugal en 1974), que significó un conjunto de derechos que valorizaron el trabajo y dignificaron a las personas.
El gobierno (del primer ministro Pedro Passos Coelho) permanece inmutable ante padres y madres que pierden el empleo e hijos que ven negado su derecho al trabajo, padres a los que les es retirada la protección social e hijos que se ven obligados a emigrar y ancianos que ya no tienen dinero para comprar medicinas indispensables para su supervivencia.
IPS: ¿Qué propone la CGTP?
AC: Pensamos que no basta hablar sobre crecimiento. Solo se puede crecer con inversiones, más producción, mejor distribución del ingreso y mayor capacidad adquisitiva. Estos componentes para nosotros son fundamentales para responder al problema de fondo.