DDHH-SAHARA: Haidar o la fortaleza de la debilidad

A medida que su cuerpo se debilita por una huelga de hambre que mantiene desde hace 32 días, Aminatou Haidar fortalece su mensaje y acción en defensa de los derechos humanos en su país, el Sahara Occidental, y parece doblegar la resistencia del gobierno de Marruecos para poder regresar a su casa.

Haidar sufrió este jueves una hemorragia interna, ante lo cual el gobierno español decidió enviar un avión a la isla de Lanzarote para trasladarla en vuelo directo a El Aiún, capital del Sahara Occidental, acompañada por un médico español y su hermana Laila Haidar.

La activista fue notificada de ese traslado por el secretario general de la Presidencia del Gobierno, Bernardino León, quien la llamó por teléfono para comunicárselo.

El vuelo se efectuaría esta misma noche, aunque no se ha informado sobre la actitud de Marruecos, un dato importante ya que el Sahara Occidental está ocupado por ese país.

El canciller de España, Miguel Ángel Moratinos, horas antes del anuncio del vuelo dijo a la prensa que se estaba cerca de una solución con el gobierno marroquí. Luego, desde Plataforma de Apoyo a Haidar ase indicó que Madrid les había informado que ya había "luz verde" para el regreso de la dirigente sahauri.
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Haidar había ingresado la noche del miércoles en un hospital de la isla española de Lanzarote, en cuyo aeropuerto inició la huelga el 14 de noviembre, cuando arribó procedente de El Aiún, su ciudad natal y de residencia, ubicada en el Sahara Occidental.

Aquel día, fue trasladada contra su voluntad a una de las Islas Canarias, situadas en el Atlántico y un poco al norte de las costas africanas del Sahara, después de que las autoridades marroquís la detuvieron y retiraron el pasaporte en el aeropuerto de El Aiún, a su regreso de viaje a Estados Unidos.

Ella mantiene su huelga en demanda de que le sea devuelto su pasaporte y que se le permita regresar a El Aiún, donde está su familia, incluidos sus hijos, algo a lo que el gobierno marroquí se opone, mientras considera que el país "es una víctima" , según manifestó este jueves en Madrid su ministro de Economía, Salaheddine Mezouar.

El ministro insistió en considerar al problema como político y no humanitario, bajo el alegato de que es "un proceso dirigido por Argelia y el Polisario".

En el fondo de todo el episodio está el problema aún sin resolver de la descolonización del Sahara Occidental.

En los días finales de la dictadura del general Francisco Franco, (1939-1975), el gobierno español dispuso la retirada de sus fuerzas militares de su entonces colonia, que estaban combatiendo contra el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro, conocido como el Frente Polisario.

Fue la reacción de Madrid a la "marcha verde" con que Rabat aprovechó el 6 de noviembre la debilidad española, sumergida en la agonía de Franco que moriría el 20 de ese mismo mes, para traspasar la línea internacionalmente reconocida del Sahara y tomar buena parte del territorio.

Cuando en 1991 el gobierno marroquí y el Frente Polisario acordaron una tregua, se aprobó un plan de las Naciones Unidas que debía llevar a un referendo para que la ciudadanía saharaui se pronunciara sobre la demanda independentista del Frente Polisario, plan que Marruecos no cumplió.

Está claro que en la situación de Haidar el gobierno marroquí tiene una gran responsabilidad, aunque hay quienes piensan que España no es ajena al problema. Así se lo dijo a IPS Severo Moto, presidente del gobierno en el exilio de Guinea Ecuatorial.

Moto sostiene que el gobierno español es el principal responsable, porque lo normal hubiera sido que al llegar Haidar al aeropuerto de Lanzarote sin pasaporte, se dispusiera su reembarque en el avión con destino a su lugar de procedencia, El Aiún, que está bajo soberanía marroquí.

Añadió que "no se toma en serio la descolonización del Sahara y España es la principal responsable, incluso hoy".

Esto es también señalado por Inés Miranda, la abogada de Haidar, quien subrayó que su defendida "fue obligada a entrar en España contrariando la legislación vigente", ya que ésta determina "que para que cualquier extranjero pueda entrar a España deberá aportar su pasaporte", lo que no se ha cumplido en el caso de su defendida.

La activista por los derechos humanos fue en la Unidad de Vigilancia Intensiva del hospital de Lanzarote, sufriendo vómitos y dolores de estómago, lo que ha provocado alarma entre quienes la están ayudando.

Desde que inició la huelga perdió más de seis kilos de peso, aproximadamente el 9,7 por ciento de su peso habitual. Médicos del hospital advirtieron que en pocos días empeorará y tendrán que tomar la decisión de realimentarla a la fuerza, contra la voluntad de ella o dejarla seguir la huelga "hasta sus últimas consecuencias".

Haidar ya mantuvo otra huelga de hambre cuando estaba prisionera, en 2005, que duró 32 días, en reclamo de ser juzgada como presa política y no como delincuente y en protesta por las torturas a las que estaba sometida en la cárcel marroquí, a la que la llevaron también para impedirle su actividad por la defensa de los derechos humanos.

Ahora, en declaraciones a la prensa que está continuamente en torno a ella desde que inició la huelga, ha dicho que no sabe si resistirá o no y que considera que "puede llegar el momento" en que esté al borde de perder la vida. Por eso ha dicho: "Hoy tengo fuerzas, pero nada me garantiza que no se me vaya a parar el corazón".

Fernando Pieraita, portavoz de la Plataforma de Apoyo a la dirigente saharaui, manifestó que la ve muy débil y que se nota que "tiene problemas para seguir aguantando, pero es su fuerza mental y lo que la mantiene es la convicción en la justicia de lo que está defendiendo". A eso se suma su decisión de no recibir ninguna atención sanitaria, ni siquiera la de su médico y director del hospital de Lanzarote, Domingo Guzmán, quien la visita a título personal y no como profesional.

Sus allegados recuerdan que ella todavía padece problemas sanitarios procedentes de su anterior huelga de hambre, como una úlcera gástrica. Ahora ya se la ve demacrada, con los ojos hundidos y casi sin poder hablar, aunque sus ojos siguen brillando con fuerza, la fuerza de su carácter y su fe.

Desde el plano político el martes se produjo un leve paso adelante, al aprobarse en el Congreso de Diputados de España un texto apoyado por todos los partidos excepto el centroderechista Partido Popular, que es la mayor fuerza de la oposición y se abstuvo de votar.

En ese acuerdo, de manera indirecta, se abre el paso para que el rey de España pueda interceder personalmente ante el de Marruecos, pues se propone elevar las gestiones diplomáticas "al máximo nivel".

El documento también recuerda el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y plantea que Marruecos permita "sin más dilación" el retorno inmediato de Haidar a El Aiún. Pero el texto no incluyó una propuesta de los partidos minoritarios de izquierda que plantearon presionar a Marruecos suspendiendo su Estatuto de Asociación con la Unión Europea.

Es más, este jueves el Parlamento Europeo decidió anular el debate en el que se reclamaba a Marruecos que permitiera el regreso de Haidar a El Aiún, una suspensión propuesta por el líder de los socialistas europeos, el alemán Martín Shultz, para no perturbar las relaciones con Marruecos.

Así, las cartas ya están echadas, con Haidar al borde de entrar un colapso. Marruecos, en gran medida España, así como la ONU, tienen ante sí el desafío. Haidar, por su parte, afirma que con toda seguridad regresará a El Aiún, "viva o muerta".

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