SRI LANKA: El periodismo sigue en guerra

Desde que terminó la guerra civil en Sri Lanka, hace casi dos años, la vida comenzó a volver, lentamente, a la normalidad. Sin embargo, esto no ocurrió con los asediados periodistas, a quienes informar les resulta cada vez más difícil.

"No hay que olvidar que esta nación está herida en su corazón, y los medios lo reflejan. La sanación ni siquiera ha comenzado", dijo a IPS Sunil Jayasekara, representante del Movimiento de Medios Libres.

Los insurgentes Tigres tamiles lucharon durante 26 años por la autonomía territorial para esa comunidad, minoritaria en este país de mayoría cingalesa. En mayo de 2009, las fuerzas del gobierno los derrotaron.

Jayasekara observó que cuando la guerra llegó a su clímax, en 2008, a los periodistas les resultó difícil informar objetivamente.

"Los medios se volvieron parte de la operación militar. Nadie pudo informar objetivamente, todas las partes los presionaban", dijo Jayasekara.
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Pero esa presión no se ha aliviado, sostuvo.

El Comité para la Protección de los Periodistas lista a 24 periodistas srilankeses asesinados desde 2006.

Uno de los ejemplos más atemorizantes de intimidación —el asesinato, en enero de 2009, del editor de la oposición Lasantha Wickrematunge— sigue siendo un misterio.

La semana pasada, el sitio web opositor lankaenews.com fue temporalmente prohibido, mientras se lo demandaba por desacato.

"Todas estas cosas juntas han vuelto temerosa a la comunidad de los medios, haciéndola dudar de cada paso que da", dijo Jayasekara, enfatizando que el clima de temor ha impedido que los periodistas lleven a cabo su trabajo de modo independiente.

Altos funcionarios y dueños de medios de comunicación también han sido coaccionados por partidos políticos, diluyendo aún más su independencia, señaló.

"Lo que se obtiene es una industria profundamente marcada", dijo Jayasekara.

Otros observadores de los medios sienten que la situación se ha visto agravada por el hecho de que periodistas talentosos y experimentados dejan el país.

Namini Wijedasa, a quien sus colegas designaron como "Mejor Periodista del Año" en los Premios de Periodismo 2010 organizados por la industria, dijo a IPS que está anonadada por la aguda caída de los estándares profesionales.

"La dedicación al periodismo como oficio está menguando. Y la está reemplazando una ética laboral que apunta a producir la mayor cantidad posible de ejemplares", explicó.

Wijedasa dijo a IPS que los medios vienen librando demasiadas batallas en muy pocos frentes, que simplemente no tiene la resistencia necesaria para asegurarse de que se cumplan los estándares profesionales.

Los medios actuales en Sri Lanka no tienen los recursos ni la voluntad de salir a buscar notas importantes sobre temas como pobreza, género, gobernanza y corrupción, señaló.

"Hay que salir de esa mentalidad de apenas producir copias a gran escala. Es necesario sentir que lo que una hace impacta en la sociedad", opinó.

Sanjay Senanayake, educador sobre temas vinculados a los medios, intentó en varias ocasiones llevar estos asuntos a casas editoriales. Pero quienes estaban al frente de las mismas no mostraron ningún interés en mejorar los estándares, dijo a IPS.

"No sé dónde radica el problema real, pero hay una gran falta de voluntad para asegurarse de que lo que hagamos lo hagamos bien, pese a las condiciones (laborales) agotadoras", dijo Senanayake.

Jayasekara, Wijedasa y Senanayake coincidieron en que la combinación de miedo y falta de estándares profesionales firmes ha creado un círculo vicioso que está erosionando la confianza pública en los medios de comunicación.

"¿Cómo diablos se puede cuestionar la responsabilidad del gobierno cuando uno mismo no se hace responsable?", preguntó Senanayake.

Jayasekara dijo a IPS que los medios tienen que empezar a elevar su voz como fuerza independiente. Un escenario similar se suscitó a fines de los años 80, cuando el gobierno ejercía una presión abrumadora sobre los medios, lo que llevó a la formación de organizaciones como el Movimiento de Medios Libres.

"Hasta ahora no hemos visto esos tipos de movimientos, es por eso que sentimos tanto la presión", declaró a IPS.

Para Senanayake, la poca esperanza que existe radica en que los medios no están concentrados en la capital del país. Y puso como ejemplo a dos radios regionales, Uva y Kotamale, donde los periodistas realizan artículos sobre temas que importan a la comunidad.

"Cuando la población se da cuenta de que estas notas pueden lograr un cambio, miran a los medios de modo diferente", dijo a IPS.

Sin embargo, Senanayake cree que es vital poner fin a las presiones políticas y de otro tipo.

"Tenemos que salir de este círculo, y la única manera de hacerlo es que los medios sigan resistiéndose a la presión", dijo.

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