Más inversiones en capital fijo para mejorar la competitividad, mayor valor agregado a las exportaciones de bienes y servicios y reformas tributarias para financiar políticas sociales son algunos de los desafíos de América Latina y el Caribe para afrontar el incierto panorama económico mundial.
"Este año vamos a crecer bien, pero en el próximo la tasa será menor y las perspectivas a futuro son de bastante incertidumbre", explicó a IPS Osvaldo Kacef, director de la División de Desarrollo Económico de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Es posible que "las tasas de crecimiento en el futuro no sean suficientes para que los mercados de trabajo puedan absorber a toda la mano de obra necesaria para que por esa vía mejore la situación social", agregó el experto, considerando que la cantidad de pobres pasó de 180 millones de personas en 2008 a 189 millones en 2009, 34 por ciento de la población regional.
Este escenario "obliga a mantener políticas públicas que hagan llegar ingresos a sectores que quedan afuera del mercado del trabajo", lo cual exige "pactos fiscales sólidos" para que los Estados dispongan de los recursos necesarios, añadió.
Los países de América Latina y el Caribe recuperarán la senda del crecimiento este año, con una inesperada expansión de 5,2 por ciento en promedio, pero en 2011 la variación del producto interno bruto (PIB) sería de sólo 3,9 por ciento, según las proyecciones de la Cepal dadas a conocer este miércoles en Santiago.
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Esto permitirá que el desempleo en la región disminuya desde 8,2 por ciento de la población económicamente activa en 2009 a 7,8 por ciento este año.
El PIB de América Latina y el Caribe disminuyó 1,9 por ciento el año pasado, debido a la crisis económica global surgida en Estados Unidos a mediados de 2008, la peor desde la Gran Depresión de 1929.
Según el Estudio Económico de América Latina y el Caribe 2009-2010, los países que liderarán el crecimiento este año son Brasil, con una expansión proyectada de 7,6 por ciento, Uruguay y Paraguay, con siete por ciento cada uno, Argentina con 6,8 por ciento y Perú con 6,7 por ciento.
Más abajo en la tabla aparecen República Dominicana, cuya economía se estima que crecerá seis por ciento, Panamá con cinco por ciento, Bolivia con 4,5 por ciento, Chile con 4,3 por ciento, México con 4,1 por ciento, Colombia con 3,7 por ciento, Ecuador y Honduras con 2,5 por ciento y finalmente Nicaragua y Guatemala con dos por ciento.
En cambio, el PIB de Venezuela se contraerá tres por ciento, debido, entre otras cosas, a la disminución de las exportaciones de petróleo, que cayeron 30,4 por ciento en 2009, y al racionamiento eléctrico sufrido por ese país.
La economía de Haití también retrocederá hasta 8,5 por ciento a causa del terremoto sufrido en enero, aunque en 2011 se proyecta que liderará el crecimiento regional con siete por ciento, gracias a las tareas de reconstrucción. Chile, también azotado por un terremoto y tsunami en febrero, secundaría a Haití el próximo año, con seis por ciento de expansión de su PIB.
Para Kacef, el escenario de incertidumbre por la crisis que afronta la Unión Europea obliga a los países de la región a mantener sus equilibrios macroeconómicos, pero sin desincentivar la competitividad, a invertir en capital fijo y a exportar bienes y servicios con mayor valor agregado.
"La región tiene un déficit de inversión en capital fijo, en particular infraestructura, maquinaria, caminos", explicó.
Por otra parte, "a veces los dirigentes políticos ponen demasiado énfasis en el control de la inflación, y el tipo de cambio queda como una variable residual", cuestionó.
"Pero el tipo de cambio real afecta la asignación de recursos en el largo plazo", aclaró.
A su juicio, los países pueden avanzar en controles a la entrada de capitales extranjeros especulativos y no productivos.
En estos momentos, las principales economías del mundo discuten sobre la estrategia más adecuada para seguir haciendo frente a los coletazos de la crisis económica internacional.
La secretaria ejecutiva de la Cepal, la mexicana Alicia Bárcena, distinguió entre la postura de Estados Unidos y México, que abogan por seguir dando estímulos fiscales para reactivar la economía, y la de algunos países de Europa que han apostado a reducir sus enormes déficit fiscales a costa de la merma de beneficios sociales.
Según Bárcena, la recomendación de la Cepal se acerca más a los países emergentes y a Estados Unidos, en términos de no eliminar los estímulos de forma drástica.
En 2008, la mayoría de las exportaciones de bienes de América Latina fueron a Estados Unidos, al totalizar 40,7 por ciento, seguido de 13,9 por ciento a Europa, 4,8 por ciento a China y 2,2 por ciento a Japón. En tanto, 18,2 por ciento de las ventas se distribuyeron en el comercio interregional y el resto a otras regiones.
"Ello implica que en términos regionales América Latina y el Caribe está más expuesta a las fluctuaciones de los mercados de Estados Unidos que a las de los otros destinos", dice el estudio de la Cepal.
América del Sur, en tanto, es más vulnerable a la crisis de la Unión Europea, en especial Argentina, Chile, Perú y Uruguay, "países donde el peso estimado de las exportaciones hacia ese bloque es mayor o igual a cuatro por ciento del PIB", acota.