EEUU: Trabajadores y estudiantes reclaman unidos

Marcha del 1 de mayor en la ciudad de Minneapolis, en el norteño estado de Minnesota, Estados Unidos. Crédito: Fibonacci Blue/CC By 2.0
Marcha del 1 de mayor en la ciudad de Minneapolis, en el norteño estado de Minnesota, Estados Unidos. Crédito: Fibonacci Blue/CC By 2.0

Las calles de grandes ciudades de Estados Unidos fueron copadas por decenas de miles de personas en protesta por la creciente y corrosiva influencia del dinero en la política nacional, el despilfarro en el presupuesto militar y los problemas de empleo y de vivienda.

"¿Por qué dejar 18 millones de viviendas vacías cuando hay tres millones de personas sin hogar?", preguntó Pham Binh, activista del movimiento Ocupa Wall Street (OWS), refiriéndose a las ejecuciones hipotecarias masivas desde la crisis financiera y económica que comenzó hace más de cuatro años en este país y se propagó al resto del Norte industrializado.

Las ganancias de las empresas de la bolsa de valores de Wall Street aumentaron 720 por ciento entre 2007 y 2009, mientras que el valor de las casas de los ciudadanos de a pie cayeron 35 por ciento en el mismo periodo.

Trabajadores, estudiantes y activistas de OWS convocaron para el martes 1 a una marcha en Wall Street, centro financiero de Nueva York, donde operan muchas compañías multimillonarias que influyen en la toma de decisiones del gobierno a través de sus grupos de presión.

Cada 1 de mayo se celebra en el mundo el Día Internacional de los Trabajadores en recuerdo de la masiva huelga de obreros estadounidenses realizada ese día de 1886 en reclamo de jornadas laborales de ocho horas, que derivó luego en represión, juicios fraudulentos y ejecuciones. Ocho líderes sindicales de esas protestas quedaron en la historia como los Mártires de Chicago.
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Paradójicamente, Estados Unidos es uno de los escasos países donde no se instauró esta conmemoración y, en reemplazo, impuso como el Día del Trabajo (Labor Day) cada primer lunes de septiembre.

El OWS organizó para ese día una concentración en la que los oradores denunciaron el despilfarro de dinero en las intervenciones militares de Estados Unidos en el extranjero y los drásticos recortes a los sistemas de salud y educación, así como la falta de fuentes de trabajo y de medidas para aliviar la pobreza.

"Hablan de recesión económica", señaló Charles Twist, uno de los participantes de la protesta. "Es una crisis fabricada. El Servicio Postal dice que hay una crisis financiera. Pero es mentira. Tienen 75.000 millones de dólares para los sobresueldos por beneficios de salud para jubilados", añadió.

"Tienen todo ese dinero e igual quieren privatizar. Básicamente, el uno por ciento de la población que está en Wall Street está detrás de esto", sostuvo Twist, quien trabaja en el Servicio Postal desde hace más de una década.

"Si privatizan el Servicio Postal, miles de comunidades se verán afectadas en todo el país. En tanto que funcionario de esa dependencia sé cuánta gente envía paquetes a Ghana, Chile y República Dominicana", apuntó.

Al lado de él, Kendall Jackson, activista por el derecho a la vivienda, señaló que más de 40.000 personas se ven obligadas a vivir en refugios en Nueva York. "¿Por qué?", preguntó. "Entre ellos hay 16.000 niños y niñas", afirmó.

"El uno por ciento de Wall Street no solo deja a miles de personas en la pobreza y sin hogar, sino que destruye el futuro de nuestros niños", indicó.

"Mira ese edificio feo", dijo señalando una sucursal del Bank of America. "Hace unos años había un pequeño comercio de telas".

Según el Departamento de Economía de la Universidad de Berkeley, California, el estado de Nueva York devuelve 15.000 millones de dólares al año en impuestos a la transferencia de valores a Wall Street.

Una posible fuente de ingresos para el estado se pierde a manos del uno por ciento de la población de Nueva York, cuyas ganancias ascienden a 44 por ciento de los ingresos de este estado.

Los manifestantes llevaban pancartas denunciando la problemática de los universitarios que tienen dificultades para hacer frente a los aumentos de cuota, así como la de los inmigrantes sin documentos que trabajan varias horas para poder sobrevivir.

Yoko Liriano, estudiante de psicología de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, es una de las que no sabe si podrá terminar la carrera porque tiene que trabajar más de 32 horas por semana para pagar las cuotas.

"Trabajo seis días a la semana. Además de la renta, tengo que pagar 700 dólares al mes. Solo piénsalo. El gobierno de Estados Unidos paga 30 millones de dólares en asistencia militar a Filipinas", cuestionó.

Dinae Anderson, estudiante de secundaria en Manhattan, se mostró preocupada en el mismo sentido que Liriano por la indiferencia del gobierno ante la necesidad de invertir en educación. "Tenemos que mantener esta lucha", añadió.

Antes de la marcha hacia Wall Street, muchos oradores de comunidades inmigrantes expresaron su preocupación por las deportaciones y la falta de protecciones laborales.

"Los trabajadores están en la mira. Somos explotados, nos pagan mal y nos insultan. Marchamos por todas las personas oprimidas", dijo Patricia François, una empleada doméstica que llegó al país procedente de la región del Caribe, quien participa en las marchas del 1 de mayo desde hace cinco años.

Desde el año pasado, cuando el OWS comenzó a organizar protestas en Nueva York, cientos de activistas fueron detenidos y maltratados por la policía. No se registraron disturbios, pero la fuerza de seguridad realizó un fuerte despliegue de efectivos, incluso dispuso de un helicóptero para vigilar a los manifestantes.

Según uno de participantes, la concentración del martes fue una de las mayores en décadas. "Es un buen comienzo para hacer frente al uno por ciento que gobierna", indicó.

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