El presidente de Argentina, Néstor Kirchner, contestó con dureza a cinco gobernadores de su Partido Justicialista, molestos porque organizaciones de derechos humanos vetaron su presencia en el principal acto para conmemorar el aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976. Kirchner habló de "algunos que quieren volver a la superficie después de estar agachados durante años". "Esta vez (los gobernadores) se excedieron", dijo el jefe de gabinete, Alberto Fernández. "Estos cinco tipos son los mismos que mañana van a venir a pedir por favor que los atendamos". Se refería a los mandatarios Felipe Solá, de Buenos Aires, Jorge Obeid, de Santa Fe, José Manuel de la Sota, de Córdoba, Jorge Busti, de Entre Ríos, y Carlos Verna, de La Pampa. La presidenta de la asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, había cuestionado la presencia de los gobernadores en el acto en el que por primera vez, el Estado argentino pidió disculpas por las violaciones de derechos humanos cometidas durante la última dictadura (1976-1983) y llegó a amenazar que si ellos asistían, su organización no lo haría. El presidente Kirchner guardó silencio ante el incidente y los aludidos no acudieron, pero publicaron una protesta en los principales diarios de Argentina.
