RÍO+20: Cumbre de los Pueblos comienza a afinar sus voces

Perdido como el resto entre la multitud frente a la imponente bahía de Guanabara, el líder indígena Apolinario, de la selva amazónica brasileña, hizo de guía improvisado en el primer día de la Cumbre de los Pueblos, en Río de Janeiro.

Apolinario ayudó a periodistas y participantes llegados de todo el mundo a esta ciudad a encontrar sus respectivas carpas temáticas y salas de prensa en la jornada inaugural del foro paralelo a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, conocida como Río+20, y donde gestos solidarios como ese amenizaron la confusión reinante.

Las tiendas de lona, escenario de los debates y conferencias de la Cumbre de los Pueblos, no tenían aún el número indicado al comenzar las actividades. Mapa en mano, una mujer que dijo ser "de limpieza" también ayudó a los invitados que deambulaban en busca de informaciones por el parque conocido como Aterro do Flamengo.

"A mi gente la organizo", aseguró a TerraViva el líder Apolinario, quien se movía al frente de una comitiva desorientada y numerosa, al abrirse el foro paralelo que concluirá el día 23.

Efectivamente, la plenaria tres, de los pueblos indígenas, fue la única que comenzó a la hora prevista una conferencia de prensa, precedida por un ritual religioso de diferentes etnias.
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"Tenemos recursos naturales muy grandes, pero no podemos aprovecharlos y nunca nos pagaron los beneficios de compensación ambiental prometidos por el gobierno", dijo el presidente de la brasileña Asociación de las Comunidades Indígenas de Acre, Sebastião Rodrigues, en coincidencia con los demás entrevistados por TerraViva.

La Cumbre de los Pueblos reúne organizaciones de la sociedad civil de distintas partes del mundo y busca una alternativa a la propuesta de economía verde, que definirán los jefes de Estado y de gobierno entre los días 20 y 22 en la etapa cimera de la conferencia en esta misma ciudad.

"Los pueblos indígenas sabemos muy bien qué es desarrollo sustentable. Nuestra convivencia con la naturaleza ya retrata muy bien nuestro modo de vida, sin destruir, sin degradar", explicó Sonia Guajajara, de la coordinación de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil.

El quechua peruano Miguel Palacios, coordinador de la Organización Regional de los Pueblos Andinos, explicó que la economía verde "está para legitimar y seguir confiando en el capitalismo que nos ha llevado a la situación actual".

Un modelo que, resaltó, mediante las corporaciones transnacionales, "está saqueando nuestros recursos naturales, eliminando la biodiversidad y apropiándose de nuestras tierras para sembrar agrocombustibles y creando una crisis global", agregó.

No es fácil organizar a más de 16.000 personas que durante nueve días participarán en los debates del foro sobre agua, energías limpias o agricultura orgánica, entre otros cientos de temas agrupados por sectores.

Pero, poco a poco, los grupos se fueron ubicando en sus carpas o tomando aquellas vacías, para comenzar las discusiones.

En una de ellas, con sus atuendos ceremoniales, representantes de las religiones de raíz africana, como el candomblé, detallaron cómo su culto puede aportar soluciones al planeta.

El brasileño Marcelo Reis, ogum (sacerdote) del candomblé, explicó que ese culto se basa en dos pilares: los ancestros y todas las cosas de la naturaleza.

"Todos los orixas (seres sobrenaturales) están vinculados a algún elemento de la naturaleza. Necesitamos del verde para hacer nuestros baños, ritos, comidas. Es una religión íntimamente ligada con la sustentabilidad", destacó.

En los puestos de comida de la cumbre, la mayoría orgánica, más participantes exponían otro pilar de ese modelo de desarrollo sostenible, la agricultura familiar.

En otras carpas se vende ropa y adornos hechos con material de reciclaje. A un lado, un grupo debatía acaloradamente sobre la economía solidaria, que comercializa esos y otros productos expuestos.

El colombiano Luis Salcedo, coordinador de la Red Intercontinental de Promoción de la Economía Solidaria para América Latina y el Caribe, explicó que es necesario "redemocratizar la economía" para poder así democratizar las prácticas políticas comunitarias.

"La economía solidaria contribuye a algo que es muy importante. Al ser una red donde los recursos económicos circulan, no salen, no sirven para especular en otro lado, contribuyen al desarrollo endógeno", detalló.

La organización ambientalista Greenpeace lanzó en esta primera jornada una propuesta de "deforestación cero" en Brasil. Paulo Adario, director de la Campaña Amazonia de Brasil, explicó que para conseguir esa meta en 2020 es necesario crear leyes locales que la amparen.

Entre el abanico de propuestas que comienzan y la gran cantidad y diversidad de las organizaciones, el bullicio se imponía este viernes 15 en diferentes lenguas. También sonidos y melodías de orígenes muy diferentes se mezclaban con el ruido del caótico y contaminante tránsito vehicular de Río de Janeiro.

Pero una voz se imponía como una constante sobre el resto: la de una "radio de calle" que, desde una bicicleta, con una simple caja de madera, retransmitía una selección de música de todos los confines del mundo.

Pedro Araujo, ciclista y portavoz de Radio Cupula, consideró que su libre circulación por todo el espacio resumía la filosofía del encuentro. "Esto es libre información", sintetizó.

Es la voz, o las voces, de todos que al final de la jornada comenzó a oírse claramente, y a discernir sus diferentes acentos.

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