Las niñas afganas se ven obligadas a buscar educación en Pakistán

Niñas afganas asisten a una escuela privada en Peshawar, una ciudad del noroeste de Pakistán, fronteriza con Afganistán, donde han llegado para no perder su derecho a la educación. Foto: Ashfaq Yusufzai / IPS

PESHAWAR, Pakistán – Cientos de mujeres jóvenes y niñas se están trasladando a Pakistán para continuar sus estudios tras las restricciones de los talibanes a la educación femenina en la vecina Afganistán.

Estudiantes afganas volvieron a pedir el 6 de marzo a los dirigentes talibanes que permitieran el acceso de las mujeres a las universidades y allanaran el camino para el desarrollo del país, devastado por la guerra.

Ello con motivo de que en esa jornada, las universidades afganas reabrieron sus puertas tras las vacaciones de invierno, pero solo para estudiantes varones. Las mujeres han sido paulatinamente alejadas de la escena pública y de muchos centros de estudios, desde que los talibanes retomaron el poder en agosto de 2021, tras el abandono de Estados Unidos del país.

“Queremos que el gobierno talibán respete a las mujeres, ya que el Islam les otorga los mismos derechos”, dijo Naureena Bibi, de 17 años, quien llegó a Pakistán en junio del año pasado y estudia en una universidad de Peshawar, la capital de la provincia de Jaiber Pastunjuá, en el noroeste del país, y punto de tránsito con Afganistán.

Otra estudiante recuerda cómo ella y sus hermanos fueron enviados a Pakistán para continuar su educación.

“Con la toma del poder en Afganistán por los talibanes, las mujeres se sienten acosadas. Mis padres están muy preocupados por nosotras porque los soldados causan problemas a las estudiantes cuando van a la escuela», dijo Shaheen Bibi, también de 17 años, a IPS.

La estudiante de último año de bachillerato cree que los líderes talibanes están equivocados, y por eso los padres abandonan Afganistán para que sus hijas puedan seguir recibiendo educación.

“Si la situación sigue igual y los talibanes no revisan su decisión de prohibir el acceso de las mujeres a las universidades, no habrá médicas ni enfermeras para tratar a las pacientes», dijo.

Según ella, muchos de sus familiares han llegado a Peshawar y han sido admitidos en escuelas y universidades.

“Mi padre tiene una tienda de cemento en la capital afgana, Kabul, y sigue viviendo allí, pero yo, junto con mi hermano y mis dos hermanas, hemos venido aquí y hemos alquilado una casa solo para seguir nuestra educación», explicó. “Mi hermana también estudia informática en una universidad privada de Peshawar”, añadió.

Peshawar, situada cerca de la frontera afgana, es el destino definitivo para que las niñas del vecino país sacien su sed de educación.

Después de que los talibanes retomaran el poder en agosto de 2021, tras haber gobernado el país entre 1996 y 2001, prohibieron a la mayoría de las mujeres y niñas asistir a institutos, colegios y universidades en Afganistán, lo que provocó la condena internacional y la desesperación de las niñas y jóvenes del país.

Para condenar la decisión, las mujeres han organizado protestas en la capital, Kabul, desde la imposición de la prohibición.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

«Hemos llevado a cabo agitaciones para obligar a los talibanes a revocar la prohibición y permitir la educación de las mujeres, pero ha sido en vano. Los talibanes son muy estrictos con las mujeres», dijo a IPS Naseema Bibi, activista de Unidad y Solidaridad de las Mujeres Afganas.

Bibi aseguró que las restricciones tienen como objetivo enviar a las mujeres a la edad de piedra y que las Naciones Unidas deben hacer un examen de conciencia para salvar el futuro de miles de mujeres que ahora están inactivas en sus hogares.

«Hacemos un llamamiento a los talibanes y a la comunidad internacional para que acudan en ayuda de las mujeres y permitan su educación. Menos del 5 % puede permitirse la admisión en las instituciones paquistaníes», declaró.

Los talibanes también han prohibido a las mujeres cursar carreras universitarias de estudios islámicos.

