EGIPTO-TÚNEZ: Libertad de prensa, pero no tanta

Con la caída de los regímenes autocráticos en Túnez y Egipto se desbarató también gran parte del control oficial a la prensa local, pero periodistas y blogueros aún deben tener cuidado con lo que publican.

La prensa en Egipto aún puede tener problemas por lo que publica. Crédito: Cam McGrath/IPS
La prensa en Egipto aún puede tener problemas por lo que publica. Crédito: Cam McGrath/IPS
"Los límites son muy borrosos en este momento", señaló Rasha Abdulla, presidente del Departamento de Periodismo y Comunicaciones Masivas de la Universidad Estadounidense en El Cairo. "Estamos en un periodo de transición… y no hay legislación que garantice la libertad de expresión", añadió.

Grupos de derechos humanos internacionales han reconocido a Medio Oriente y el norte de África como los lugares más difíciles para el trabajo periodístico.

El año pasado, la organización Freedom House ubicó a Túnez entre los últimos 10 países –aun debajo de Somalia— en su lista anual de libertad de prensa en el mundo.

En Egipto, que se ubicó un poco más arriba, en el puesto 130 de un total de 196, se constató un aumento de la intimidación legal a periodistas y blogueros, a una tasa alarmante de una demanda por día.
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No obstante, la situación para los medios parece haber mejorado luego de que las protestas populares derrocaron a los presidentes Zein Al Abidine Ben Ali, de Túnez, y Hosni Mubarak, de Egipto, el 14 de enero y el 11 de febrero respectivamente.

"Antes del 11 de febrero teníamos estrictas órdenes de no hablar sobre ciertos temas, sobre la Hermandad Musulmana o sobre Mohammad ElBaradei (opositor de Mubarak)", dijo Ashraf El-Leithy, subeditor de la estatal egipcia Agencia de Noticias de Medio Oriente (MENA). "Ahora contamos con completa libertad para escribir de todo, sin restricciones", aseguró.

Explicó que muchos periodistas y editores de MENA apoyaban desde el comienzo la revolución, pero no se habían alejado de la línea oficial por temor. Ahora que Mubarak se fue y su partido ha sido disuelto, la agencia ha dejado de ser "la voz del gobierno para convertirse en la voz del pueblo", afirmó.

Este 3 de Mayo, Día Mundial de la Libertad de Prensa, las Naciones Unidas eligieron como tema "Medios de comunicación del siglo XXI: nuevas fronteras, nuevas barreras".

La fecha coincide este año con el vigésimo aniversario de la Declaración de Windhoek para la promoción de medios de comunicación libres y pluralistas, un desafío pendiente en la región.

Los regímenes árabes han dependido tradicionalmente de los medios estatales para consolidar el poder. Han controlado las ondas de radio y televisión, así como los puestos de venta de periódicos, supervisando lo que se publica y censurando voces opositoras.

También han patrocinado a agentes en los medios "independientes", como productores, editores y anfitriones de programas de debates, para transmitir el mensaje oficial.

A la vez, los dictadores ocultan sus transgresiones y fracasos detrás de leyes de prensa draconianas para intimidar, silenciar y sofocar a periodistas críticos. Los que hablan contra el régimen y sus políticas son víctimas de demandas legales, multas o prisión.

"Con este clima represivo no se necesita la intimidación física. El temor lleva a las personas a autocensurarse", dijo el experto en medios Mahmoud Alam Eddin.

Analistas opinan que los cambios estructurales que siguieron al colapso de los regímenes autoritarios en Túnez y Egipto desataron la mordaza a los medios y abrieron la puerta a una prensa más independiente.

El gobierno provisional de Túnez abolió al Ministerio de Información el 17 de enero, tres días después de que Ben Ali huyera del país.

En Egipto, los miliares asumieron el gobierno y también desmantelaron el Ministerio de Información, pero nombraron a uno de sus generales para que supervisara las transmisiones de radio y televisión.

El gobierno interino en El Cairo también reemplazó la junta de directores y editores de siete periódicos y revistas del Estado, una medida que para muchos es puramente cosmética.

Muchos periodistas en Egipto han perdido credibilidad, ya que fueron por años aduladores del régimen y sólo en las últimas horas del gobierno de Mubarak se expresaron abiertamente en contra.

"Las personas que trabajan en esas instituciones no están acostumbradas a la libertad de expresión, y muchas solamente esperan saber quién es el nuevo jefe", dijo Abdulla a IPS. "Seguramente no están atacando a Mubarak tan fuertemente como solían aplaudirlo".

Grupos de derechos humanos han elogiado el levantamiento de las restricciones a los medios en Túnez y Egipto, pero alertan que podrían surgir nuevas limitaciones.

La organización Reporteros Sin Fronteras señaló tras su visita a la región en febrero que, si bien había acabado la censura oficial en Internet, todavía existían algunos controles. En particular, seguían bloqueados blogs críticos al desempeño de las fuerzas de seguridad tunecinas.

En abril, un tribunal castrense egipcio sentenció a tres años de prisión al bloguero Maikel Nabil por "insultar al sistema militar" y "diseminar información falsa".

Nabil había denunciado la conducta militar desde que comenzó la revolución el 25 de enero, citando informes de derechos humanos sobre supuestas torturas a disidentes.

En anteriores publicaciones, este bloguero de 26 años había explicado su decisión de resistirse al servicio militar obligatorio y había llamado a que otros hicieran lo mismo.

"La dura sentencia tuvo el objetivo de enviar el mensaje de que las críticas al ejército no serían toleradas", sostuvo Adel Ramadan, uno de los abogados de Nabil.

En una carta enviada a editores de periódicos el 22 de marzo, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas de Egipto alertó que toda la cobertura referida al sistema militar debía ser primero aprobada por los encargados de relaciones públicas e inteligencia del gobierno interino.

No obstante, defensores de los derechos humanos señalan que los militares perdieron su inmunidad ante la crítica de los medios en el momento mismo que asumieron el control del país.

"La regla de no escribir nada sobre los militares ya estaba en vigor antes de la revolución", dijo Ramadan. "Pero ahora que los militares están en el gobierno, la gente tiene derecho a condenar sus abusos de poder".

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