Tras una década de tensiones bilaterales, los presidentes de Argentina, Mauricio Macri, y de Estados Unidos, Barack Obama, retomaron la amistad, que podría culminar con un Tratado de Libre Comercio (TLC) y una alianza con voluntad “universal”.
“Los Estados Unidos están listos para trabajar con Argentina”, sintetizó Obama, en la primera visita de estado de un mandatario estadounidense a este país sudamericano desde 1995, cumplida el miércoles 23 y el jueves 24.
George W. Bush (2001-2009) vino al país en el 2005, pero para participar en la Cumbre de las Américas, en la ciudad de Mar del Plata, justamente donde se enterró el Área de Libre Comercio de las Américas (Alca), ambicionado por Estados Unidos.
«Interpretamos su visita como un gesto de afecto, de amistad, en un momento en el que Argentina emprende un nuevo horizonte, un nuevo cambio», sostuvo Macri en una conferencia conjunta realizada el miércoles 23 en la presidencial Casa Rosada.
“Está en su casa”, confirmó el centroderechista presidente argentino, en el poder desde diciembre, dando el tono de las nuevas relaciones entre Buenos Aires y Washington, que definió que serán “maduras, inteligentes y constructivas”.
La reunión se produjo después de la firma de varios acuerdos de seguridad, cooperación para el combate al narcotráfico e inversiones, con los que los mandatarios dejaron constancia de la incipiente amistad.
En cambio la relación con los centroizquierdistas Néstor Kirchner (2003-2007) y su esposa Cristina Fernández (2007-2015), del peronista Frente para la Victoria, la relación estuvo marcada por enfrentamientos que Obama, sintetizó en una entrevista previa a la visita, como “políticas antiestadounidenses”.
El punto culminante de esa enemistad se expresó durante la Cumbre de Mar del Plata.
“Hay que recordar que esa ocasión Argentina le dijo nada más y nada menos que no al ALCA”, recordó a IPS el politólogo Juan Manuel Karg, de la Universidad de Buenos Aires y del Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas.
Pero ahora la tercera economía latinoamericana y Estados Unidos no solo retoman la amistad sino que buscan derrumbar otras barreras como por ejemplo, según anticipó Obama, la negociación de un TLC bilateral.
“Uno de los puntos principales que quedó en evidencia es el interés de Estados Unidos con Argentina pero también con América Latina en su conjunto en la profundización de los tratados de libre comercio”, observó Karg.
Argentina integra el Mercosur (Mercado Común del Sur) junto a Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela.
Macri aclaró que para llegar a un eventual acuerdo de ese tipo, primero habrá que «fortalecer el Mercosur” para después “pensar en un acuerdo más amplio».
“El Mercosur sigue siendo a pesar de todas sus limitaciones y a la lentitud de los avances el grupo económico más poderoso en América del Sur, donde desde hace varios años, había una posición de rechazo del Alca, de busca de autonomía, y de integración entre iguales”, recordó a IPS el excanciller Jorge Taiana (2005-2010), ahora diputado y presidente del Parlamento del Sur (Parlasur).
“El cambio de gobierno de Argentina y la situación tan difícil, política y económicamente, en Venezuela y en Brasil, indudablemente muestran un cambio y un retorno de la presencia de Estados Unidos, que quiere volver a tener más peso en las decisiones regionales”, opinó.
Para Karg “se abre un alerta ante la posibilidad de que a mediano plazo Argentina firme un TLC con Estados Unidos”.
Eso, analizó, podría darse de manera conjunta, si hay cambios de gobierno en Brasil y Venezuela, o “flexibilizando el Mercosur intentando que el Argentina sea un pivote entre ese bloque y la Alianza del Pacífico (conformado por México, Colombia, Perú y Chile), que a su vez tienen acuerdos con Estados Unidos.
En 2015, el intercambio comercial con Estados Unidos cerró con un déficit para Argentina de 4.727 millones de dólares. Las importaciones fueron de 7.655 millones de dólares y las exportaciones de 3.382 millones.