«En todos los países islámicos, las mujeres se convierten en médicas, abogadas y científicas y cursan otros estudios avanzados, pero los talibanes, alegando defender la causa del Islam, les prohíben la educación», insistió Bibi.

Incluso antes de que los talibanes tomaran el poder, Pakistán ya proporcionaba educación a ciudadanos afganos.

«Hemos asignado 15 plazas para estudiantes afganos en las facultades de medicina de Jaiber Pastunjuá, una de las cuatro provincias pakistaníes cercanas a la frontera afgana», declaró desde Islamabad, la capital del país, Muhammad Rafiq, del Ministerio de Sanidad.

Añadió que hay más de 5000 plazas en todo Pakistán, donde los estudiantes se matriculan por recomendación del gobierno afgano.

Ahora, tras la prohibición de los talibanes, los padres están trasladando a sus hijas a centros educativos privados de Pakistán.

«Ningún país del mundo puede progresar si se frena a la mitad de la población femenina», afirmó Rafiq.

El ministro de Asuntos Exteriores de Pakistán, Bilawal Bhutto Zardari, se mostró decepcionado por la decisión de los talibanes de marginas a las niñas y mujeres jóvenes de la educación y expresó su deseo de que se revoque la medida y ellas puedan estudiar en su país.

Mientras, «Pakistán ayudará a las mujeres afganas en su educación… hemos acogido a más de tres millones de refugiados afganos», afirmó.

Gul Yasmin, una estudiante afgana de medicina de 19 años, está preocupada por la orden de los talibanes de prohibir la educación de las mujeres en su país.

«Es ridículo que el líder de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, afirme que su círculo íntimo está en contra de la educación moderna de las niñas. Nuestro país necesita médicas, enfermeras y maestras para progresar», remarcó.

Insistió en que «sin la educación de las mujeres, no podemos avanzar, y los talibanes deben revisar sus instrucciones sobre la educación femenina».

«Afganistán se enfrenta a una fuga masiva de cerebros, y nuestros médicos, ingenieros y personas con estudios están emigrando a Pakistán y otros países debido a la situación creada tras el régimen talibán», se lamentó Yasmin.

El ministro afgano de Educación Superior, Neda Mohammad Nadim, dijo a IPS desde Kabul que no habían tomado una decisión final sobre la educación de mujeres y niñas.

«Permitiremos la educación de las niñas de acuerdo con la sharia (ley islámica). Es un problema temporal, pero se resolverá pronto», dijo, antes de subrayar que «ños talibanes tienen en gran estima a las mujeres porque el Islam las respeta».

Javid Khan, profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Peshawar, dijo a IPS que los talibanes han sido criticados en el pasado por su actitud hacia las mujeres.

«Ellos (los talibanes) no permitieron la educación de las niñas durante su gobierno en la década de 1990. La nueva prohibición no es sorprendente», dijo.

«Según la Unesco, la asistencia de las mujeres a la enseñanza superior se multiplicó por 20 entre 2001 y 2018 en Afganistán. Esto significa que solo los talibanes eran un obstáculo para la educación de las mujeres», dijo Khan.

Sultana Gul, una maestra afgana que llegó a Peshawar en diciembre del año pasado y enseña en una escuela privada, dijo a IPS que no podía trabajar en su país por el acoso de los militares talibanes.

«Ir y volver de la escuela se ha convertido en una tarea desalentadora para las profesoras y las alumnas. Por eso he venido aquí y estoy enseñando en una escuela afgana», explicó Gul, de 31 años, quien antes trabajaba en una escuela femenina de Kabul.

La docente asegura que la mayoría de las chicas quieren venir a Peshawar, pero sus padres no se lo permiten. «En algunas zonas, los talibanes permiten la presencia de mujeres en los institutos, pero en general son más estrictos y la gente tiene miedo», explicó.

Según Gul,  en Peshawar hay un rayo de esperanza para las niñas afganas, pero solo unas pocas pueden beneficiarse.

T: MF / ED: EG

 

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