BIRMANIA: Algo se mueve bajo la férrea dictadura

El proceso pendular de democratización de Birmania aceleró el ritmo de sus oscilaciones, según se desprende de la aparición de signos ”interesantes” observados por el jurista brasileño Paulo Sergio Pinheiro, relator especial de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación en ese país.

Pinheiro, quien el 1 de junio se había declarado ”decepcionado por la falta de cooperación” de la junta militar birmana, comentó este lunes a IPS que ha encontrado ”algunas novedades interesantes” en la marcha de la Convención Nacional, la asamblea concebida por el régimen para redactar una nueva constitución.

Desde la apertura de la Convención Nacional, el 17 de mayo, Pinheiro sigue su desarrollo a través de informes que recibe de la región y de despachos de prensa, pues las autoridades birmanas le negaron autorización para visitar el país entre el 31 de mayo y el 13 de junio, en cumplimiento del mandato encomendado por el máximo cuerpo de derechos humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).

En su última comunicación pública, del 1 de junio, el relator censuró a la junta birmana por no haber asegurado las condiciones democráticas mínimas para la reanudación de las sesiones de la Convención Nacional.

Sin la participación de la Liga Nacional Democrática (LND), la principal fuerza opositora que conquistó 80 por ciento de los votos en las elecciones de 1990, y de otros partidos políticos, el proceso carecía de libertad, transparencia y participación genuinas, estimó entonces Pinheiro.

Empero, el relator considera ahora que la Convención Nacional ofrece ”algunos desarrollos interesantes”, como la participación de los grupos étnicos, unos 400, dijo. Los representantes de esas comunidades tuvieron oportunidad de distribuir sus documentos y exponer ideas en la asamblea, insistió.

Pinheiro, que ha visitado siete veces ese país de 49 millones de habitantes en sus funciones de enviado de la Comisión de Derechos Humanos, reaccionó siempre con prevención ante los anuncios de democratización que viene efectuando la junta militar.

Su posición contrastaba con la actitud más confiada del ex diplomático malasio Razali Ismail, enviado especial del secretario general de la ONU, Kofi Annan, para el seguimiento de la evolución política de Birmania.

Pero ahora es Pinheiro quien encuentra señales sugestivas. ”Estoy observando que tanto por parte del gobierno como de la LND, hay un espacio de no agudización de la relación”, dijo.

El relator agregó que sigue ese proceso y ”continuaré esta semana teniendo contactos con las autoridades (birmanas) con vistas a mi visita”.

La estrategia del jurista brasileño consiste en insistir ante el régimen militar para disuadirlo de los beneficios que puede acarrearle el hecho de que su informe a la ONU recoja también la óptica del gobierno.

Fuentes de derechos humanos evaluaron que la insistencia del relator puede abrir una brecha en el gobierno birmano, que ya ha mostrado diferencias internas en el tratamiento a la LND, a pesar de la intransigencia que exhibe ante el arresto domiciliario de la líder de ese partido, la premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

El informe de Pinheiro debe ser presentado antes de fines de julio para que sea agregado a los que recibirá la próxima asamblea general de la ONU.

”Estoy diciendo al gobierno de Myanmar (por Birmania) que es de su interés que yo pueda escuchar directamente las cosas que estoy conociendo fuera del país”, expuso.

Cuando el relator internacional se refiere a las informaciones que recibe en el exterior, alude a los contactos sostenidos en las últimas semanas en Bangkok con embajadores de países de la región y de otros grupos regionales.

El relator efectuó posteriormente una visita de cortesía al embajador birmano en Londres y espera encontrarse esta semana con el jefe de la misión de ese país ante los organismos internacionales de Ginebra.

”Creo que es importante que el informe recoja no solamente mi evaluación sino también los puntos de vista del gobierno, que pueden ser reflejados de una manera honesta en el documento”, dijo.

Pinheiro estimó que su informe podría ser más completo y complejo si le permitieran tener acceso a Birmania. De lo contrario, sería un documento preparado con informaciones secundarias ”lo que no creo que sea del interés del país”, advirtió.

El actual régimen militar se mantiene en funciones desde 1992, y el Poder Legislativo está suspendido desde 1988. Pero Birmania ha vivido, desde su independencia en 1948, una sucesión de gobiernos autoritarios.

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