MUJERES-AMÉRICA LATINA: La batalla cotidiana en la prensa

«La prensa cambiará cuando deje de informar sólo en masculino», dijo la viceministra de la Mujer de Perú, Norma Añaños, ante los y las participantes del seminario internacional para periodistas «Mujeres trabajando, Mujeres liderando», que se realiza en esta capital.

Jornada inaugural del seminario El fuerte reproche de Añaños tuvo como especial referencia el modo de informar de los medios de comunicación sobre los 116 feminicidios, como se les llama a los asesinatos de mujeres por razones de género, perpetrados entre enero y octubre en Perú por las parejas de las víctimas, en la mayoría de casos en espacios íntimos.

"Casi todos esos asesinatos fueron noticias de las secciones policiales, lo que de por sí es una forma de discriminación", apuntó Añaños. "Parece que para la prensa las mujeres son importantes y van a la primera plana cuando las matan. Eso debe cambiar", arengó.

El seminario, que se desarrolla desde el jueves y finaliza este sábado, es organizado por la agencia de noticias IPS (Inter Press Service), el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Cladem) y la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, con el auspicio del MDG3 Fund (Fondo para el Objetivo de Desarrollo del Milenio número Tres) del gobierno de Holanda.

La actividad fue convocada por las organizaciones no gubernamentales Demus, Asociación de Desarrollo Comunal (ADC) y la Asociación Nacional de Periodistas, con participación de la Comunidad Andina de Naciones, el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem) y la Organización Internacional del Trabajo.
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Se trata de un espacio en el que confluyen representantes de la sociedad civil e instituciones del Estado, unos 100 periodistas y comunicadores vinculados con la igualdad de género y laboral, así como con la participación de la mujer en la política.

En la agenda hay un planteamiento concreto: qué hacer para que estos temas sean atractivos para los medios de comunicación.

En el marco del seminario, IPS lanzó el viernes su manual "Las relaciones de género en el trabajo productivo y reproductivo", escrito por las especialistas uruguayas Lilián Celiberti y Serrana Mesa.

La antropóloga Mesa estuvo presente en la ceremonia y se refirió al contenido del texto como un trabajo destinado a ayudar a "generar esas pequeñas variaciones" en la forma en que los periodistas y los medios abordan estos temas que, con el paso del tiempo, contribuyen al cambio cultural.

Las actividades del viernes fueron clausuradas por la legisladora peruana Hilaria Supa, quien saludó al público en su lengua, el quechua, y luego reseñó su vida de explotación, lucha y reivindicación de las causas de las mujeres de su pueblo.

MEDIOS Y GÉNERO

"No puede ser que la mujer, que representa a la mitad de la raza humana, sea agredida violentamente y sin embargo la prensa no lo refleja, y si lo hace lo trata como crónica roja", expresó Lola Valladares, responsable para el área andina de Gobernabilidad y Violencia del Unifem.

Representantes de organizaciones no gubernamentales se sumaron a la lluvia de críticas a los medios de comunicación, porque, en lugar de promover una cobertura equitativa de la noticia con actores masculinos y femeninos, se reproducen agresivos estereotipos sobre la mujer.

Una campesina levantó la mano para intervenir con una notable experiencia propia. Era Rosa Palomino Chahuares, natural de la localidad altiplánica de Puno, quien se definió como comunicadora del pueblo aymara.

Palomino Chahuares narró que conduce desde hace 21 años un programa de radio que se difunde una vez a la semana durante una hora y que se llama "Wiñay Pankara" (Siempre floreciendo, en aymara), y que lo seguiría haciendo hasta el último día de su vida.

A diferencia de la gran mayoría, esta vecina del lago Titicaca no se quejó. "Como ninguna radioemisora informaba de las mujeres y mucho menos en aymara, entonces yo hice el trabajo de producción del programa, dijo.

"Yo no traduzco los periódicos ni lo que dicen las otras radios ni la televisión. Yo voy a las comunidades para que las mujeres me cuenten sus problemas, sus tristezas, sus esperanzas. Y después voy a la radio y difundo lo que dicen. A veces no quieren hablar, entonces les digo cuéntamelo cantando. Y así lo hacen, se sienten mejor", contó.

