MEDITERRANEO: Arabes y europeos condenados a cooperar

La violencia e inestabilidad derivadas de la ocupación estadounidense de Iraq y de la disputa entre Israel y Palestina son los ejemplos más evidentes de que el diálogo intercultural es una exigencia decisiva para el refuerzo de las relaciones y la comprensión entre europeos y árabes.

Europa y los países del sur y del oriente del mar Mediterráneo ”están 'condenados' a dialogar, aprovechando su proximidad geográfica, histórica y cultural”, dijo en entrevista con IPS la argelina Fifi Benaboud, consejera del holandés Jos Lemmers, director ejecutivo del Centro Norte-Sur (CNS) del Consejo de Europa, con sede en Lisboa.

Benaboud, a cargo del Programa Tras-Mediterráneo del CNS, es la coordinadora de la Conferencia Internacional ”Diálogo Intercultural en la Región Euro-Mediterránea: Fundamentos de la Paz y la Seguridad”, que se realizará este sábado y el domingo en Ammán.

La cita en la capital de Jordania tiene como objetivo principal ”lograr entendimientos y recomendaciones concretas, porque en el contexto internacional actual, y no sólo ahora sino desde hace bastante tiempo, vemos mucho diálogo, pero pocos resultados”, observó la experta argelina.

Lo peor ”es que observamos que el Mediterráneo es un mar de fracturas, un mar de costas que se están alejando, debido a la ignorancia y a los estereotipos, que lamentablemente incluyen el rechazo al ´Otro´, con mayúscula, simplemente por que lo desconocen”, añadió.

Hace ya más de un año que ”la región da miedo, porque los conflictos se pueden incrementar, pese a que esto no es la intención ni de Europa ni del mundo árabe”, deploró Benaboud.

A la proximidad geográfica, histórica y cultural, ”se une la humana, debido a los grandes movimientos migratorios”, recordó la alta funcionaria del CNS.

”Ya ni siquiera es necesario hablar de solidaridad, sino simplemente de intereses comunes entre Europa y el mundo árabe, usando la fórmula de conocimiento y entendimiento mutuo, mediante el diálogo reforzado, útil y con resultados concretos”, acotó.

En el contexto unipolar actual, donde las grandes decisiones son tomadas unilateralmente, Benaboud opinó que ”Europa debe mostrarse fuerte, hacer valer su peso real en los conflictos medio orientales, porque este continente tiene todas las posibilidades para ser un polo de poder mundial”.

”Una cooperación desarrollada y vertebrada con el mundo árabe puede ser un factor de refuerzo de la propia Europa”, sentencio, aunque advirtió a renglón seguido que, ”para que este diálogo sea fructífero, es necesario no sólo conocerse sino también reconocerse como un par igualitario”.

En ese sentido, adquiere especial dimensión ”el respeto mutuo por la diversidad cultural de ambas márgenes del mar Mediterráneo, porque cuando vemos lo que está pasando ahora, debemos interrogarnos si hemos llegado al punto de choque de civilizaciones”, agregó.

”Nosotros, el CNS, esperamos que no sea este el caso y por eso realizamos proyectos de esta índole, para ver en qué punto de esta interrogante nos encontramos en las relaciones entre Europa y los países del Magreb (occidente) y del Machrek (oriente) árabes”, explicó Benaboud.

El encuentro de alto nivel del próximo fin de semana en Ammán cuenta con el patrocinio local del Instituto Jordano para la Diplomacia, una de las entidades árabes de mayor peso regional en temas de paz y cooperación, dirigido por el embajador e intelectual jordano Farouk Kasarawi, quien junto a Lemmers, presidirá el encuentro.

La agenda de la reunión contempla ”Conflictos de Interés: ¿Qué diálogo para la región Euro-Mediterránea?” , ”Diálogo y dignidad humana entre el respeto de la diversidad y el ‘choque de civilizaciones'”, ”Medios informativos y la descripción del ´Otro´: ¿Un arma de guerra o un instrumento de paz?” y ”Diálogo intercultural: el camino hacia la paz y la seguridad”.

Entre los invitados se destacan el canciller de Jordania, Abdel Ellah Al-Khatib, el ex primer ministro de ese país Taher Al-Masri, el francés Malek Chebel, miembro del Grupo Consultivo de Alto Nivel sobre el Diálogo entre Pueblos y Culturas de la Unión Europea (UE), el español Juan Diez Nicolás, consejero de alto nivel de la UE para el dialogo Mediterráneo y Pasqualina Napoletano, diputada italiana del Parlamento Europeo.

También aparecen los expertos en comunicaciones e información Vicent Geisser, del Instituto Francés de Investigaciones y Estudios del Mundo Arabe y Musulmán, la italiana Alessandra Paradisi, presidente del Comité de Medios de Información del Consejo de Europa, Mario Lubetkin, director general de la agencia de noticias IPS, y Dominique Vidal, de ”Le Monde Diplomatique”.

En cuanto a los árabes, Benaboud sostuvo que éstos ”tienen que evolucionar hacia sociedades más democráticas, donde los ciudadanos participen en toda la dinámica social, política, cultural y de desarrollo de sus propios países”.

La experta argelina hizo especial hincapié en ”la condición de la mujer en la sociedad árabe, que debe ser modificado, al jugar ellas un papel muy importante, de cohesión social y de participación ciudadana”.

”No hay democracia sin participación y empeño total de la mujer en la vida de la sociedad y, desgraciadamente, como lo demuestra el informe divulgado en 2003 por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el papel de la mujer en el mundo árabe es muy débil”, sentenció.

Estimó que un aspecto fundamental en las relaciones en la cuenca del Mediterráneo ”es el del papel crucial que juegan los medios de comunicación, en nuestros días dominados por la alta tecnología, y que pueden ser positivos o negativos en el fomento del diálogo entre civilizaciones”, estimó .

Deploró el que ”muchas veces, el papel de la prensa es poco feliz, al describir las sociedades distorsionando sus realidades, obligada por las reglas del mercado, que imponen la información como un producto que hay que vender a toda costa”.

Subrayó que este encuentro del CNS y del Instituto Jordano para la Diplomacia desea diferenciarse de ”las muchas conferencias que se realizan, llevando un diálogo sólo ´elitista´ a las propias sociedades, porque es allí donde se forma la opinión publica y no en gabinetes cerrados”.

”Este diálogo intercultural no debe permanecer circunscrito sólo a lo cultural y académico sino que debe reforzar el debate político, para construir un espacio Euro-Mediterráneo de paz y estabilidad permanentes”, concluyó la experta argelina.

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