MUJERES-INDIA: Sin pareja… y a mucha honra

Ser soltera, viuda, separada o divorciada es todavía peor que ser simplemente mujer en India, un país donde la población femenina sigue sujeta a ancestrales restricciones, afirman activistas.

Mujeres contra restricciones ancestrales. Crédito: Nitin Jugran Bahuguna/IPS.
Mujeres contra restricciones ancestrales. Crédito: Nitin Jugran Bahuguna/IPS.
Hansa Rathore no termina de superar el trauma que le dejó el terremoto que sacudió el noroccidental estado indio de Gujarat en enero de 2001 y que la convirtió en viuda.

Con 29 años, Rathore es una de las miles de mujeres que enviudaron en el terrible movimiento telúrico, uno de los peores de la historia de India y que dejó casi 20.000 personas muertas.

"También mi madre quedó viuda, mi casa toda destruida y yo sin recursos para alimentar a mi hijo de nueve meses", recordó Rathore.

Pronto aprendería lo que es sobrevivir en una comunidad conservadora que condena a las viudas al ostracismo social y les impone crueles restricciones.
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"Mis familiares políticos no me ayudaron y tuve que improvisar un refugio en la calle con techo de chapa. No tenía trabajo ni alimento ni atención médica para mi hijo que se enfermó", relató.

Sudha Jha, de 49 años, enviudó en 1998 y desde entonces se esfuerza por mantener a sus tres hijos y a su hija sin ayuda de nadie.

"Mi familia política no quiso que me quedara con ella cuando mi esposo murió y me fue muy difícil conseguir trabajo", dijo Jha, residente del distrito de Katihar, en el nororiental estado de Bihar.

Una de las consecuencias inmediatas de enviudar es que la mujer queda con una limitada capacidad de movimiento, se vuelve invisible y se le hace más difícil conseguir trabajo fuera de su casa.

"No se respeta a las viudas. A veces todavía se espera que se afeiten la cabeza, usen ropa extremadamente sencilla y blanca, se les prohíbe usar joyas y maquillarse y se las obliga a comer apartadas y seguir una dieta vegetariana frugal", contó Jha.

"¿Por qué las viudas deben padecer esas torturas?", preguntó. "Los hombres no sufren esa discriminación cuando sus esposas mueren, simplemente se vuelven a casar", exclamó.

Ricas o pobres, las viudas padecen un profundo estigma social en la mayoría de las comunidades de India; y peor la pasan las mujeres que no tienen pareja, ya sea porque no están casadas o porque se separaron o fueron abandonadas por sus maridos.

Muchas mujeres casadas viven situaciones deshumanizadoras en el hogar, suelen sufrir humillaciones, abusos físicos y psíquicos crueles que las dejan totalmente imposibilitadas o incapacitadas para seguir solas con su vida.

Viudas, abandonadas e indigentes, Rathore y Jha decidieron poner fin a su tormento y luchar por sus derechos humanos básicos.

Con ayuda de la organización ActionAid, que comenzó a trabajar en 2002 en las zonas afectas por el terremoto de Gujarat, Rathore organizó ese mismo año a las mujeres para formar Ekal Nari Shakti Manch (Foro de Mujeres Unidas por el Empoderamiento).

Por su parte, Jha, se convirtió en convencida activista de la organización Ekal Nari Sangharsha Samiti (Comisión de Lucha de Mujeres sin Pareja) en Bihar.

Rathore y Jha y otras seis mujeres, representantes de los estados de Himachal Pradesh, Jharkhand, Rajastán, Orissa y Madhya Pradesh, se reunieron en la capital a principios de este mes para lanzar el Foro Nacional por los Derechos de las Mujeres sin Pareja.

Los reclamos, que fueron presentados al gobierno, incluyen una pensión mensual equivalente a 21,5 dólares, atención médica gratuita para ellas y sus hijos, derecho al trabajo, a la propiedad sobre su casa paterna y matrimonial y la asignación de un terreno para construir su vivienda.

India tiene más de 1.100 millones de habitantes y 36 millones de mujeres solteras, según el censo de 2001, últimos datos disponibles en la materia. Pero las activistas sostienen que el cálculo es conservador porque no contempla a las divorciadas, separadas y viudas.

