IRAQ: Basora en llamas

Más de 100 civiles han muerto este mes en la meridional ciudad iraquí de Basora, escenario de constantes actos de violencia, enfrentamientos sectarios y choques con las fuerzas de ocupación británicas.

Crédito: Dept. de Defensa de EEUU
Crédito: Dept. de Defensa de EEUU

El contrabando de petróleo a gran escala y la carencia de servicios básicos como el agua y la electricidad agravan aun más la situación en la ciudad, ubicada 570 kilómetros al sur de Bagdad. Los residentes responsabilizan al gobernador Mohammed al-Waili y a Gran Bretaña.

Antes de esta ola de muertes, Basora gozaba de cierta reputación como una de las ciudades más pacíficas de Iraq, y los 8.000 soldados británicos que la ocupan eran respetados por brindar a los residentes un trato algo más humano que sus pares estadounidenses.

Pero cuando miles de habitantes tomaron las calles a inicios de este mes para protestar contra el alto desempleo y la corrupción en la oficina del gobernador, los británicos no dudaron en atacar a los manifestantes desde helicópteros, motivando represalias de la resistencia.

Los insurgentes "tiraron abajo un helicóptero", dijo a IPS el presidente del sindicato de trabajadores petroleros en Basora, As'aad Kareem.
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"Fue una verdadera resistencia. Lo tiraron abajo porque los británicos estaban apoyando al gobernador y disparando a las personas de la manifestación. Y el gobernador no los detuvo. Por eso, es también responsabilidad de él", sostuvo.

"Yo visité Basora el año pasado y vi las montañas de basura", dijo por su parte Amjad Ali Al Jawahary, del sindicato de comerciantes iraquíes.

"El sistema de alcantarillado está destruido. Los sistemas de distribución de agua no son adecuados. Ni siquiera hay agua potable. La electricidad no cumple con las expectativas. Por entonces había electricidad apenas tres horas al día, y ahora 30 minutos o una hora", afirmó.

Mientras, Kareem sostuvo que el agua y la electricidad no eran las únicas razones de la tensión en la ciudad.

"El gobierno en Bagdad le dio mucho apoyo y dinero a Basora, pero el gobernador cometió malversación de fondos, lo que derivó en violencia y en muchas huelgas, incluyendo de militares y policías", señaló.

En lo que va de este mes, siete soldados británicos y 100 civiles iraquíes han muerto en disturbios.

Fadil el Sharaa, portavoz del clérigo chiita Moqtada Sadr, sostuvo que las fuerzas británicas y el gobernador (que pertenece al partido chiita Consejo Supremo para la Revolución Islámica en Iraq) desean culpar de las muertes a los conflictos sectarios.

Pero "lo que ocurrió en Basora fue que el representante del ayatolá chiita Al Sistani habló de corrupción cometida por el gobernador y su administración, lo que motivó que el gobernador responsabilizara a los religiosos de la violencia en la ciudad y de la división de la población", dijo El Sharaa.

"Deben ser más responsables en sus declaraciones. Ahora el problema ha sido solucionado por la oficina de Sadr. Enviamos a nuestro representante a Basora y tuvimos una reunión con los dos grupos para intentar resolver las diferencias en forma pacífica", añadió.

Pero los choques con la oficina del gobernador no son la única causa de la violencia. El grupo sunita Asociación de Eruditos Musulmanes se quejó esta semana de que unas 1.200 familias árabes de esa rama del Islam han sido obligadas a salir de la ciudad.

"Están secuestrando y matando personas todos los días", dijo Jawahary en relación a la población sunita.

"Hace poco, 18 personas fueron secuestradas y halladas muertas luego. El líder de una de las tribus fue asesinado. El consejo de gobierno, dominado por chiitas, quiere eliminar a los sunitas, y los sunitas contraatacan", añadió.

Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas divulgado esta semana, por lo menos 2.500 personas fueron asesinadas en Iraq entre marzo y abril, mientras que otras 85.000 fueron forzadas a abandonar sus hogares.

Citando datos de la Organización Internacional para las Migraciones, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas para Iraq señaló que 14.302 familias han sido desplazadas en este país desde el atentado del 22 de febrero contra una mezquita en la central ciudad de Samarra.

El informe reveló que la migración de las familias desplazadas rompe con la tradicional distribución geográfica entre sunitas y chiitas.

Mientras, el primer ministro de Dinamarca, Anders Fogh Rasmussen, realizó esta semana una visita a Basora, donde anunció que parte de los 535 soldados de ese país europeo instalados en la ciudad serán llevados de regreso a fines de este verano boreal.

*Con aporte de Salam Talib.

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