Pero ahora Obama, que estuvo en Argentina acompañado de una numerosa comitiva de empresarios estadounidenses, prometió ampliar las inversiones, ante la nueva apertura argentina.
“Un país que baja aranceles, abre importaciones, saca retenciones, liberaliza el mercado, se hace más atractivo para las inversiones de afuera. Me parece previsible que aumente la inversión extranjera directa”, expresó IPS el director de la edición del Cono Sur americano de “Le Monde Diplomatique”, José Natanson.
“Me parece que en este caso lo que se ve es obviamente es un cambio de política exterior del gobierno argentino, una de las áreas donde se ve más ruptura respecto del kirchnerismo”, sostuvo.
Durante ese período se priorizaron relaciones con socios como China y Rusia.
Macri en cambio prometió “insertar a Argentina en el mundo”. Antes de Obama visitaron Argentina, desde que asumió la Presidencia, el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, y el presidente de Francia, François Hollande.
“Con la visita de Obama, Macri reafirma su voluntad de retomar un dialogo privilegiado con Estados Unidos, lo que recuerda bastante a los años 90 cuando el gobierno de Carlos Menem, estableció un dialogo privilegiado con ese país”, comparó Taiana.
Para el excanciller, la renegociación del nuevo gobierno con los “fondos buitre”, también contribuyó a limar asperezas.
“Antes Argentina resistía, mientras que ahora Macri decide pagarle a los fondos buitre. Con esto remueve lo que era la gran diferencia que había entre Argentina y Estados Unidos”, destacó.
Obama celebró esos acuerdos que “podrían estabilizar” su relación con el mundo financiero y “aumentar su influencia” en foros mundiales como el Grupo de los 20 (G-20), de potencias tradicionales y emergentes.
Pero para Obama que llamó a Macri a ser un “aliado universal”, la alianza tendría podría tener también alcances políticos, por ejemplo promoviendo en el mundo “las libertades civiles y la transparencia» o hasta combatiendo el terrorismo.
Al referirse a los atentados en Bruselas, “Obama fue muy enfático”, al decir que llamaría a los países aliados de Estados Unidos, “para tomar medidas contra el Estado Islámico”, observó Karg.
“Argentina, al pasar a ser un socio privilegiado de Estados Unidos en este nuevo momento histórico, también tiene que atenerse a lo que significa ser su aliado a escala universal y sobre todo en un momento geopolítico convulsionado”, analizó.
Los derechos humanos, invitados forzados
El viaje de Obama, culminó este jueves 24, día en que Argentina recordó el 40 aniversario del golpe que instauró una dictadura militar (1976-1983) que dejó 30.000 desaparecidos.
Ante las protestas de organismos de derechos humanos por la coincidencia de su visita con esta oscura página de la historia argentina, Obama decidió pasar el día en la turística región de Bariloche, al sur del país.
Pero antes confirmó su promesa de desclasificar nuevos archivos e inteligencia y militares, que aporten informaciones sobre la colaboración de su país con esa dictadura.
También tuvo el gesto de visitar, como último acto de su agenda oficial, el Parque de la Memoria, para homenajear a las víctimas de ese período.
Allí, rodeado de las fotos y los nombres de todos los desaparecidos, el mandatario hizo autocrítica del papel de su país en apoyo a la dictadura argentina y a otras de la región, en lo que calificó como “aquellos días oscuros”.
“Las democracias deben tener el valor de reconocer cuando no se está a la altura de los valores que defendemos. Cuando hemos tardado en defender los derechos humanos. Ese fue el caso en Argentina», dijo.
«No podemos olvidar el pasado”, reconoció, antes de decir que hay que afrontarlo, para “cambiarlo y construimos un futuro mejor”, que, adujo, es en lo que ahora busca colaborar Estados Unidos.
“Me parece que es la forma en que Obama trata de mostrar un cambio de política de Estados Unidos con respecto a la represión y a su pasado compromiso con la dictadura”, subrayó Taiana.
Editado por Estrella Gutiérrez