Las dos Coreas son una pareja dispareja. Ambas hablan de la posibilidad de diálogo pero difieren sobre las condiciones del mismo. Esas diferencias se remontan a la división del país, que ya lleva 62 años desde la guerra de 1950-1953.
En ese lapso, Corea del Norte se convirtió en una amenaza bélica. Se calcula que tiene un máximo de 10 armas nucleares de las 16.300 existentes en el mundo, en comparación con las 8.000 de Rusia y las 7.300 de Estados Unidos, según el estadounidense Fondo Ploughshares. En tanto, Corea del Sur se transformó en uno de los mayores éxitos económicos del planeta.[pullquote]3[/pullquote]
La presidenta sudcoreana, Park Geun Hye, dijo el 16 de enero en cadena nacional que la reunificación sería un «daebak”, o sea un gran éxito o premio mayor. «Si las dos Coreas están unidas, la Corea reunificada será un daebak no solo para Corea, sino también para todo el mundo», declaró.
Desde que asumió el liderazgo del partido conservador gobernante de Corea del Sur en 2013, Park argumenta que la reunificación coreana haría del mundo un lugar políticamente menos peligroso, sin la amenaza nuclear de Corea del Norte. La Corea unida sería más próspera, al combinar el poder económico y cultural del sur con los recursos naturales y la disciplina del norte, sostiene.
La desnuclearización es una condición clave para el daebak.
Pyongyang «debe mostrar sinceridad en sus esfuerzos de desnuclearización si ha de conducir con éxito sus proyectos económicos actuales. Sin importa lo buenos que sean los programas que podamos tener con el fin de ayudar a Corea del Norte, no podemos hacerlo mientras… no renuncie a su programa nuclear”, advirtió Park el 9 de este mes en un foro con funcionarios sudcoreanos de alto nivel.
Pero los analistas señalan que Pyongyang no tiene razón para renunciar a sus armas nucleares. «La capacidad nuclear es la única fuerza militar que tiene el Norte para conservar su régimen ante el poder económico del Sur», observó Moon Sung Muk, del Instituto Coreano de Investigación de Estrategias.
De hecho, hay pocos indicios de cambio. Corea del Norte lanzó varios misiles y realizó tres ensayos nucleares en los últimos años, en desafío de las sanciones de Estados Unidos que restringen el comercio de armas de Pyongyang.
Los gobiernos conservadores de Corea del Sur dejaron de enviar alimentos y fertilizantes a Corea del Norte a partir de 2008, a diferencia del gobierno progresista de 2004-2007, que fue el principal donante de esos productos.
Un rayo de esperanza surgió cuando el joven y enigmático presidente de Corea del Norte, Kim Jong Un, tuvo un gesto de reconciliación poco habitual con Corea del Sur en su discurso de Año Nuevo, transmitido por la televisión coreana el 1 de enero de 2015.
«El Norte y el Sur deben dejar de perder tiempo y esfuerzos en conflictos sin sentido y problemas insignificantes. En cambio, ambos debemos escribir una nueva historia de las dos Coreas… Debe haber diálogo… para que volvamos a reconstruir el vínculo cortado y generar cambios impactantes», declaró entonces.
En su discurso, el líder norcoreano llegó incluso a sugerir conversaciones con la presidenta de Corea del Sur.
“Dependiendo de algunas circunstancias y ambientes, no hay ninguna razón para que no podamos tener una reunión del más alto nivel” con el Sur, anunció.
La interpretación de Corea del Sur es más moderada. «Lo que Corea del Norte quiere obtener del diálogo con el Sur no son conversaciones sobre derechos humanos o nucleares, sino que el Sur reanude la ayuda económica», opinó Lee Yun Gol, director del estatal Centro de Información Estratégica sobre Corea del Norte.
«Vemos pocas esperanzas de un futuro color de rosa en las relaciones entre ambas Coreas” próximamente, “aunque estamos trabajando en cómo prepararnos para el daebak«, declaró Ryu Jae Gil, el ministro de reunificación sudcoreano, en una conferencia de prensa el 4 de febrero.
Los observadores aseguran que las dificultades económicas presionan al gobierno norcoreano para que flexibilice su férreo control estatal sobre la propiedad privada en la agricultura. Los agricultores ahora pueden vender algunos de sus productos en los mercados del país, en un cambio gradual hacia los mercados privatizados.[related_articles]
La publicación académica diplomática china Segye Jisik, citada por la agencia de noticias surcoreana Yonhap News, asegura que la economía norcoreana mejoró desde que Kim asumió el poder en 2012. El déficit de reservas de alimentos del país ascendía a 1,08 millones de toneladas en 2011 y ahora bajó a 340.000 toneladas.
Si esas cifras son reales y Corea del Norte está mejor económicamente, entonces podría estar políticamente dispuesta a no depender tanto de la carta nuclear en una negociación con Corea del Sur, según los observadores.
Las sanciones de Estados Unidos con el fin de forzar la desnuclearización de Corea del Norte limitaron el intercambio comercial del país. Washington aplicó más sanciones el 2 de enero, en respuesta a un ataque cibernético contra la empresa cinematográfica estadounidense Sony Pictures Entertainment.
El Buró Federal de Investigaciones (FBI) de Estados Unidos acusó a Pyongyang del ataque, en aparente represalia por la película The Interview (La entrevista), una comedia sobre el asesinato de Kim, el líder norcoreano.
Es posible que las sanciones afecten al común de los norcoreanos, preocupados por satisfacer sus necesidades alimentarias básicas, pero tienen poco impacto en el gobierno. «El comercio de Corea del Norte con China se volvió más próspero y la mayoría de los negocios norcoreanos con socios extranjeros son clandestinos», indicó Hong Hyun Ik, investigador del Instituto de Investigación Sejong.
«Nuestro pensamiento y nuestro régimen nunca se quebrantarán», declaró Kim en respuesta a la amenaza de que podría ser referido a la Corte Penal Internacional en virtud de las conclusiones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre la situación de derechos humanos en Corea del Norte.
Corea del Sur sería la única esperanza que le queda a Corea del Norte, mientras que Estados Unidos y la ONU enfrentan al país por el tema de los derechos humanos. Seúl tendría una diplomacia «de doble vía» entre la línea dura de Washington y su simpatía por la población norcoreana.
«En los últimos años, Estados Unidos empleó la ‘diplomacia del garrote’ contra Corea del Norte, mientras que Corea del Sur desearía cambiarla a una ‘diplomacia de la zanahoria’”, según Moon Sung Muk del Instituto Coreano de Investigación de Estrategias.
«Seúl sabe que el ritmo de acercamiento al Norte debería estar limitado por los pasos de la ONU o Estados Unidos», concluyó.
Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga