BOLIVIA: Prensa privada entre las tensiones y la ética

La mala relación entre el presidente de Bolivia, el izquierdista Evo Morales, y los medios de comunicación de este país puede resumirse en la consigna que gritó un seguidor del gobierno el 27 de septiembre, durante la visita a La Paz del presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad: «¡Muera la prensa vendida!».

"Desde que asumió la presidencia, en enero de 2006, Morales y su administración han acusado a los medios privados de estar alineados con las fuerzas de la oposición", señala un informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por su sigla en inglés), una organización no gubernamental con sede en Nueva York, dedicada a proteger la libertad de expresión.

"El presidente, un indígena aymara y antiguo cultivador de coca, ha dicho que el 'enemigo número uno es la mayoría de los medios'", señaló el reporte del CPJ sobre el estado de la libertad de prensa en este país, redactado tras la visita de tres de sus miembros en junio y que tiene como título "El momento histórico de Bolivia".

En este contexto, la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), que agrupa a propietarios de 27 medios impresos, asumió una posición autocrítica y aprobó un código de ética que, por primera vez, pide a los empresarios seguir principios dirigidos a ofrecer noticias serias y libres de manipulaciones.

"La veracidad de la información debe ser la primera condición imprescindible para su publicación", "los medios deben tener claramente diferenciados sus sectores editorial, de opinión, de información y de publicidad" y "la equidad y equilibrio deben ser parte importante de la práctica periodística noticiosa" son tres de los 17 principios del código.
[related_articles]
Juan Javier Zeballos, impulsor y autor del texto, indicó a IPS que los propietarios de medios impresos han comprendido que su principal actividad consiste en vender noticias creíbles, confiables y publicadas tras un riguroso proceso del mensaje escrito.

Zeballos es un periodista retirado, director ejecutivo de la ANP. Durante 25 años fue corresponsal de la agencia de noticias Reuters y trabajó asimismo en otros medios locales, desde 1963.

— Un informe del CPJ señala un antagonismo entre periodistas, medios y el gobierno. ¿Cómo interpreta la situación?

— En todos los países la relación entre el gobierno y los medios no es un romance, siempre es hasta cierto punto conflictiva. Creemos que el gobierno está demasiado susceptible al acusar a los medios de ser su principal enemigo. Desde el punto de vista de los medios impresos no hay un deseo de ser enemigo de nadie sino ser amigos de la verdad.

Por eso la ANP aprobó un código de ética de cumplimiento obligatorio para propietarios, directores, periodistas, administrativos y trabajadores de talleres. Ese código tiene la finalidad de demostrar que nosotros no estamos en contra de nadie. Y por otro lado tiene el propósito de ser un instrumento que jerarquice y otorgue mayor credibilidad a los medios de comunicación. El gobierno no es nuestro enemigo, ni nosotros somos los enemigos del gobierno.

— ¿Existe autocrítica de parte de los periodistas y los medios de prensa?

— Yo creo fundamentalmente que sectores de la radio y la televisión están haciendo un periodismo poco serio, poco responsable y poco ético. Creemos que un buen periodismo debería ser un pararrayos donde desaparezcan las críticas. Ese buen periodismo debemos lograrlo a través de la capacitación y el entrenamiento de los periodistas para que no incurran en violaciones a esos principios éticos.

El periodismo sesgado, errado, equivocado, da pie para acusar al trabajo de los profesionales. Queremos, honestamente, eliminar ese talón de Aquiles que tiene la prensa y lograr que en algún momento se ponga como ejemplo al periodismo de Bolivia.

— ¿Cómo piensan recuperar la credibilidad perdida?

— Creo que este código de ética tiene el propósito de recuperar esa credibilidad que ha ido perdiendo el periodismo boliviano. Ojalá la radio y la televisión se adhieran a corto plazo, porque ayudará a aumentarla. La mayor riqueza de un medio de comunicación independiente es la credibilidad, y ese valor hay que buscarlo afectando intereses ajenos a los del verdadero periodismo. El código será un elemento más que coadyuvará a un periodismo imparcial, honesto, serio y responsable.

— ¿Las anteriores normas y códigos fueron insuficientes para edificar un periodismo creíble?

— Yo creo que nunca se han alcanzado los objetivos que definían estas normas. La Ley de Imprenta, por su carácter, ampara la irresponsabilidad, la manipulación y el sensacionalismo. Los códigos de ética institucionales hasta ahora han sido sólo un saludo a la bandera, porque nunca han tenido una aplicación efectiva. Y son varias las instituciones que tienen un código de ética: en la ANP no queremos que sea uno más, sino que se aplique.

Hemos diseñado un esquema por el cual cada medio afiliado a la ANP tendrá su propio tribunal de ética que juzgue en primera instancia todas las violaciones a los principios adoptados. Está en estudio la creación del tribunal de ética de la ANP que juzgará en segunda instancia las apelaciones de quienes se sientan injustamente afectados por los tribunales internos de los medios, o que juzgue los casos que los tribunales internos se han resistido a juzgar injustamente.

— ¿Cómo se conformarán los tribunales de ética?

— Deben estar integrados por un representante de la parte empresarial, un representante de los periodistas y un representante de los trabajadores de otros sectores de la empresa. Esa conformación garantizará un equilibrio. El tribunal nacional de la ANP estará integrado por cinco miembros, de los cuales tres deberían ser periodistas de trayectoria intachable y los otros dos representantes de la sociedad civil, con preferencia ex ministros de la Corte Suprema de Justicia y de las cortes distritales de justicia.

— ¿Cuáles son las sanciones que podrían emitir los tribunales de ética?

— El tribunal nacional deberá emitir recomendaciones y sugerencias de carácter moral. No puede emitir sanciones materiales, pero los tribunales internos podrían adoptar actitudes más enérgicas y drásticas velando por la credibilidad de su medio y, como opinión personal, los medios podrían despedir a las personas que violan los principios éticos con faltas graves como la manipulación de información, el plagio y el engaño premeditado a la sociedad.

El diario The New York Times aplicó sanciones fuertes contra un jefe de redacción y cinco personas que permitieron a un periodista, por acción u omisión, inventar artículos y plagiar otros. Hace algunos meses la agencia Reuters despidió a un fotógrafo que en Iraq retocó una fotografía de una explosión, agregando humo para dar más dramatismo a la imagen. Estas sanciones se justifican cuando se vigila honestamente la credibilidad del medio. (FIN/IPS/fc/jsp-dcl/la ip ic cv pn qa sl/07)

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe