Un pequeño paso hacia la libertad de prensa en Haití

"Las radios comunitarias no cerrarán", reza el cartel. Crédito: M. Milfort/HGW
"Las radios comunitarias no cerrarán", reza el cartel. Crédito: M. Milfort/HGW

Una radio comunitaria silenciada por las autoridades de Haití volvió al aire gracias a la movilización de otras emisoras, organizaciones y asociaciones locales y extranjeras.

El Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) clausuró el 9 de noviembre la Radio Vwa Klodi Mizo (RVKM, siglas en «creole» de radio voz Claudy Museau), una emisora fundada en 1996 por el Movimiento Unidad Popular de Les Cayes (Mupac), en esa sureña ciudad haitiana.

RVKM fue bautizada con el nombre del profesor de enseñanza secundaria y defensor de la democracia Claudy Museau, asesinado en el golpe de Estado contra el presidente Jean-Bertrand Arisitide en 1991.

Las autoridades de Conatel ordenaron a la policía clausurar la emisora al día siguiente de la visita a Les Cayes del actual presidente, Michel Martelly, conocido como Sweet Mickey.

Las críticas llovieron sobre Conatel al igual que sobre el mandatario en todo el país, y organizaciones de derechos humanos, estudiantes, profesores, y otros, llamaron a la huelga y a bloquear caminos casi todas las semanas.
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RVKM es conocida en la ciudad y en la región por sus programas educativos, culturales y políticos, así como por dar espacio a programas e invitados críticos con el gobierno actual.

«Nuestros gobiernos siempre quieren controlar a las radios comunitarias», señaló el profesor Ary Régis, de la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad del Estado de Haití.

El cierre fue denunciado en forma contundente por organizaciones locales e internacionales, que organizaron el 28 de noviembre una manifestación con el mismo fin.

Decenas de miembros de radios comunitarias de todo el país, flanqueados por estudiantes y representantes de varias organizaciones, llenaron las calles frente a los edificios de Conatel y del Ministerio de Comunicaciones.

Los manifestantes llevaban pancartas en las que se podía leer: «Las radios comunitarias son el resultado de la lucha por la democracia y de los sectores populares. No se pueden cerrar así no más» y «Larga vida a la libertad de prensa, NO a la censura».

La legislación en materia de telecomunicaciones de Haití se remonta a 1977, durante la brutal dictadura de François Duvalier (conocido como «Papa Doc»), y no reconoce a las radios comunitarias, pese a que hay 40 en todo el país.

Hay un proyecto de ley, preparado con ayuda de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias, desde 2007, pero hasta ahora no ha sido considerado por los parlamentarios.

«Conatel puso un pretexto legal para cerrar RVKM», gritaba en un megáfono Sony Estéus, de una pequeña institución que trabaja con radios, Sociedad para la Radiodifusión de Comunicación Social (SAKS, por sus siglas en creole) durante la marcha del 28 de noviembre.

Mientras los manifestantes se congregaban frente al Ministerio de Comunicaciones, el ministro Ady Jean Gardy mantuvo una reunión no oficial con representantes de los manifestantes.

Ese encuentro, otras negociaciones y la creciente presión resultaron en la reapertura de la emisora el 1 de este mes, y en la decisión de que todas las radios comunitarias podrían operar «hasta la publicación de una ley, gracias a una autorización que será publicada por Conatel», según el director de noticias de RVKM, Jean Claudy Aristil.

«Estamos muy contentos con la decisión», apuntó Aristil. «Es un importante paso para la libertad de prensa en Haití», añadió.

El movimiento comunitario haitiano comenzó de forma clandestina durante el régimen de Raoul Cédras (1991 a 1994). Las radios piratas de la capital y los tímidos inicios en el campo hicieron las hicieron florecer en 1995.

Con ayuda de equipos y capacitación de SAKS y de otros grupos de campesinos, organizaciones de trabajadores, de jóvenes y otras del movimiento democrático y popular haitiano fundaron radios en todo el país. Algunas no sobrevivieron por el desafío económico que significó y por los ataques de dirigentes políticos locales y donantes extranjeros.

Pero muchas, con nombres como «Radio Estrella de los Campesinos», «Radio Zèb Tenite» y «Radio Trabajando Juntos», siguen en el aire.

En un país donde la mayoría de la gente depende de la radio para informarse y donde una gran proporción de la población vive en el campo, las radios comunitarias desempeñan un papel muy importante.

«Haití tiene muchos problemas económicos y sociales, y una marginación en materia de comunicaciones», según el profesor Régis.

* RVKM es una de las decenas de radios comunitarias del país asociadas a Haiti Grassroots Watch.

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