Sombra soviética pende sobre Rusia

Defensores de derechos humanos y dirigentes de oposición se han tornado blanco de intimidación política y hostigamiento de las fuerzas de seguridad en Rusia a menos de un año de las elecciones parlamentarias y presidenciales.

"Muchas organizaciones son víctimas de represión", dijo a IPS la presidenta del Comité de Asistencia Cívica y Memorial, Yelena Ryabinina.

"La presión de las autoridades revela su propia debilidad y la verdadera situación del país", indicó Ryabinina, también integrante del Comité Presidencial de Derechos Humanos.

Rusia Unida es el partido que encabeza el primer ministro Vladimir Putin. Se supone que forman parte de la oposición el Partido Comunista de la Federación Rusa, el Partido Democrático Liberal y Rusia Justa, pero suelen apoyar todas las políticas del gobierno.

El partido de Putin domina la política en este país desde su fundación, en diciembre de 2001, y ha apoyado sin reservas a los presidentes Dimitri Medvédev y Putin (1999-2008).
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Rusia Unida tiene 315, de los 450 escaños de la cámara baja del parlamento, Duma, y el resto se distribuyen entre el Partido Comunista, el Liberal Democrático y Rusia Justa.

En un intento por distanciarse de Putin, el presidente Medvédev reconoció que Rusia es un estado de partido único, sin una oposición significativa.

El país muestra signos de estancamiento similar al de la era soviética, opinó Medvédev, según informó la semana pasada el periódico Vedomosti. El presidente sostuvo que la situación es "igual de dañina" para el partido de gobierno que para la oposición.

El presidente consideró que se necesitan reformas radicales para que el sistema político sea más justo y flexible y más abierto a la renovación y al desarrollo.

Medvédev mencionó algunos logros significativos de su mandato como sanciones penales para los responsables de fraude electoral y el mismo tiempo de aparición al aire en los canales estatales para todos los partidos políticos.

Pero también un mayor papel de las agrupaciones que tengan mayoría en los parlamentos regionales para designar a los gobernadores, menos restricciones para ser elegido en las asambleas legislativas federales y regionales y menor cantidad de firmas para presentarse como candidato a las elecciones.

"Nuestra democracia es imperfecta y somos totalmente conscientes de ellos", reconoció. "Pero estamos mejorando", apuntó el presidente.

No es la primera vez que Medvédev, quien se considera una fuerza modernizadora de Rusia, habla de la necesidad de reformar la política del país.

Desde la caída de la Unión Soviética, a fines de 1991, Rusia hizo frente a varios desafíos en su esfuerzo por forjar un sistema político que pudiera reemplazar casi 75 años de régimen comunista.

La estructura política del país comenzó a mostrar signos de estabilización con la nueva Constitución, adoptada en 1993, y el novel parlamento, con representantes de diversas agrupaciones.

Los cuatro grandes partidos siguen dominando la escena política del país.

"Rusia tiene que hacer mucho más para respetar el papel legítimo de la oposición en la vida pública y las elecciones", dijo Sam Patten, de la organización estadounidense Freedom House.

Es una vergüenza la detención de Boris Nemtsov, ex primer ministro y ex gobernador de Nizhny Novogrood del gobierno de Boris Yeltsin (1991-1999), hace un mes, por protestar contra las autoridades, indicó Patten.

"A qué le tiene miedo el gobierno", preguntó.

El hecho de que un hombre con tanto talento como Nemtsov se comprometa con la vida pública puede llegar a inspirar a millones de rusos preocupados por la situación del país y deseosos de expresarse, pero que temen hacerlo por las detenciones y otras formas de intimidación.

"Acciones como la emprendida contra Nemtsov no revelan la fortaleza del gobierno, sino su debilidad", sostuvo Patten.

Lo primero que hay que hacer para mejorar la participación política es relajar las restricciones sobre el debate público, sugirió. La censura sigue imponiendo restricciones a la televisión, el medio de comunicación que llega a la mayor cantidad de gente.

"La censura es un gran problema" en Rusia, coincidió Boris Kagalitsky, director del Instituto de Estudios de Globalización, con sede en Moscú.

"No creo que la burocracia rusa pueda hacer nada bueno", dijo a IPS al ser consultado por las medidas que pueden tomar las autoridades rusas para aumentar la participación política. "Objetivamente, creo que tenemos que cambiar las leyes que rigen los partidos políticos, las elecciones, los sindicatos y la libertad de reunión", añadió.

Llevará mucho tiempo y esfuerzo establecer un régimen más plural, dado todo lo que se ha hecho para limitar la participación política, concluyó.

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