La reorganización laboral en Cuba, que implica la eliminación de medio millón de plazas de aquí al primer trimestre de 2011, constituye uno de los aspectos más complejos y sensibles de las reformas asumidas por el presidente Raúl Castro.
"Durante años me estuvieron diciendo que el pleno empleo era una conquista de la Revolución y ahora me hablan de plantillas infladas. No entiendo nada", se quejó un empleado de comercio, que no quiso dar su nombre, ante una pregunta de IPS sobre el espinoso asunto.
En una declaración difundida este lunes, la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), única permitida en el país, sostiene que el sindicato debe mantener "el control sistemático" del reajuste y recuerda que en las transformaciones emprendidas la "unidad de los trabajadores" continuará siendo la "más importante arma estratégica".
El tema es también objeto de análisis en reuniones convocadas por el gobernante Partido Comunista de Cuba (PCC) en los centros de trabajo para asegurar el consenso político y social que debe acompañar el proceso, que al cabo de cinco años debería reducir las plantillas del mayoritario sector estatal en más de un millón de empleos.
Según la CTC, la disminución en los próximos meses de 500.000 plazas está prevista en los "lineamientos" para 2011 y se corresponde con "el proceso de actualización del modelo económico y las proyecciones de la economía para el período 2011-2015". Este plan quinquenal no ha sido divulgado.
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"Estas medidas de disponibilidad laboral buscan la identificación de las plazas que no resultan indispensables y la reubicación en otro puesto de trabajo donde sea necesario y posible o la reorientación laboral de los trabajadores que las ocupan", señala el texto sindical.
Reitera, a la vez, que para absorber la mano de obra que quedará "disponible" se amplían y diversifican opciones de trabajo autónomo como el arrendamiento de habitaciones, las cooperativas y el trabajo por cuenta propia, "hacia donde se moverán cientos de miles de trabajadores en los próximos años".
La población ocupada en Cuba ascendía en 2009 a algo más de 5,7 millones de personas, casi dos millones mujeres.
Con la reestructuración en materia de empleo, el gobierno espera elevar la productividad del trabajo, mejorar la disciplina y la eficiencia en el aprovechamiento de los recursos. "Hay que borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar", dijo Castro en agosto.
La eventual pérdida del empleo trajo al sector laboral nuevas preocupaciones, pero también grandes expectativas por el alcance que podría tener el trabajo por cuenta propia, cuyo régimen tributario y garantías para su funcionamiento aún no ha sido dado a conocer.
En un trabajo inédito sobre la actualización del modelo económico, al que IPS tuvo acceso, el economista Omar Everleny Pérez Villanueva comentó que esta apertura al trabajo autónomo debe superar insuficiencias que dificultaron su desempeño hasta ahora.
Al respecto mencionó problemas con las compras de sus insumos, la política fiscal contractiva, los mecanismos casi inexistentes de falta de ayuda financiera y de controles estatales, así como restricciones para la subcontratación de fuerza de trabajo, entre otros problemas.
En opinión de Pérez Villanueva, dentro de las propuestas de expansión del trabajo por cuenta propia se podría analizar la formación de pequeñas y medianas empresas (pymes) que, entre otras ventajas, permitirían el incrementar la oferta de bienes y servicios.
En 2004 había en Cuba 166.700 "cuentapropistas", 39.600 de los cuales eran mujeres. En sus años de auge, a partir de 1995, había llegado hasta los 200.000, pero luego fue descendiendo el número de registrados, en parte porque el gobierno congeló las licencias para muchas actividades inicialmente permitidas.
En el sector estatal, hasta ahora el principal empleador, "sólo será posible ir cubriendo las plazas que resulten imprescindibles, en labores históricamente deficitarias de fuerza de trabajo, como la agricultura, la construcción, maestros, policías, obreros industriales y otros", agrega la declaración de la CTC.
También se generarán fuentes de empleo en sectores en los cuales se ejecutan actualmente importantes inversiones, como es el caso del petróleo, la construcción, la biotecnología, la industria farmacéutica y el turismo. Además, se impulsan otras producciones de bienes y se ampliará la exportación de servicios.
La central sindical asegura que "los cambios en la política de empleo se aplicarán de forma gradual y progresiva, se iniciarán de inmediato y por su magnitud e incidencia abarcarán a todos los sectores". Asimismo, "ya no será posible aplicar la fórmula de proteger o subsidiar con salarios de forma indefinida a los trabajadores" que pierdan sus puestos.
"En la identificación, traslado y ubicación hacia otras labores tendrá un papel muy importante la gestión y disposición personal del interesado", subrayó la organización sindical, que puso énfasis además en que la "idoneidad demostrada" será el principio que determine quienes ocuparán las plazas disponibles.
La CTC repite el criterio oficial de que el Estado "no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía, resultan contraproducentes, generan malos hábitos y deforman la conducta de los trabajadores".
"Es necesario elevar la producción y la calidad de los servicios, reducir los abultados gastos sociales y eliminar gratuidades indebidas, subsidios excesivos, el estudio como fuente de empleo y la jubilación anticipada", cuestiona.