Publicidad sexual sigue impune en España

Los avisos sobre prostitución se mantendrán en los medios de comunicación españoles al menos a medio plazo, pese a que el presidente del gobierno, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, se comprometió ante el Parlamento a buscar fórmulas para acabar con esa práctica.

Aunque el combate contra la explotación sexual se acentuó en las últimas semanas tras la detención de proxenetas que publicitaban servicios sexuales de mujeres en la prensa, fuentes del gobierno indicaron a IPS que no hay proceso alguno en marcha para erradicar ese tipo de ofertas, como dijo Zapatero que se haría.

Los detenidos días atrás no fueron acusados por publicar los anuncios sino por ejercer como proxenetas y tener mujeres a su disposición tratadas igual que esclavas.

Las autoridades coinciden en que la mayoría de las mujeres son inmigrantes a las que los proxenetas engañaron, ofreciéndoles pagar su desplazamiento a España para trabajar en tareas domésticas o en la agricultura y que al arribar a Madrid fueron obligadas a prostituirse bajo sus órdenes.

Esas mismas fuentes, incluyendo en ellas las oficiales de policía, coinciden en calcular entre 300.000 y 500.000 las personas que ejercen la prostitución en España, en su mayoría inmigrantes, alimentando un mercado que produce para sus gestores unos 18.000 millones de euros al año (casi 23.900 millones de dólares).
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En el campo de la publicidad, un informe parlamentario de 2007 indicó que los grandes diarios españoles sumaban entonces ganancias por unos 40 millones de euros al año por este tipo de anuncios (53 millones de dólares), de modo directo o indirecto. El único matutino español que no admite esta publicidad en sus páginas es Público.

En cambio, El País, el diario de mayor tirada e influencia en España, publica anuncios que ofrecen, por ejemplo, "chicas superviciosas", "jovencitas nuevas, morbosas", "brasileñas, jovencitas" o "las mejores chicas, españolas, latinas, sexo puro y duro", además de avisos personales.

Expresiones similares son utilizadas en los demás medios que publican esos anuncios, algunas veces ilustrados con figuras "aniñadas" o sea insinuando que se ofrecen menores de 18 años, en lo que se indica son claros casos de pederastia.

Ese tipo de publicidad que describe "servidumbre, esclavitud y maltrato" no se combate legalmente e incluso la Fiscalía se abstiene de intervenir, precisó a IPS la jurista Lidia Falcón.

Pero, si en vez de esa publicidad, se hablase de explotación laboral de "jovencísimos" seguramente habría una inspección, agregó la también activista del movimiento en defensa de la mujer, para luego puntualizar que "la explotación sexual de mujeres se permite" porque hay una gran tolerancia social y mucho dinero en juego.

En declaraciones al diario Público, la lingüista Pilar Careaga coincidió en que anuncios en otros medios ofrecen "jóvenes y vírgenes, nuevas y jovencísimas", lo que es penable por la justicia, porque la ley Integral contra la Violencia de Género establece que es ilícita la publicidad que utilice la imagen de mujeres con carácter vejatorio o discriminatorio.

Careaga añadió que en esa línea también se verifican infracciones, al hablar en los anuncios de mujeres orientales, latinas o rumanas, lo que no está permitido por la ley que proscribe la diferenciación por nacionalidad, etnia o religión.

Son condenables, además, los avisos como "estamos esperando, nos los echarás por donde quieras" o "haré todo lo que me pidas. Ordéname", que expresan claramente una oferta de prostitución y que abundan en los periódicos.

Pero ninguna de esas infracciones es perseguida penalmente por organismos públicos. Lo más importante es "sabotear" a los medios que, "por un lado, cubren noticias sobre la trata de personas y, por otro, publican los anuncios donde se comercia con mujeres", alentó la periodista y escritora mexicana Lydia Cacho, quien estuvo en junio en Madrid para presentar su libro titulado "Esclavas del poder".

Criticó con dureza en esa ocasión a los gobiernos, por considerar que no adoptan medidas suficientes a este respecto.

La ley de extranjería aprobada en España en 2007 calificó a la prostitución como "no trabajo" y las Cortes Generales (parlamento) rechazaron ese mismo año legalizar esa actividad.

Hetaira, una organización no gubernamental defensora de los derechos de las trabajadoras sexuales, critica la explotación y señala que "las condiciones laborales serían mejores si la prostitución estuviera reconocida como una actividad económica legítima y se regularan las relaciones laborales cuando median terceros".

La agrupación puso como ejemplo de esa "mediación", aunque se debería calificar como explotación también el alquiler de los apartamentos o habitaciones para ejercer la prostitución.

Tampoco, sostienen, se debe confundir prostitución con algo muy distinto como son los espectáculos que tienen que ver con el erotismo, que pueden llegar a ocupar primeros niveles entre el público.

Un ejemplo positivo citado es el espectáculo que presenta cada fin de semana en Madrid la actriz argentina Victoria Siedlecki, quien lee o repite textos que hacen pensar y reír a su público. El escritor uruguayo Eduardo Galeano le dedicó un "Hasta la Victoria siempre" porque, añadió, en sus cuentos siempre descubre mundos nuevos con sus relatos eróticos.

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