CORRUPCIÓN: Bancos facilitan saqueos en países pobres

Algunos de los principales bancos del mundo facilitan la corrupción en los países más pobres, señala un nuevo estudio de la organización independiente Global Witness.

El informe, titulado "Diligencia indebida: cómo los bancos hacen negocios con regímenes corruptos", muestra la forma en que, al crear vínculos con turbios clientes en países ricos en recursos naturales, varios bancos facilitaron la corrupción y el saqueo estatal, lo que impide a esas naciones la oportunidad de salir de la pobreza y dejar de ser dependientes de la ayuda externa.

"La misma regulación laxa que creó la crisis de créditos ha hecho que algunos de los mayores bancos del mundo faciliten el saqueo de recursos naturales de estados pobres", dijo el director de campañas de Global Witness, Gavin Hayman.

Esta organización sin fines de lucro se dedica a la investigación sobre las causas y efectos de la explotación de la riqueza natural en el mundo.

"Si recursos como el petróleo, el gas y los minerales realmente están para ayudar a sacar a África y a otras regiones pobres de la pobreza, entonces los gobiernos deben asumir la responsabilidad de impedir que los bancos hagan negocios con dictadores corruptos y con sus familias", añadió.
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El informe cita a varios clientes de determinados bancos en Guinea Ecuatorial, República del Congo, Gabón, Liberia, Angola y Turkmenistán. En esos países, la riqueza natural está siendo o ha sido saqueada por unos pocos, sea para enriquecimiento personal, para fortalecer el poder de un dictador que viola los derechos humanos o para financiar guerras devastadoras.

Entre los bancos que se mencionan están Barclays, Citibank, Deutsche Bank y HSBC. Casi todas las instituciones bancarias incluidas en el informe son de alto alcance internacional y todas proclaman sus compromisos de responsabilidad social. Sin embargo, según el trabajo, hay una enorme brecha entre ese discurso y la realidad.

Los ingresos por recursos naturales ofrecen una potencial salida de la pobreza a muchos países en desarrollo. Pero estas ganancias, que podrían ser volcadas al desarrollo, son malversadas, usurpadas por altos funcionarios de gobierno o usadas para apuntalar a regímenes que oprimen a su propio pueblo.

"Los bancos proveen el mecanismo para que haya corrupción en torno a los recursos naturales", señaló Anthea Lawson, de Global Witness.

Entre la evidencia presentada en el informe se incluye el caso del banco Barclays, quien mantuvo una cuenta abierta a "Teodorín" Obiang, hijo del dictador de Guinea Ecuatorial, incluso mucho después de que salieran a la luz pruebas de que la familia estaba involucrada en la usurpación de las riquezas petroleras de esa nación.

En 2004, el banco Riggs colapsó como resultado de una investigación de un comité del Senado estadounidense, en el que se descubrió que mantenía cuentas a nombre del dictador ecuatoguineano Teodoro Nguema Obiang, así como a miembros de su familia y de su gobierno corrupto.

A pesar de eso, Teodorín, quien como ministro de Agricultura y Bosques en el gobierno de su padre ganaba un salario de 4.000 dólares al mes, todavía tenía una cuenta abierta en Barclays en noviembre de 2007. El informe señala que, mientras su país sigue siendo uno de los más pobres de África, él posee una mansión de 35 millones de dólares en Malibú, Estados Unidos, y ha gastado 6,3 millones de dólares en compras de automóviles en los últimos 10 años.

También está mencionado Citibank, que facilitó el financiamiento de dos guerras civiles en Sierra Leona y Liberia al permitirle al ex presidente liberiano Charles Taylor (1997-2003), ahora juzgado por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional de La Haya, saquear las riquezas naturales de madera.

Como quedó en evidencia por la actual crisis financiera internacional, el informe señala que cuando se trata de respetar las reglas, los banqueros hacen lo menos posible. Tratan de explotar todos los vacíos y las ambigüedades en las regulaciones y asumir sus responsabilidades al mínimo nivel.

Esto sucede a pesar de que una serie de leyes contra el lavado de dinero requieren a los bancos ser diligentes en identificar a sus clientes y rechazar fondos que hayan sido adquiridos en forma ilícita. Pero las actuales normas son ambiguas sobre hasta dónde las instituciones bancarias deben ir para identificar la persona real que está detrás de las compañías.

Al aceptar a estos clientes sospechosos, los bancos asisten directa o indirectamente a aquellos que usan las cuentas del Estado para enriquecerse o oprimir a sus pueblos, señala el informe.

El trabajo fue presentado en vísperas de la reunión del Grupo de los 20 (G-20) prevista para este sábado en Londres, donde se analizará la actual crisis financiera mundial.

"Los líderes del G-20 deben actuar sobre sus promesas de ayudar a los pobres del mundo. Un elemento clave para acabar con al pobreza es poner fin al dinero robado o sacado del presupuesto, en primer lugar. Eludir este tema dejaría al sistema financiero global abierto no sólo a nuevos flujos de dinero corrupto, sino también a las influencias desestabilizadoras que han causado tanto daño a las economías del mundo industrializado", dijo Hayman.

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