Agricultura familiar, un modo de producción y un estilo de vida

Las mujeres son la columna vertebral de la producción agrícola y desempeñan una función fundamental en la mejora de la nutrición mediante la preparación de los alimentos y la educación de los niños y niñas. Crédito: Foto de la ONU/Marco Dormino
Las mujeres son la columna vertebral de la producción agrícola y desempeñan una función fundamental en la mejora de la nutrición mediante la preparación de los alimentos y la educación de los niños y niñas. Crédito: Foto de la ONU/Marco Dormino

Aunque no acapare los titulares, 2014 es el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF), un modo de producción y un estilo de vida que es el tema principal del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este jueves 16, promovido por la FAO. 

«Si nos tomamos en serio la lucha contra el hambre debemos promover la agricultura familiar como una forma de producción y también… como una forma de vida. Es mucho más que un modo de producción agrícola”, aseguró Marcela Villarreal, directora de la Oficina para las Asociaciones, Promoción y Desarrollo de Capacidades de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura).[pullquote]3[/pullquote]

La agricultura familiar, que es la principal fuente de trabajo del mundo, puede ayudar a combatir el hambre y la pobreza y a contribuir con sistemas alimentarios saludables, según la FAO. También puede proteger el medio ambiente y la gestión de los recursos naturales de una manera sostenible.

No existe una definición oficial de la agricultura familiar, que a veces sustituye al término “pequeños agricultores”, pero sus principales características son la propiedad familiar de la tierra y el empleo de mano de obra no asalariada, que es proporcionada por los miembros de la familia.

Se calcula que la agricultura familiar proporciona 70 por ciento de los alimentos producidos en el mundo, mantiene a 40 por ciento de los hogares y es dos veces más eficaz en la reducción de la pobreza que los demás sectores productivos.

Un documento de trabajo de la FAO, que utiliza cifras del Censo Agropecuario Mundial, calcula que “hay más de 570 millones de granjas en el mundo” y que “más de 500 millones de ellas pertenecen a familias”.

El reporte también señala que 84 por ciento de los emprendimientos agrícolas ocupan menos de dos hectáreas y trabajan con 12 por ciento de las tierras cultivables del mundo. El 16 por ciento restante ocupan más de dos hectáreas y representan 88 por ciento de las tierras.

Asia oriental y austral, junto con la región del Pacífico, cuentan con 74 por ciento de los 570 millones de fincas productivas. De esa cifra, a China e India les corresponde 35 y 24 por ciento respectivamente. Solo tres por ciento de las fincas están ubicadas en Medio Oriente y el Norte de África, mientras que América Latina y el Caribe tienen cuatro por ciento cada una.

Organizaciones agropecuarias de África, América, Asia, Europa y Oceanía se reunieron en Abu Dhabi en enero, en el inicio del AIAF, y acordaron cinco reclamos para que la agricultura familiar sea la “piedra angular del desarrollo rural sostenible, concebida como parte integral del desarrollo global y armónico de cada nación y cada pueblo, a la vez que preserva el medio ambiente y los recursos naturales”.

Entre otros, reclamaron estrategias para atraer a los jóvenes y prevenir la migración, creando las condiciones para que se ocupen de las fincas de sus padres o instalen nuevas.

En cuanto a la igualdad de género, denunciaron como inaceptable la discriminación relativa a las normas de la herencia y los salarios, diciendo que las mujeres son la columna vertebral del sector agropecuario y desempeñan una función fundamental en la mejora de la nutrición mediante la preparación de los alimentos y la educación de los niños y niñas.

Las organizaciones de productores también pidieron a los gobiernos que financien la creación de cooperativas y garanticen el acceso a los mercados y créditos para los pequeños agricultores.[related_articles]

Según José Antonio Osaba, Coordinador del Programa de la Sociedad Civil del AIAF-2014, del Foro Rural Mundial, todos los países, y en especial los del Sur en desarrollo, “tienen el derecho de proteger su agricultura para poder alimentarse y comerciar en condiciones equitativas… pero ahora sucede lo contrario: un puñado de grandes países exportadores con altos niveles de productividad y subsidios considerables dominan el mercado mundial de alimentos”.

Ranja Sengupta, investigadora de la Red del Tercer Mundo en India, comparte la posición de Osaba. En el contexto del Foro de los Pueblos de Asia y Europa, celebrado en la ciudad italiana de Milán del 10 al 12 de este mes, dijo a IPS que los tratados de libre comercio representan un grave problema para que los países en desarrollo puedan mantener a su población.

«Creo que en países como India, extensos y con una población grande y con hambre, no hay otra alternativa que el fortalecimiento de las pequeñas explotaciones agrícolas basadas en la familia», afirmó.

«No podemos depender de los alimentos importados… si tenemos que proveer alimentos a nuestro pueblo, tenemos que tomarlos de nuestros productores y asegurarnos que sean capaces de producir.

Por ese motivo tenemos que otorgar subsidios esenciales, al menos por ahora”, agregó.

«Es algo que no debería ser negociable para ningún gobierno de un país en desarrollo y ningún tratado internacional debería poder decirle que ‘no’ a eso”, subrayó Sengupta.

Editado por Phil Harris / Traducido por Álvaro Queiruga

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