MÉXICO: Educar al ritmo de la música

Jessica Algoneda, de 10 años, salta, alza los brazos y gira, en una escuela de la capital de México, como si se tratara de un homenaje a Tepsícore, la diosa griega de la danza y la poesía.

Algoneda y sus compañeros del cuarto grado de primaria pertenecen a los grupos que reciben clases de música y danza en la escuela pública Ponciano Arriaga, en el centro histórico de esta capital.

"Me gusta porque movemos las manos, aprendemos pasos y a veces es un poco tranquilo", relató a IPS la niña, enfundada en su uniforme gris y rojo, antes de practicar el acto que preparan en el patio de la escuela.

En 22 escuelas públicas del centro histórico de Ciudad de México, alumnos de primaria (de 10 a12 años) y secundaria (de 13 a15 años) reciben clases de música y danza para completar su proceso educativo.

Pero sobre todo se trata de un instrumento para fomentar el respeto y la tolerancia dentro y fuera de la escuela, de acuerdo al programa que está detrás de los cursos, Aprender con Danza, que desde 2006 desarrolla la organización independiente Consorcio Internacional de Arte y Escuela (ConArte).
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"Mi materia favorita es ConArte. Me ha vuelto más paciente, porque a veces me desespero", contó a IPS Ricardo Figueroa, otro alumno de cuarto primaria.

Las clases se imparten una hora a la semana con música en vivo y son una asignatura obligatoria dentro del currículo del cuarto, quinto y sexto grados de primaria y los tres de secundaria. Hasta ahora, el proyecto ha beneficiado a 3.310 estudiantes.

"Ha sido un proceso muy enriquecedor, porque aprendemos también con ellos", comentó a IPS Iliana Ramírez, profesora de ConArte y responsable de los grupos de la escuela Ponciano Arriaga, a los que imparte las clases con ayuda de una asistente y un profesor de música.

En la capital mexicana hay más de tres millones de alumnos en educación preprimaria (preescolar), primaria y secundaria.

Los grupos beneficiados por el programa hasta ahora son de clase baja y media-baja.

"Buscamos que los niños se sensibilicen hacia las artes y tomen conciencia de su cuerpo. Es la alfabetización del movimiento", explicó a IPS Rocío García, coordinadora de programas de ConArte.

En 2006, ConArte, fundado por la artista plástica Lucina Jiménez, lanzó en los albores de la iniciativa una convocatoria para captar a bailarines y músicos que tuvieran interés por enseñar en escuelas públicas. Luego los seleccionaron y becaron para un curso de formación de capacitadores.

Ese primer año contaron con la asesoría del National Dance Institute, creado en 1976 en Nueva York por el bailarín y coreógrafo Jacques d’Amboise, para promover esa disciplina en las escuelas de la ciudad estadounidense.

En el programa trabajan ocho equipos, formados por un profesor de danza, un asistente y un músico, con el apoyo de la Secretaría (ministerio) de Educación, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, la Agencia de Cooperación Internacional de España y empresas mexicanas.

La escuela Ponciano Arriaga está considerada como una de las más violentas en la capital mexicana, según datos de la Secretaría de Educación, que administra 60 establecimientos educativos en el centro histórico de esta megalópolis latinoamericana.

Un estudio realizado en 2009 por la privada Universidad Continental para esa Secretaría evidenció que cuatro de cada 10 alumnos de primaria y secundaria de Ciudad de México son víctimas, agresores o testigos de maltrato o acoso escolar, también conocido como "bullying" o "mobbing escolar".

Un 36 por ciento del alumnado de preprimaria, que abarca hasta los seis años, vio, ejerció o fue víctima de violencia entre estudiantes. La tasa sube hasta casi 80 por ciento en primaria, para situarse en 63 por ciento en secundaria.

Por eso los resultados de ConArte se consideran alentadores, más allá de sus beneficios académicos, que van desde la mejora en la coordinación espacial y rítmica, la atención, el oído musical, la aritmética, el manejo del vocabulario y las habilidades sociales de comunicación.

Pero sobre todo el programa contribuyó a mejorar el ambiente escolar, disminuyó la violencia, potenció el trabajo en equipo y la disposición para el aprendizaje, e incrementó la autoestima, según la evaluación realizada por los gestores de la iniciativa.

Para enfrentar el aumento del bullying, las autoridades educativas de la capital instituyeron desde 2009 el programa Escuelas Sin Violencia, que ese año incluyó a 200 planteles metropolitanos, donde se impartieron talleres en habilidades psicosociales, de autoestima y de manejo de conflictos y emociones.

En ellos participó toda la comunidad escolar: maestras y maestros, padres y madres y el alumnado.

"Había un niño que molestaba mucho y con la clase de ConArte se comporta mejor", contó a IPS la niña Algoneda, cuya escuela entró al programa hace tres años y que comparte su aula con otros 30 escolares.

Al compás de las notas que fluyen de un teclado, Ramírez gesticula y marca los pasos de la práctica matutina. "Lo que se valora más es el respeto, el empeño de seguir, es un espacio donde pueden expresarse", indicó la maestra, quien estudió danza y que ahora enseña ConArte en cinco escuelas.

"Soy muy enojona y habladora. Pero entramos en la clase y sé que no se puede hablar, la maestra nos tiene mucha paciencia", explicó Diana Vargas, condiscípula de Algoneda y de su misma edad.

En noviembre, ConArte expuso los alcances de su proyecto en el Encuentro Nacional de Educación Artística y para junio prepara otro, entre las escuelas del programa, a fin de intercambiar experiencias.

"Hay avidez e interés en las escuelas, hay apertura, recepción y sensibilidad hacia la educación del arte, hay una apropiación del programa de parte de padres de familia y de los directores", apuntó García, quien participa en el proyecto desde su gestación.

Además, el programa formará parte del menú del Encuentro Iberoamericano de Educación Artística, Cultura y Ciudadanía, que se celebrará en México en octubre y en el cual cada país de América Latina, al igual que España y Portugal, presentará una iniciativa educativa que pueda ser replicada por otros.

El año pasado, la actividad de ConArte en las escuelas tuvo como tema para sus presentaciones conjuntas de fin de curso la fundación de la hoy capital mexicana, en 1325.

En 2010, son dos los temas: el bicentenario de la Independencia del España, pues el 16 de septiembre de este año se conmemora el comienzo de la lucha independentista, y el centenario del inicio de la Revolución Mexicana, un siglo después.

Cada músico recibió un conjunto de piezas de los tiempos de la independencia y la revolución y lecturas sobre ambos periodos. "Los alumnos van a dar su versión y su visión sobre la historia de México", comentó García.

ConArte sumará este año cinco escuelas más, dentro de 40 interesadas, y en el futuro García no descartó que el proyecto llegue a centros privados.

"Aprender con danza no busca formar artistas, sino mejores seres humanos y potenciarlos desde la base, desde la escuela", subrayó la coordinadora de programas.

La organización ejecuta otros proyectos escolares, como "¡Ah, que la canción!" de música mexicana, por el cual fue destacada como ejemplo de buena práctica educativa por la Organización de los Estados Iberoamericanos.

Asimismo, entre otras iniciativas de ConArte figura Artistas en la Escuela, así como Arte, Medios y Redes Digitales o Formación de Formadores y Programa Interdisciplinario contra la Violencia en la Escuela.

Pero lo principal para Jessica Algoneda, Diana Vargas y Ricardo Figueroa es poder seguir asistiendo a la escuela y no perder sus clases de ConArte.

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