La directora ejecutiva de la Asociación de Comunicadores Sociales Calandria, Mirtha Correa Álamo, le dio la razón a la periodista aymara cuando dijo que había muchas noticias que los medios pasaban por alto, como la cada vez más disminuida participación femenina en la política.

"Vivimos en un país donde las estadísticas registran un importante crecimiento del producto interno bruto y la reducción de la pobreza a pesar de la crisis económica mundial, pero es precisamente el factor económico lo que limita la participación política de las mujeres", indicó.

A modo de ejemplo indicó que, mientras más de cinco por ciento de las alcaldías eran lideradas "entre 1999 y 2002 por mujeres, hoy apenas llegan a dos por ciento. Entre 2003 y 2006 había tres presidentas de gobiernos regionales y ahora no hay ninguna. Esto debería ser noticia, pero no lo es", añadió.

El foro de Lima sirvió también para que Mariela Jara, del no gubernamental Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (Demus), presentara el Observatorio Regional de las Mujeres en los Medios, un proyecto en el que participan organizaciones de Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Perú, y cuya finalidad consiste en registrar y analizar la cobertura de que dan los periódicos a la violencia de género.

"El objetivo es promover un periodismo por la igualdad y no por la violencia de género", manifestó.

"El observatorio proveerá indicadores para alertar a los medios sobre los niveles de difusión de mensajes que legitiman la violencia de género, y promoveremos que la prensa se pregunte si en sus propias redacciones hay equidad", apuntó.

EN BUSCA DE LA NOTICIA

La editora regional para América Latina de IPS, Diana Cariboni, demostró a su turno, a partir de la experiencia de esta agencia de noticias, que sí es posible hacer coberturas desde la perspectiva de género. Pero resaltó que dependía mucho de los propios periodistas, más que de los medios en sí.

Citando cifras del reporte de 2005 del Monitoreo Global de Medios, resaltó que las mujeres sólo representaban 21 por ciento de las fuentes que la prensa frecuentaba. Detalló que para los temas de economía sólo llegan a 20 por ciento y en política y gobierno apenas a 14 por ciento.

Agregó que 86 por ciento de los voceros citados por la prensa son hombres y 83 por ciento en el caso de los expertos consultados. Y cuando se trata de experiencias personales, 31 por ciento son mujeres.

"El monitoreo refleja una evidente discriminación de la mujer en la cobertura noticiosa, por lo tanto no hay equilibrio, y al no haber equilibrio, no se está haciendo buen periodismo", dijo Cariboni.

"Pero, ¿cómo equilibrar la balanza? Primero, dejando de lado la búsqueda estereotipada de fuentes. Y empecemos haciéndolo ahora, invirtiendo roles. Por ejemplo, cuando se trata de abordar la crisis económica, que el experto sea una mujer y, en lugar de entrevistar a una ama de casa quejosa, busquemos a un hombre de la calle".

Cariboni, mostrando ejemplos de la cobertura noticiosa que despliega IPS en el mundo, también retó a los periodistas a investigar. "La noticia no va a caer del cielo, hay que ir a buscarla porque ese es nuestro trabajo y eso es lo que esperan de nosotros", puntualizó.

"Se debe hablar con la gente, se debe frecuentar a las comunidades, se debe reportar desde el lugar de los hechos. Nadie lo va a hacer por nosotros", afirmó.

También planteó que se debe desarrollar una red de fuentes no tradicionales, interrogar a las mujeres no sólo como víctimas o sujetos pasivos sino como protagonistas. "Si queremos dejar de tratarlas de manera discriminatoria en nuestras notas periodísticas, citémoslas con sus nombres y apellidos, y evitemos llamar por sus nombres de pila a las mujeres pobres.

Cariboni presentó varios reportajes de periodistas de IPS que se caracterizaban por su profundidad, variedad de fuentes, por investigaciones en el lugar de los hechos y, especialmente, porque se consignaba la voz de los que frecuentemente no aparecen en las noticias.

"Nuestro trabajo no consiste en reproducir las notas de prensa y las declaraciones oficiales sino en salir a descubrir y publicar las noticias que la gente necesita", concluyó la editora regional de IPS.

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