Las mujeres abandonadas o sin pareja quedan fuera de las políticas y los programas de bienestar del gobierno.

"Más de 36 millones de mujeres no tienen pareja en India y no se da respuesta a ninguno de los asuntos que las afectan", remarcó Ginny Shrivastava, activista del noroccidental estado de Rajastán.

Saraswati Singh, de unos 30 años, decidió romper su noviazgo para priorizar sus estudios, aunque el verdadero motivo fue otro, mucho más profundo.

"Al observar la tortura física y psíquica infligida a mi hermana por su marido y sus familiares políticos por su pequeña dote, resolví que nunca me iba a casar", confesó Singh, del oriental estado de Jharkhand.

Singh, activista de Ekta Mahila Manch (Asociación de Solteras Empoderadas) señaló que, paradójicamente, esa decisión le valió una nueva discriminación en su hogar.

"Fui doblemente estigmatizada: porque no me casé y porque salía seguido por mi trabajo en la Asociación. Mi familia me dijo que había perdido mi casta y se me prohibió entrar a la cocina", considerada el lugar más limpio y sagrado de la casa en las comunidades más conservadoras y donde las mujeres sólo pueden entrar después de higienizarse en la mañana, relató.

"A mi hermano le dio miedo de que tratara de reclamar la propiedad de mi padre y lo convenció de que pusiera su jubilación a su nombre", añadió.

En 2005, el gobierno lanzó un ambicioso programa para garantizar a las personas más pobres, al menos 100 días de trabajo al año. Su nombre original, Ley de Garantía Nacional de Empleo Rural, fue cambiado el 2 de este mes por el de Ley Mahatma Gandhi de Garantía Nacional de Empleo Rural, con motivo del natalicio del líder de la independencia de India.

Otra paradoja es que las mujeres solas, cuya situación fue uno de los asuntos que más preocupó a Gandhi, no sean contempladas en ese programa del gobierno, observó Singh.

Fuimos olvidadas en varios aspectos, añadió Avengillista, quien no quiso dar su apellido, y participó en el foro en representación del estado de Jharkhand.

"A veces nos dicen que somos muy jóvenes y no podemos trabajar, otras, que como tenemos niños pequeños, no nos pueden dar un empleo. A las mayores ni las consideran", añadió.

Las autoridades presentes en el foro aseguraron que tomarían medidas para corregir estas injusticias.

"La exclusión de las jefas de hogar de uno de los programas más importantes de alivio a la pobreza del país terminará socavando el propósito del plan quinquenal número 11 sobre crecimiento inclusivo", señaló Syeda Hameed, integrante de la Comisión de Planificación de India, que formula y aprueba las metas.

"Vamos a recomendar que el programa adopte nuevas pautas para garantizarles su legítimo derecho", añadió.

Todo indica que ellas sufren varias formas de discriminación social, indicó Girija Vyas, presidenta de la estatal Comisión Nacional para las Mujeres.

"Las viudas constituyen 33 por ciento de las mujeres que sufren violencia sexual, pero cuando se trata de otros indicadores básicos, como acceso a la alimentación o a la atención médica, las cifras son peores", añadió en el encuentro de Nueva Delhi.

Vyas declaró que la Comisión intercederá para crear planes y programas dirigidos especialmente a las jefas de hogar y buscar la forma de crear puestos de trabajo para ellas.

"La Comisión Nacional para las Mujeres se compromete a revisar y a ampliar la legislación que contempla su derecho a la propiedad y les garantiza recibir una herencia de sus padres y de su familia política", remarcó.

Las participantes del foro están decididas a combatir la desigualdad a toda costa.

"Estamos aquí para terminar con décadas de silencio y redefinir las perspectivas sociales de las mujeres", subrayó Singh, de la Asociación de Mujeres sin Pareja Empoderadas.

"Estamos decididas a difundir y divulgar la lucha diaria que las mujeres libran contra las costumbres injustas, la negación de sus derechos sociales y las diversas formas de violencia que padecen", sentenció.

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