/CORRECCIÓN/* BRASIL: Sabor a poco en primeras elecciones con cuotas de género

La cuota de 30 por ciento de candidaturas femeninas estrenada en los últimos comicios municipales de Brasil no reflejó totalmente ese avance. Si bien se registró un aumento de alcaldesas elegidas, los parlamentos locales fueron más esquivos para las mujeres.

"El mayor avance es el hecho de que por primera vez en la historia del país representamos más de 30 por ciento de las candidaturas para un cargo electivo", sostuvo en entrevista con IPS la profesora de ciencias políticas Patricia Rangel, de la Pontificia Universidad Católica de Goiás.

Los brasileños acudieron a las urnas el domingo 7 para escoger alcaldes y concejales en 5.568 municipios. Instancia que tendrá un segundo turno para el cargo ejecutivo el 28 de este mes en 50 ciudades, entre ellas 26 capitales estaduales, por no haber alcanzado el ganador la mayoría necesaria para ser impuesto de modo directo.

A pesar de las dudas previas, el izquierdista Partido de los Trabajadores, de la presidenta Dilma Rousseff, obtuvo 14 por ciento más alcaldías que en los comicios de 2008, al totalizar 628, que lo ubicaron en tercer lugar, mientras que su aliado en el gobierno nacional, el Partido de Movimiento Democrático, logró 1.025, y la opositora Social Democracia Brasileña 693.

Promulgada en 2009 y aplicada efectivamente por primera vez en estas elecciones municipales, la legislación de cuotas estableció "un mínimo de 30 por ciento y un máximo de 70 por ciento de candidaturas para cada sexo en las listas respectivas".

La nueva legislación termina con las deficiencias e ineficacia de la normativa de cuotas aprobada en 1997, que solo disponía que los partidos políticos debían reservar para las mujeres hasta 30 por ciento de lugares de las listas de postulantes. Un mecanismo que, además, no establecía sanciones ante incumplimientos. La gran participación de candidatas garantizó esta vez el triunfo de un número también histórico de alcaldesas. Las 663 electas entre 2025 postulantes equivalen a 11,8 por ciento de los cargos a cubrir.

Un estudio del demógrafo José Eustaquio Diniz, del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, compara la cantidad de alcaldesas elegidas ahora con las 317 que triunfaron en 2000, que representó entonces apenas 5,5 por ciento del total, las 404 de 2004, y las 504 de 2008.

"Podemos concluir que este año, en que se celebra el 80 aniversario del voto femenino en Brasil, las mujeres dieron un paso adelante en la participación política municipal", señaló Diniz a IPS.

Por su parte, Clara Araújo, coordinadora del Núcleo de Estudios sobre Desigualdad y Relaciones de Género de la Universidad Estadual de Río de Janeiro, atribuyó el aumento de alcaldesas electas a la característica de esos cargos, que requieren un trato más directo con los ciudadanos y deben abordar asuntos inmediatos y cotidianos.

Además, el cargo ejecutivo en las alcaldías permite a las mujeres estar más cerca de su casa, sin necesidad de trasladarse de su ciudad, a diferencia de los casos que llegan a los parlamentos, ya sean nacionales o municipales, añadió.

Un dato que llama la atención es que la mayoría de las alcaldesas electas son de ciudades de menos de 200.000 votantes.

Araújo vincula esto con el hecho de que en esos distritos menores se necesitan menos recursos financieros y la campaña se realiza en las cercanías del domicilio de los postulantes, dos elementos que "favorecen la presencia de mujeres".

Concejos más remisos con mujeres

Contrastando con el éxito en la puja por las alcaldías, el desempeño femenino en la competencia para los concejos municipales fue menos auspicioso.

Diniz indicó que las 7.648 concejalas elegidas el domingo, que equivalen a 13,3 por ciento del total de cargos que había en disputa, aunque representan también un récord histórico, aún es considerado insuficiente para las expectativas que había ante la exigencia del cupo mínimo de 30 por ciento de candidaturas femeninas.

En las elecciones de 2000 fueron elegidas 7.001 concejalas, en 2004 se bajó a 6.555 y en 2008 se estancaron en 6.512, que representó 12,5 por ciento del total.

Rangel entiende que "el mayor retroceso fue el hecho de que el incremento en candidaturas no se tradujo en más concejalas, sino que apenas crecieron de 12,5 por ciento a poco más de 13 por ciento", mientras que a Araújo no le sorprendió el resultado.

Es que los estudios cuantitativos y cualitativos sobre el tema "constataron que el aumento de cuotas no tiene que ver con el aumento de mujeres electas", apuntó la académica carioca.

Eso, según Rangel, se explica principalmente por el "carácter individualista electoral que causa el sistema de listas abiertas, que incentiva la competencia entre candidatos inclusive dentro de un mismo partido o coalición y los lanza en busca de recursos propios".

En ese contexto, las mujeres suelen tener menos recursos financieros y escaso apoyo de sus "redes partidarias", acotó Araújo, para luego precisar que "lo que existe son condiciones de desigualdad en la estructura partidaria que lleva a que en el momento de la candidatura las mujeres tengan condiciones desventajosas".

Araújo está de acuerdo con las cuotas de candidaturas por género, "como auxiliares de un proceso más amplio".

Menciona tres factores a mejorar: el apoyo de un financiamiento público de campaña electoral, una distribución más democrática del tiempo de espacios electorales en la televisión, y el fortalecimiento y la formación de la participación de las mujeres dentro de los partidos.

Pero Rangel advierte que para lograr lo que plantea Araújo es necesario promover cambios culturales. "El sistema político y electoral brasileño es elitista, racista, personalista y sexista, además de favorecer a personas que tienen más recursos financieros e influencias políticas", aseguró.

"La selección de candidatos se hace en el ‘jardín secreto de las decisiones de las elites partidarias’, y allí mandan los hombres", ilustró.

El reclamo de muchos partidos es que fue difícil cumplir con las cuotas de género por no haber suficientes candidatas mujeres. Eso provocó distorsiones, como el surgimiento de candidatas apenas para cumplir la cuota y que, por ello, ni hicieron campaña y consecuentemente casi no obtuvieron votos.

Rangel consideró que, aunque no fue generalizada, esa siempre fue una preocupación del movimiento feminista.

"Infelizmente, las cuotas no fueron un estímulo para que los partidos invirtieran en capital financiero y político en postulantes mujeres", opinó. Como instituciones "conservadoras y machistas que son", las agrupaciones partidarias brasileñas prefirieron candidaturas femeninas casi fantasmas "para continuar repitiendo el mantra de que las mujeres no se interesan por la política", analizó.

Diniz cuestionó, empero, ese análisis, afirmando que "el argumento de la falta de mujeres" no es verdadero. Explicó que en 2012 hubo 133.868 candidatas para ocupar 57.353 a concejalías municipales en todo el país, "por lo tanto hubo más de dos mujeres para cada escaño disponible". "El problema sí, es que los partidos no invierten en la formación política de las mujeres ni en sus candidaturas, porque están controlados históricamente por hombres y ellos se resisten a abrir espacios", coincidió.

* Atención editores, este despacho corrige el párrafo 17 del artículo transmitido el 11 de octubre a la hora 10:03 GMT.

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