América del Sur se abroquela en defensa de Morales

Banderas de la Unión Europea quemadas por indígenas y una cumbre de urgencia de la Unasur este jueves 4 son parte de la airada reacción de Bolivia y sus vecinos de la región ante la decisión de España, Francia, Italia y Portugal de prohibir el uso del espacio aéreo al avión presidencial de Evo Morales.

El incidente, originado en la supuesta sospecha de que a bordo del avión del gobierno de Bolivia viajaba Edward Snowden, el denunciante de la estadounidense Agencia Nacional de Seguridad (NSA), desató en Bolivia una ola de protesta e indignación a la que también se sumaron opositores al presidente Morales.

Igual de inmediata fue la respuesta de apoyo a Morales y de rechazo a la actitud de los cuatro países europeos de varios presidentes de la Unasur (Unión de Naciones Suramericana), que realizará una cumbre extraordinaria de urgencia en la tarde de este jueves 4 en la central ciudad boliviana de Cochabamba, según confirmó el vicepresidente Álvaro García.

La cita, a la que confirmaron su presencia hasta ahora los presidentes José Mujica, de Uruguay, Cristina Fernández, de Argentina, y Nicolás Maduro, de Venezuela, fue convocada a manera de “desagravio” a Morales y al pueblo boliviano, añadió.

García también anunció que, a través de la cancillería, se convocará a los representantes diplomáticos en su país de los cuatro países involucrados para pedirles explicaciones por el incidente que derivó en un escándalo internacional.

[related_articles]Recordó que Morales, de origen indígena aymara, tuvo al comenzar su mandato en enero de 2006 el pleno respaldo político y económico de los países integrantes de la Unión Europea (UE).

La tensa situación vivida al atardecer del martes 2 por el mandatario y su comitiva, integrada por cercanos colaboradores que regresaban de Moscú de la II Cumbre del Foro de Países Exportadores de Gas (FPEG), terminó con un aterrizaje de emergencia en Viena tras el rechazo de Francia, España, Portugal e Italia a hacer uso de su espacio aéreo.

Morales, después de una permanencia de 14 horas en el aeropuerto de Viena, reanudó vuelo hacia su país luego de obtener el permiso de sobrevuelo por los cuatro países europeos y, tras una escala técnica en las españolas Islas Canarias, es esperado en La Paz alrededor de 00.00 hora GMT.

“Una onda ‘identitaria’” ha surgido tras el incidente que ha mostrado a un país aislado diplomáticamente de Estados Unidos y en riesgo de enfriar sus relaciones con Europa, comentó a IPS el ex canciller Armando Loaiza.

La condición de un presidente indígena a quien se negó la inmunidad y privilegios diplomáticos, generó un desborde de adhesiones de sus seguidores que esperan en improvisadas concentraciones populares el retorno del Morales.

“No podía permitir que revisen el avión porque no soy ningún delincuente y segundo ustedes saben por normas internacionales es avión oficial. El presidente tiene inmunidad inviolable, su derecho de transitar en cualquier parte del mundo”, dijo Morales a la agencia estatal de noticias ABI, antes de reanudar viaje desde Viena, en la madrugada de este miércoles 3.

Sobre este particular han surgido versiones contradictorias desde Austria.

Mientras el ministro de de Defensa de Bolivia, Rubén Saavedra, afirmaba que el presidente se había negado “rotundamente” a que fuera inspeccionada la aeronave y rechazaba de plano ese trascendido, el vicecanciller de Austria, Michael Spindelegger, indicaba que las autoridades aeroportuarias la habían revisado y comprobado “que todas las personas que se encuentran a bordo son ciudadanos bolivianos».

Al respecto terció el vicepresidente García indicando que lo que en realidad había ocurrido en el aeropuerto de Viena era que las autoridades austríacas habían hecho “una inspección protocolar”, como sucede con cualquier vuelo, donde se acercan hasta las escalinatas y la puerta del avión”. “Pero no se ha permitido ni se va permitir nunca que se haga algún tipo de requisa ilegal», enfatizó.

Bolivia protesta, Portugal se justifica

En tanto, en las calles de las ciudades de las dos principales ciudades de Bolivia, grupos de seguidores del presidente realizaron actos de protesta frente a las embajadas de España y de Francia.

En La Paz, un grupo de indígenas ataviados con ponchos rojos, incineraron las banderas de España y de la UE según las imágenes transmitidas por cadenas de televisión privadas.

La sede diplomática de España, localizada en esta urbe donde se asienta el gobierno nacional, cerró sus puertas en previsión de incidentes.

En entrevista con IPS, el parlamentario opositor y líder de la coalición Convergencia Nacional (CN), Adrián Oliva, lamentó que la política gubernamental en materia de diplomacia aleje a Bolivia de Estados Unidos, por razones ideológicas, y luego marque diferencias con Brasil por temas políticos y económicos.

Atribuyó los incidentes a la predisposición de Morales de ofrecer asilo a Snowden, una posición que lo condujo a la sombra de “sospecha”, añadió.

“La idea de expulsar a embajadores solo terminaría dañando las relaciones con otras naciones y provocaría la suspensión de proyectos de apoyo, con efectos negativos en los más pobres”, comentó Oliva, en referencia a la convocatoria por parte del gobierno a los representantes de los cuatro gobiernos europeos protagonistas del incidente.

Loaiza recomendó prudencia en las reacciones diplomáticas y pidió al gobierno esperar las resoluciones de Unasur antes de asumir acciones ante otras instancias internacionales.

A todo esto, el gobierno de Portugal divulgó una declaración ambigua y poco clara sobre el caso. El comunicado de la cancillería afirma que canceló la autorización de sobrevuelo y uso de la terminal aérea al aparato boliviano por “consideraciones técnicas”.

En cambio, el influyente semanario Expresso asegura, citando una fuente también de la cancillería lusa, que las autorizaciones para aterrizaje y uso del espacio aéreo “fueron canceladas por razones diplomáticas y no técnicas”.

En términos enérgicos, el jefe del grupo de diputados comunistas de Portugal, Bernardino Soares, criticó al gobierno conservador del primer ministro Pedro Passos Coelho. “Se trata de una actitud que viola todas las reglas del derecho internacional, de gestión del espacio aéreo y de las relaciones diplomáticas activas entre países soberanos, que dejan a Portugal muy mal visto en el mundo”, expresó.

La diputada Ana Gomes, del socialismo en el Parlamento Europeo, también cuestionó la doble moral de los gobiernos del bloque que impidieron el paso al avión de Morales, mientras hace no mucho tiempo autorizaban los vuelos de la estadounidense Agencia Central de Inteligencia (CIA), trasportando ilegalmente prisioneros a la base-prisión de Guantánamo, el enclave militar en la isla de Cuba.

Para Rui Tavares, eurodiputado del grupo Verdes, el incidente con el avión boliviano, es «un ejemplo de la hipocresía de los gobiernos», como el de Portugal, que no han tenido la misma preocupación cuando «aviones con personas secuestradas ilegalmente, eran enviadas a centros de tortura, a prisiones secretas o Guantánamo como si fuese legal, y que pasan por su territorio”.

La eurodiputada comunista Inês Zuber dijo que se preguntará al Consejo Europeo para aclarar si existió alguna coordinación en la prohibición del sobrevuelo y aterrizaje de la aeronave del presidente de Bolivia en los países europeos.

*Con aportes de Mario Dujisin desde Portugal

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