Sectores sociales de Nepal contrarios a proyecto de constitución

Mujeres activistas se oponen a un nuevo proyecto de Constitución que agravaría la desigualdad de género. Crédito: Post Bahadur Basnet
Mujeres activistas se oponen a un nuevo proyecto de Constitución que agravaría la desigualdad de género. Crédito: Post Bahadur Basnet

La Asamblea Constituyente (AC) de Nepal pretende adoptar para mediados de agosto una nueva constitución, pero se enfrenta a la oposición de importantes sectores sociales de este país del sur de Asía, porque el texto redactado no da protagonismo a dos temas determinantes: identidad e inclusión.

Tras un año de estancamiento, los principales partidos políticos de Nepal firmaron en junio un acuerdo de 16 puntos que allanó el camino para que la AC redactara la nueva ley fundamental.[pullquote]3[/pullquote]

Fue la primera vez que se alcanzó un acuerdo sobre la redacción de la constitución desde que terminó la guerra civil (1996-2006) y se produjo el cambio de régimen de la monarquía a la república democrática en 2008.

La AC preparó un anteproyecto basado en el acuerdo de 16 puntos, y está en el proceso de recabar opiniones públicas sobre el mismo.

Pero varios sectores cuestionaron el proyecto, preparado por los partidos que ocupan 90 por ciento de los escaños en la AC, porque aseguran que no toma en cuenta sus demandas de identidad e inclusión.

En los últimos días, una serie de audiencias públicas sobre el proyecto constitucional provocó violentas protestas en algunas partes del país, incluso con quemas de copias de su borrador.

La mayor resistencia procede de los grupos étnicos, las mujeres, los dalits – antes conocidos como “intocables”, en este país estructurado en castas sociales -y los nacionalistas hindúes.

El proyecto establece que sea el parlamento el que defina la  forma de federalismo de Nepal, según la recomendación de una comisión de expertos de próxima formación. Pero los activistas que reclaman el federalismo sostienen que ese es un defecto grave del borrador actual.

«El proyecto delega la cuestión del federalismo, lo que viola la constitución interina. Están postergando el tema porque son reacios a federar el país», sostuvo Anil Kumar Jha, dirigente del Partido Sadbhawana Nepal que defiende los derechos de la etnia madheshi.

Jha se refería a los partidos políticos mayoritarios, dominados por hombres de la casta hindú superior a quienes no les conviene repartir su poder con los grupos étnicos.

«Queremos provincias autónomas, poderosas. Si el gobierno federal conserva la mayor parte de los poderes, la federación del país no tiene sentido. Por eso no podemos aceptar este proyecto», explicó Jha.

Los activistas quieren que la AC adopte una federación que incluya a su diversidad étnica. Pero esa medida no es sencilla, ya que Nepal alberga a más de 125 grupos étnicos y la mayoría de las regiones tienen poblaciones mixtas.

Los principales partidos postergan el tema con la esperanza de que el entusiasmo por el federalismo étnico disminuya lentamente y les permita elaborar una fórmula de compromiso.

Algunos de los grupos étnicos están marginados desde la creación del estado nepalí a fines del siglo XVIII. Consideran que su liberación surgirá con la formación de provincias autónomas en sus tierras tradicionales.

El Estado promovió la lengua nepalí, el hinduismo y la cultura de las colinas mediante una política de asimilación, lo que llevó al predominio de las castas hindúes.

Por ejemplo, los habitantes de las castas altas de las colinas, que representan 30,5 por ciento de la población, ocupan 61,5 por ciento de los empleos públicos, según el Índice Multidimensional de Inclusión Social, preparado por el Departamento de Sociología y Antropología de la estatal Universidad de Tribhuvan.

Nepal adoptó una política de inclusión tras el fin de la guerra civil en 2006, pero los grupos étnicos quieren la autonomía con el derecho a la autodeterminación de promover su idioma, cultura y derechos económicos.

Las mujeres activistas se oponen al proyecto porque sus disposiciones referidas a la ciudadanía son discriminatorias y no las consagran como ciudadanas en pie de igualdad.

El proyecto establece que la «ciudadanía por nacimiento” se concederá únicamente a aquellas personas con padre y madre que sean ciudadanos nepalíes.

En los hechos, eso significa que las mujeres deberán confirmar la identidad de los padres de sus hijos. Los activistas indican que la disposición perjudicará a las madres solteras ya que sus hijos no serán aptos para la ciudadanía por descendencia a menos que los padres los reconozcan.

Del mismo modo, los niños nacidos de madres nepalíes y padres extranjeros no obtendrán la ciudadanía por nacimiento a menos que el padre también sea ciudadano nepalí cuando los hijos cumplan 16 años, la edad legal para la ciudadanía.

Por eso las activistas quieren cambiar el texto para que diga «el padre o la madre”.

El proyecto «es contrario a las normas democráticas universales… hará que las mujeres dependan de los hombres para la ciudadanía de sus hijos», afirmó la abogada y activista Sapana Pradhan Malla.

Las mujeres son más de la mitad de los 27,8 millones de habitantes del país. La tasa de alfabetización femenina es de 57,4 por ciento, en comparación con el 75 por ciento de los hombres.[related_articles]

Menos de 25 por ciento de las mujeres son propietarias de tierras, señala el Índice Multidimensional de la Inclusión Social. Y hay una sola mujer cada siete empleados públicos.

Aunque los padres prefieren enviar a todos sus hijos a escuelas privadas, suele ocurrir que solo los varones concurren allí, mientras que las niñas son enviadas a las escuelas públicas.

La participación política de las mujeres es muy baja. La constitución interina garantiza una cuota femenina de 33 por ciento en los empleos públicos y las legislaturas nacionales, pero los números siguen siendo pésimos. La buena noticia es que el proyecto constitucional le dio continuidad a esta disposición.

Por su parte, los activistas dalits dicen que el proyecto restringe su representación en las legislaturas federal y provinciales, entre otras cosas.

La «AC anterior había acordado dar tres por ciento (de representación proporcional) y cinco por ciento de asientos adicionales a los dalits en las legislaturas federal y provinciales, respectivamente, además de su representación proporcional en estos cuerpos, como compensación por las centenarias prácticas discriminatorias”, explicó Min Bishwakarma, un miembro de la comunidad dalit en la AC.

Como el actual proyecto no incluye esa disposiciones, “estamos en contra» del mismo, subrayó.

Un total de 43,63 por ciento de los dalits de las colinas, que representan 8,7 por ciento de la población en general, se encuentran por debajo del umbral de pobreza, según la Encuesta Nacional de Nivel de Vida realizada en 2011.

Pero el desafío más serio que enfrenta el proyecto constitucional proviene del cuarto mayor partido, el Rashtriya Prajatantra-Nepal, que defiende la ideología del nacionalismo hindú.

La primera AC, elegida en 2008, se disolvió en 2012 ya que ninguno de los partidos obtuvo la mayoría necesaria de dos tercios para redactar una constitución.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Álvaro Queiruga

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