Tailandia se prepara para patear el tablero el mercado arrocero internacional con su aromático arroz de jazmín mediante una nueva política. Pero aunque ésta prevé que los agricultores cobren mucho más, hay temores de que los altos precios puedan volver poco competitivo al producto.
"Tailandia podrá poner a prueba la lealtad de los consumidores una vez que su nueva política arrocera impacte en el mercado mundial", dijo a IPS Samarendu Mohanty, economista del Instituto Internacional de Investigaciones sobre el Arroz (IRRI, por sus siglas en inglés).
"Los consumidores tendrán que pagar altos precios por el arroz jazmín y otras variedades. Los mercados ya empezaron a reaccionar: los precios del arroz aumentaron entre mayo y agosto", declaró en una entrevista telefónica desde Filipinas, sede del IRRI.
El arroz blanco común se unió al de jazmín, una variedad de grano largo, para poner a este reino del sudeste asiático en el mapa como principal exportador arrocero del mundo. Finalmente, "será cuestión de gustos", dijo Mohanty.
Las pruebas con las nuevas exportaciones de arroz tailandés tienen lugar en cuatro continentes. Países africanos como Nigeria, Costa de Marfil y Sudáfrica son algunos de los principales compradores. En Asia, Filipinas mayor importador mundial de este alimentoe Indonesia lideran la lista.
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En el mundo industrializado, Europa y Estados Unidos están resultando mercados estables para el arroz tailandés.
La suba en el precio de este producto puede ser aun mayor mientras el gobierno de Yingluck Shinawatra, primer ministro desde hace tres meses, avanza hacia la implementación de una promesa electoral: comprar arroz a los agricultores de los cinturones rurales pobres del norte, centro y nororiente del país, a un precio casi 50 por ciento superior a los actuales valores del mercado.
En el marco de esta nueva política arrocera, el gobierno prometió pagar directamente a los agricultores 517 dólares por tonelada de arroz blanco sin procesar y 689 dólares por tonelada de arroz de jazmín. Los precios señalan un aumento sustancial en relación al promedio de la última década, cuando la tonelada de arroz blanco se vendió a 400 dólares en el mercado internacional.
Según funcionarios del Ministerio de Agricultura, unos cuatro millones de productores arroceros se registraron para participar en el programa. El incentivo financiero llega en un momento en que los agricultores lidian con la carestía de fertilizantes, pesticidas y combustible, lo que incrementa sus costos de producción.
Según la Asociación de Exportadores de Arroz Tailandés, el precio del producto puede llegar este año a 800 dólares por tonelada en el mercado mundial, cifra muy superior a los 629 dólares por tonelada de mediados de septiembre.
Ese valor de septiembre para el arroz es el más alto desde diciembre de 2009. Esto implica riesgos, advirtió la entidad.
"El gobierno ayumenta 50 por ciento los precios del arroz de la noche a la mañana. Esto hará que el arroz quede fuera de la competencia mundial", dijo la semana pasada a los periodistas el expresidente de la Asociación de Exportadores, Vichai Sriprasert.
"Es muy extraño que el gobierno gaste miles de millones de baht para intervenir en el mercado arrocero", agregó.
Pero el gobierno no parece inmutarse. El ministro de Comercio y viceprimer ministro, Kittiratt Na-Ranong, dijo que funcionarios del gobierno participarán junto con las delegaciones tailandesas en giras internacionales para explicar la nueva política favorable a los pobres. "Queremos ayudar a nuestros agricultores", declaró a los medios locales.
La política arrocera del gobierno de Yingluck, que arrasó con los votos de la población rural en las elecciones del 3 de julio, se lanzará en un momento en que no escasea la oferta mundial de arroz.
Tailandia, que exporta casi 10 millones de toneladas anuales, representa 30 por ciento de las exportaciones arroceras mundiales.
El vecino Vietnam es su principal competidor: el año pasado exportó 6,7 millones de toneladas de arroz, lo que representa 22 por ciento del mercado exportador. Otros exportadores importantes son Pakistán, China y Estados Unidos.
La política arrocera tailandesa también confrontará el regreso de India al mercado internacional de este producto, tras el fin de una prohibición de cuatro años a las exportaciones de variedades diferentes a la basmati. Los comerciantes arroceros de India fueron autorizados a exportar hasta dos millones de toneladas de arroz.
"Normalmente, si un actor como Tailandia implementa un programa como éste, uno esperaría que los precios mundiales aumentaran rápidamente", dijo Mohanty, del IRRI.
"Pero la oferta prevaleciente y el arroz de proveedores emergentes como Birmania, Camboya y Brasil no experimentará una reiteración de la crisis arrocera de 2008", agregó.
Ese año, el precio del arroz se disparó a más de 1.000 dólares por tonelada, afectando la alimentación de los más pobres del mundo, dos tercios de ellos asiáticos. La culpa fue de las escasas existencias arroceras, luego de que importantes exportadores como Vietnam y China impusieran restricciones para cubrir la inseguridad alimentaria en sus territorios.
"Los agricultores tailandeses necesitan que los ayuden a seguir cultivando arroz. El compromiso del gobierno a ofrecer precios altos impedirá que se pasen a cultivos mejor pagos, como la tapioca y el caucho", dijo Chanchai Rakthananon, presidente de la Asociación de Molinos Arroceros.