ARGENTINA: Nacen las comunas en Buenos Aires

Con un alto desconocimiento de parte de los vecinos y escaso apoyo del gobierno local se pone en marcha en la capital argentina un sistema de comunas considerado entre los más progresistas del mundo, para descentralizar así la gestión del gobierno autónomo.

Los ciudadanos de Buenos Aires elegirán el próximo domingo por primera vez a representantes de cada una de las 15 comunas en las que se divide el distrito. Tras múltiples obstáculos políticos removidos mediante fallos judiciales, finalmente se cumple con lo dispuesto legalmente tras constituirse a mediados de los años 90 la Ciudad Autónoma, con elección directa de sus autoridades.

Sin embargo y pese a que la norma promueve y facilita la participación, la elección comunal aparece como el capítulo más ignorado por los porteños en una instancia en la que también se ponen en juego 30 escaños parlamentarios y la jefatura y vice de gobierno.

Los últimos sondeos de intención de voto ubican al actual jefe de gobierno, el derechista Mauricio Macri, en primer lugar y con posibilidades de ungirse en la primera ronda electoral, con una diferencia de entre cinco y 16 por ciento sobre su principal rival, el senador Daniel Filmus, del centroizquierdista Frente para la Victoria, la agrupación que gobierna Argentina desde 2003.

Las leyes electorales de Buenos Aires indican que para ser elegido jefe de gobierno en primera vuelta hay que obtener más de 50 por ciento de apoyos y lo más probable es que Macri no llegue a ese porcentaje y deba competir en segunda ronda con el segundo más votado el 31 de este mismo mes.
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Del total de 2,8 millones de residentes en la ciudad son 2,4 millones los habilitados para votar. Esa escasa diferencia entre uno y otro número responde a que hay muchos ciudadanos que conservan domicilio en la capital, pero viven fuera de sus límites, en la populosa región metropolitana que rodea el distrito y que pertenece a la provincia de Buenos Aires.

En este marco, una encuesta difundida en junio por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad informó que 82 por ciento de los consultados desconoce el nuevo sistema de comunas que lo exhorta a votar por primera vez este domingo.

Una muestra de ello es la consulta hecha por IPS a tres ciudadanos que ya decidieron su voto a jefe de gobierno. Uno de ellos conocía la votación de comuneros, pero aún no tenía idea sobre lo que debía elegir ni cómo se conforma su comuna. Los otros dos ni siquiera sabían de qué se trata el tema.

Lo cierto es que los 48 barrios de la ciudad se agruparán ahora en 15 comunas y en cada una funcionará una junta de siete comuneros elegidos por el voto popular. El candidato que tenga más adhesiones será designado presidente de su Junta, que estará integrada por representantes de diversos partidos proporcional a los sufragios obtenidos.

A pesar de los intentos últimos de Macri por avanzar en una propuesta en sentido contrario, los comuneros percibirán en principio un salario equivalente a 60 por ciento del que percibe un legislador comunal y el presidente de la Junta 10 por ciento más que el resto.

Estas juntas distritales se unificarán en un Consejo de Coordinación Intercomunal que canalizará las propuestas y acciones de los vecinos. Habrá además Consejos Consultivos en cada comuna donde los vecinos participarán ad honorem.

Según la ley de Comunas sancionada en 2005, cada una de estas unidades político-administrativas tendrá un presupuesto asignado por la administración central –en principio cinco por ciento del presupuesto general— que se repartirá con criterios de equidad y redistribución.

La finalidad de este novedoso sistema es promover la descentralización de la gestión, facilitar la participación y avanzar con medidas de equidad que compensen las diferencias estructurales entre los barrios a favor de las zonas más desfavorecidas.

La función exclusiva de estas juntas es planificar, ejecutar y controlar asuntos de su comuna vinculados al mantenimiento de calles y espacios verdes, pero interviene en forma concurrente con la administración central en el planeamiento y ejecución de otros asuntos.

El modelo fue tomado de Barcelona, donde un sistema descentralizado funciona desde hace unas dos décadas, aunque con variantes. En diálogo con IPS, el legislador comunal Sergio Abrevaya, de la opositora Coalición Cívica, remarcó esas diferencias.

"Una enorme diferencia con el sistema catalán es que allí fue empujado desde abajo. Fue la gente, mediante las organizaciones sociales, que exigió la descentralización en Barcelona. En cambio acá la ley es muy progresista, pero nació de arriba hacia abajo", distinguió.

Abrevaya, un experto en el tema de participación ciudadana, fue director de uno de los Centros de Gestión y Participación (CGP) creados a fines de los años 90 para descentralizar la realización de trámites y la recepción de reclamos de los vecinos.

Esos CGP quedarán ahora subsumidos en las comunas. Según el legislador, en los últimos años en lugar de ser una avanzada hacia la descentralización progresiva, esos centros retrocedieron en sus funciones por el sesgo que les dio la gestión de Macri desde 2007.

"La idea del gobierno actual es que sirvan para desconcentrar más que para descentralizar y entonces se puede ir allí y hacer un trámite, pero no hay quien gestione el reclamo por un bache en una calle del barrio", ejemplificó.

Por eso, su idea es que las nuevas comunas, más allá de enormes retos que las esperan, son "la única salida para descentralizar una ciudad que, de otro modo resultará inviable", advirtió.

"A estas elecciones se llega sin difusión y con baja descentralización previa. Cuando los comuneros asuman en diciembre próximo deberán pelear para que se les transfieran recursos, tanto de personal como de dinero, pero es el único camino", opinó.

Por su parte, David Groisman, coordinador del Programa de Política y Gestión de Gobierno en el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento, dijo a IPS que, pese a todos los desafíos que lo aguardan, el sistema es un avance.

"En Barcelona y en otras pocas ciudades donde se empujaron formas de descentralización de la gestión, el proceso llevó años", recordó.

En cuanto al perfil de los comuneros, el espíritu de la norma apunta a fomentar la participación en el territorio, pero al menos en esta primera votación, los candidatos fueron elegidos por los partidos políticos y no propuestos por los vecinos.

En algunos de los partidos ser procuró que esos postulantes sean referentes barriales de las diversas áreas de actividad, pero siempre respondiendo a una determinada estructura política que les da soporte y que podría condicionarlos.

De todos modos, Groisman sostuvo que, aun con esas limitaciones, el sistema representa una ampliación de los derechos de participación, que estaría garantizada sobre todo en los Consejos Consultivos, encargado de hacer sugerencias a la Junta.

Las comunas representan también un salto de calidad respecto de los actuales CGP, apuntó. Esos centros, que ayudaron a descongestionar la burocracia, dependen del Poder Ejecutivo de la Ciudad y, en cambio, a los comuneros se les traspasa poder, explicó.

"Se trata de un nuevo nivel de gobierno que se crea en Buenos Aires, en el cual el presidente de la Junta Comunal es independiente y no responde al jefe de gobierno", diferenció Groisman.

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