Con la consigna de que «la crisis no la pagarán los trabajadores» y un amplio pliego de demandas políticas y sociales, se realizó este jueves una masiva jornada de movilización sindical en Chile, con la participación de más de 135.000 personas, según sus organizadores.
Con la protesta "el sindicalismo dio una muestra de madurez, de unidad, de organización y de fuerza. Eso había muchos que lo ignoraban o no lo querían ver. Bueno, hoy día demostramos que tenemos capacidad", declaró a IPS el presidente de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT), el socialista Arturo Martínez.
Se "demuestra también el cambio que ha ocurrido en Chile, porque este sindicalismo vino para hacer los cambios políticos en el país, no a reivindicar un reajuste. Tal vez nos demoremos, pero vamos a cambiar Chile", lanzó el dirigente, luego de entregar a la prensa el balance de la manifestación.
Martínez explicó que antes del 1 de Mayo, cuando se conmemore el Día Internacional de los Trabajadores, presentarán un pliego de demandas laborales, políticas y sociales a las autoridades, al parlamento y a los empresarios.
En el primer ámbito, exigen el fortalecimiento de la negociación colectiva, el fin del reemplazo de los trabajadores durante una huelga y la modificación del artículo 161 del Código del Trabajo que permite despedir al personal por necesidades de la empresa.
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También exigen que el gobierno de la socialista Michelle Bachelet envíe al parlamento un proyecto de ley que establezca un nuevo sistema público de pensiones, con garantía estatal, como alternativa a las privadas Administradoras de Fondos de Pensiones.
En el ámbito social, piden "que se nacionalice la electricidad, el agua, el transporte público, y que los derechos de salud y educación sean administrados por el Estado", detalló Martínez.
Además, "queremos una reforma constitucional" que apruebe "un plebiscito para que el pueblo de Chile pueda votar por una nueva Constitución", apuntó el dirigente.
"Acá estamos reivindicando democracia, participación y derechos esenciales para nuestro pueblo", enfatizó el presidente de la CUT.
Alrededor de las 11 de la mañana se iniciaron marchas simultáneas en cuatro puntos de la capital, que convergieron en el céntrico paseo Bulnes, donde se efectuó el acto principal de la jornada.
Según la CUT, la convocatoria en Santiago alcanzó las 30.000 personas.
En la norteña ciudad de Arica marcharon 4.000 trabajadores, en La Serena 7.000 personas, en la central región de Valparaíso se congregaron 15.000 manifestantes y en las sureña Temuco marcharon unos 17.000 trabajadores. En todo el país la CUT contabilizó 135.000.
Según los últimos reportes policiales, hubo más de 50 detenidos por incidentes.
A la huelga de la CUT se adhirieron la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales (Anef), profesores, estudiantes, trabajadores de la salud, cesantes, además de empleados de empresas privadas, principalmente del comercio.
La consigna de la jornada fue "Para que la crisis no la paguen los trabajadores. A conquistar un Estado social, democrático y solidario. Todo Chile a parar el abuso".
A la manifestación también se sumó el ex ministro del Trabajo de Bachelet, el socialista Osvaldo Andrade, quien renunció a su cargo para postularse en diciembre a la Cámara de Diputados.
"Estamos protestando contra el abuso de los empleadores, no del gobierno. Las crisis no se enfrentan con despidos, hay que terminar con los abusos, los patrones no pueden aprovechar la crisis para despedir", dijo Andrade a periodistas.
Precisamente el cántico "A parar, a parar, el abuso patronal" fue uno de los que se escucharon en la capital chilena. También se leían carteles con frases como "Más Estado, menos mercado".
Hubo asimismo espacio para manifestar el malestar popular que ha generado la colusión de precios detectada en las tres principales cadenas de farmacias del país.
En el trimestre diciembre 2008-febrero 2009, la tasa de desempleo nacional fue de 8,5 por ciento, lo que equivale a 619.749 personas sin trabajo.
Pero algunos analistas pronostican que el desempleo puede superar los dos dígitos en los próximos meses, empinándose sobre el millón de personas.
La propia ministra del Trabajo, Claudia Serrano, señaló en una entrevista al diario La Segunda el 9 de este mes que "hay empresarios que están ajustando vía empleo de manera descarnada ante la crisis que estamos viviendo", al tiempo que reconoció que "otros tienen más responsabilidad social".
Hay empresarios que están pidiendo que se congele el salario mínimo mientras dure la crisis económica.
Sobre el proyecto que refuerza la negociación colectiva, una de las promesas de campaña de Bachelet, la ministra señaló que no está descartado su envío al parlamento este año, pero "por ahora se decidió posponer su discusión teniendo en cuenta la crisis que atravesamos". La última palabra la tiene la mandataria.
Aunque el gobierno y expertos nacionales y extranjeros han insistido en que Chile es uno de los países del mundo que está mejor preparado para enfrentar la crisis económica, por su ordenado manejo fiscal y los cuantiosos ahorros obtenidos por las exportaciones de cobre, los últimos datos económicos han sido calificados de "decepcionantes".
En febrero, por ejemplo, la actividad industrial cayó 11,5 por ciento, su mayor disminución desde 1990.
Pese a que la presidenta ha lanzado millonarios paquetes de medidas para reactivar la economía con obras públicas, facilitación del crédito y ayuda monetaria a los más pobres, cada vez más analistas consideran que el país está en recesión. Por ello para este año se prevé un estancamiento o contracción del producto interno bruto (PIB). En 2008 el crecimiento del PIB fue de 3,8 por ciento.
El complejo cuadro económico llevó al Banco Central a bajar este mes la tasa de interés anual hasta 1,75 por ciento anual.
Una de las pocas noticias positivas que ha tenido la economía chilena es el aumento del precio del cobre, que hoy se ubica en más de dos dólares la libra (460 gramos).
