Los cubanos recibieron este martes con sorpresa y mucha preocupación las medidas económicas del gobierno de Fidel Castro, que incluyen restricciones y aumento de precios, tendientes a enfrentar el llamado plan de transición a la democracia en Cuba anunciado por Washington.
"Hay que comprar lo que se pueda porque van a subir los precios. Estamos como locos", dijo a IPS una mujer mientras compraba apresuradamente artículos de aseo y alimentos en un establecimiento comercial con venta en dólares.
En la puerta del negocio, un cartel escrito a mano anunciaba que no se expenderán bebidas alcohólicas, cigarrillos, ni artículos de ferretería que no sean los de aseo.
La prensa escrita, radial y televisada, toda estatal, incluyó este martes en sus principales espacios la nota oficial que prevé un alza de precios de los combustibles y de los alimentos en la red comercial en dólares.
El texto alega que el programa presentado al presidente estadounidense George W. Bush, el pasado jueves, está dirigido a reducir al mínimo los recursos en divisas imprescindibles para satisfacer las necesidades esenciales de la población cubana.
Además, la nota oficial no responsabiliza al gobierno ni al Partido Comunista de Cuba con las disposiciones, sino a "la Revolución, apoyada en su larga experiencia, su ecuanimidad, y en la sólida unidad y elevada cultura política de su pueblo".
Tal formulación suele dejarse para situaciones difíciles y complejas en que la población puede no comprender iniciativas que impactarán sobre su nivel de vida, golpeado ya duramente por la crisis de los años 90 tras la desaparición de la Unión Soviética y del campo socialista europeo, bloque en el que Cuba estaba inmerso.
"En estos instantes la esfera política alcanza su máxima importancia”, señala el reporte oficial, que prevé un aumento en los precios de las tiendas que ofertan sus productos en dólares y en centros de expendio de combustibles.
La primera de las 15 medidas detalladas indica que se suspenden, hasta nuevo aviso, las ventas en esos establecimientos, "excepto alimentos y artículos de aseo e higiene personal”.
Una vasta red de Tiendas Recaudadoras de Divisas (TRD) extendida por todo el país ofrece toda clase de artículos para una población de más de 11 millones, de la cual alrededor de 60 por ciento dispone de ese tipo de moneda.
Según el comunicado oficial del gobierno de Castro, se garantizarán los bienes y servicios que, "sin privilegio de ninguna índole, deben recibir toda la población del país" y también se mantendrán los de la canasta básica subsidiada con artículos racionados.
Cada familia recibe mensualmente un grupo de productos normados, a precios muy por debajo de sus costos, pero que no satisfacen totalmente las necesidades cotidianas ni incluyen ropa, calzado ni artículos básicos para el hogar.
"Lo de la libreta es insuficiente. Siempre hay que caer en la 'shopin' (TRD), por eso no entiendo porqué se suspenden las ventas de zapatos, ropa y otras cosas que sólo se consiguen en dólares”, comentó una señora que prefirió no decir su nombre.
Un economista consultado por IPS admitió también que las disposiciones oficiales tomaron a muchos por sorpresa, por la manera imprevista en que fueron anunciadas, además de que algunas resultan "incomprensibles”.
"¿Qué va a pasar con el personal de esos establecimientos que cerrarán sus puertas? ¿Qué se hará con la mercadería disponible?”, se preguntó el investigador, quien habló a condición de no ser identificado.
Sin embargo, empleados de la red comercial dejaron entrever que, luego de un reajuste de precios, las ventas se reanudarán, aunque no se atrevieron a dar plazos ni calcular porcentajes de esas alzas.
En todo caso, la estrategia parece ser concentrar por ahora los recursos financieros en alimentos, buena parte de los cuales son adquiridos en la actualidad a empresas de Estados Unidos al amparo de una ley de 2000.
Desde fines de 2001 hasta la actualidad, La Habana compró productos agroalimentarios a firmas de ese país norteamericano por más de 800 millones de dólares, incluido el flete y otros servicios y pagados al contado.
Las disposiciones también prevén garantizar los depósitos bancarios en pesos cubanos, en pesos convertibles y en dólares, además de mantener en funcionamiento las Casas de Cambio con la tasa actual de 26 pesos por cada dólar.
Asimismo continuarán abiertos los mercados agropecuarios donde los productores venden sus artículos a precios fijados sólo por la libre oferta y la demanda.
"Nos esperan días de trabajo y sacrificio”, advirtió la nota oficial, según la cual se mantendrán "intocables” los programas de salud pública que se desarrollan en todo el país, así como los de educación y la cultura.
Otra fuente del sector académico consultada alertó que la economía es un sistema complejo de relaciones, en el cual una medida causa impacto sobre otra, con un efecto multiplicador.
"Por ejemplo, si sube el combustible, también subirán las tarifas de los vehículos privados que resuelven las deficiencias del transporte público o se incrementarán los precios en los mercado agropecuarios”, comentó.
A pesar de la tensión que pudieran generar los aumentos de precios y el mayor control estatal sobre la economía, sectores de la oposición descartaron demostraciones de descontento o un "éxodo masivo”.
"Hemos mostrado una enorme capacidad de aguante y así seguirá ocurriendo”, dijo el opositor Elizardo Sánchez, presidente de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional.
En materia de inversiones económicas, se dará prioridad total a las de más rápida amortización y mayores beneficios inmediatos, al tiempo que se continuará impulsando sectores clave para el país como la producción de níquel y cobalto.
Además, se prevé proseguir la búsqueda de petróleo y gas natural en los lugares con mayores posibilidades de resultados, con la aplicación de nuevas técnicas de extracción, "hasta lograr el autoabastecimiento”.
La producción petrolera nacional asegura casi la totalidad de la energía eléctrica que consume el país, que completa sus necesidades de combustible con importaciones de Venezuela y otros mercados.
