LITERATURA: Puerto Rico tiene la palabra

El Festival de la Palabra, que se celebrará entre el 4 y el 9 de mayo en Puerto Rico, será un suceso inédito en ese país que, por su condición de estado libre asociado a Estados Unidos, carece de representación oficial propia en el terreno de la cultura.

«En Puerto Rico nunca se ha efectuado un evento de esta naturaleza y envergadura. El Festival será como una puerta de conexión con el mundo, una manera de insertarnos en el circuito de festivales y participar en el diálogo e intercambio que estos propician», comentó a IPS la escritora puertorriqueña Mayra Santos-Febres, directora ejecutiva del encuentro.

Organizado por el Salón Literario Libroamérica de Puerto Rico, que también dirige Santos-Febres, el Festival de la Palabra tiene entre sus objetivos estimular la lectura y posibilitar el intercambio entre escritores y lectores de la isla caribeña.

La escritora, finalista del Premio Primavera de la editorial española Espasa Calpe con su novela «Nuestra señora de la noche», enfatizó la intención de convertir al Festival en una referencia de encuentros políglotas y multiculturales, de diálogos entre el Caribe, Estados Unidos y su población latina, y Europa.

La antigua colonia española ingresó en la órbita de Estados Unidos al finalizar la Guerra Hispano-Estadounidense en 1898. Se proclamó estado libre asociado en 1952, condición que mantuvo hasta hoy.
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El nuevo foro literario pretende revalorizar el papel de la palabra en la sociedad y aportar espacios para la discusión de temas actuales.

Cuatro tópicos centrales se debatirán en el Pabellón de la Palabra, emplazado en el Cuartel del Ballajá, en el Viejo San Juan, sede principal del Festival: Palabra y poder, Emigraciones, El cuerpo como batalla y Tiempos piratas, en referencia al pillaje a lo largo de la historia.

Habrá también un pabellón dedicado a la palabra interactiva y el periodismo alternativo, y un «festivalito» infantil, que incluirá talleres dirigidos a maestros y bibliotecarios y una oferta de literatura para los más jóvenes.

De acuerdo con Santos-Febres, el Festival tendrá además un amplio plan de impacto en las escuelas que «permitirá ser más inclusivos y fomentar la lectura de manera más activa».

Para ello se logró la vinculación del Departamento de Educación y del Instituto de Cultura de Puerto Rico, y se organizó un programa de talleres a maestros y estudiantes, con visitas de escritores a centros de enseñanza públicos y privados.

Otro aspecto distintivo del Festival es su carácter bilingüe. Por razones políticas y de cercanía geográfica, una parte de la población boricua pertenece a un circuito de migración circular entre Estados Unidos y la isla, y se comunica indistintamente en inglés o en español.

«Antes ese hecho se consideraba vergonzoso, pero con la experiencia de la globalización estamos empezando a ver que entraña un tipo de ‘ganancia’ cultural», expresó Santos-Febres.

No obstante, aún persiste cierta diferenciación entre la literatura puertorriqueña escrita en español y en inglés, indicó la intelectual, que no comparte el criterio excluyente hacia las obras en lengua inglesa.

«Hay ejemplos notables de escritores en ambos idiomas, que han vivido a medio camino entre Estados Unidos y Puerto Rico. Tal fue el caso de Julia de Burgos, una gran poeta del pasado siglo, o de Javier Ávila, un joven que escribe y publica en inglés desde la isla», argumentó.

En ese aspecto, la convocatoria aspira a fortalecer los vínculos entre la población anglohablante e hispanohablante.

Con ese criterio, la invitación se extendió a escritores de origen latino que también viven y publican en Estados Unidos, como el dominicano Junot Díaz, ganador del premio Pulitzer en 2008, o la cubano-estadounidense Achy Obejas.

Entre los invitados al Festival se encuentran nombres conocidos de las letras latinoamericanas, como el chileno Luís Sepúlveda, el nicaragüense Sergio Ramírez, el mexicano Paco Ignacio Taibo II, el colombiano Santiago Gamboa, el cubano Leonardo Padura y el argentino Mempo Giardinelli.

Desde Europa viajarán figuras como los españoles Rosa Montero y José Manuel Fajardo, que funge además como coordinador del Festival.

Unos 30 escritores puertorriqueños participarán en la cita, a la que también asistirán el poeta y editor estadounidense Daniel Shapiro y el francés Patrick Deville, director del «Meeting» literario de Saint-Nazaire, una comuna del noroeste de Francia.

«Dentro o fuera de la isla, hay mucha diversidad en la actual literatura puertorriqueña, donde la realidad social tiene reservado un espacio», apuntó Santos-Febres.

En su opinión, algunos autores contemporáneos establecen un diálogo directo con esa realidad desde la poesía social, otros acuden a la novela histórica, o prefieren trabajar un «realismo sucio».

A pesar de su buena recepción en el limitado mercado de esta isla caribeña, la escasa difusión de la literatura puertorriqueña en el exterior será otro aspecto a ventilar en el foro.

«Puerto Rico es una gran cantera de literatura no exportada, y uno de nuestros fines con el Festival de la Palabra es intentar romper ese aislamiento», anunció Santos-Febres.

«Es imprescindible integrarla más al contexto caribeño, latinoamericano e hispánico al cual pertenece, con sus características literarias y sus condiciones sociopolíticas peculiares», concluyó la escritora.

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