CAMBIO CLIMÁTICO: Políticas descuidan salud reproductiva

Las estrategias para contener el cambio climático deben contemplar los derechos sexuales y reproductivos, según Karen Hardee, una demógrafa con más de 20 años de experiencia en cuestiones de población, desarrollo y planificación familiar.

Karen Hardee. Crédito: Population Action International.
Karen Hardee. Crédito: Population Action International.
Se estima que la población mundial llegará a 7.000 millones de personas en 2011 y que hay unas 200 millones de mujeres que no acceden a métodos de planificación familiar, lo que deriva en millones de nacimientos no deseados, según el Population Reference Bureau (Oficina de Referencia sobre Población), con sede en Washington.

En Pakistán, por ejemplo, los métodos de planificación familiar y los servicios de salud reproductiva "siguen fuera del alcance de millones de mujeres", señaló Hardee en una investigación de la que fue coautora, publicada en 2008 y titulada "Población, fertilidad y planificación familiar: Un programa estancado".

Hardee no se explica por qué científicos y especialistas no vinculan el fenómeno climático con la cuestión fundamental de la salud y los derechos sexuales y reproductivos.

La respuesta mundial al cambio climático se concentra en políticas de mitigación y de adaptación a la variabilidad ambiental basadas sobre soluciones de tipo tecnológicas, en tanto otras cuestiones sociales, como la salud, no reciben la suficiente atención.
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Es fundamental que el asunto sea tratado en la 15 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), a realizarse del 7 al 18 de diciembre en Copenhague, remarcó Hardee, quien trabaja para el Population Action International (Acción Internacional sobre Población), con sede en Washington.

La especialista aboga por un "enfoque de adaptación nacional y global más centrado en la gente a fin de cubrir el grueso de sus necesidades".

Hardee explicó a IPS las consecuencias del cambio climático sobre la salud y los derechos sexuales y reproductivos y la importancia de involucrar mujeres en los programas de adaptación.

IPS: ¿De qué forma las emisiones de gases invernadero, las inundaciones, el derretimiento de los glaciares, la elevación del nivel del mar y el aumento de temperatura afectan a la salud reproductiva de las mujeres, en especial en el Sur en desarrollo?

KAREN HARDEE: Es importante que los habitantes de los países más afectados por el cambio climático encuentren estrategias de adaptación que refuercen su resiliencia y capacidad de hacer frente a la variabilidad ambiental. Las mujeres y las parejas deben tener la posibilidad y la libertad de elegir cuantos hijos desean tener.

Una buena atención en materia de salud reproductiva, incluida la capacidad de poder tomar decisiones de forma informada sobre su fertilidad, debe figurar entre las estrategias individuales de adaptación al fenómeno climático.

IPS: ¿Qué tiene que ver el cambio climático con las 201 millones de personas que no pueden acceder a los servicios de planificación familiar voluntaria?

KH: Las necesidades insatisfechas en materia de planificación familiar tienen consecuencias personales y sociales en relación con el cambio climático.

En el ámbito social, el hecho de que las mujeres tengan más hijos de los que desean, en parte por no poder acceder a métodos de planificación familiar voluntarios, agrava las consecuencias del cambio climático.

El rápido crecimiento poblacional, que sigue ocurriendo en muchos países, aumentará la vulnerabilidad frente a las distintas consecuencias de la variabilidad ambiental.

La escasez alimentaria y de agua, la vulnerabilidad ante los desastres naturales, las enfermedades infecciosas y el desplazamiento de personas se agravan con el rápido aumento de la población.

IPS: ¿De qué forma afecta a las mujeres la variabilidad ambiental?

KH: Al estar a cargo de la familia, las mujeres son las que más sufren los efectos del cambio climático, y luego los niños y niñas.

La escasez de agua obliga a las mujeres a caminar distancias más largas para encontrar ese recurso y lo mismo ocurre con el alimento.

Las mujeres ya tienen problemas de salud, como embarazos no deseados, tienen que cuidar a sus hijos, que tienen mayores posibilidades enfermarse por el aumento de la temperatura.

Se pronostica que tan sólo las consecuencias del cambio climático sobre la salud serán muy significativas.

IPS: ¿La baja representación femenina en el Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) podría explicar, en parte, por qué las mujeres soportan las peores consecuencias del fenómeno?

KH: Totalmente. Hay que subrayar ese asunto porque la mayoría de la gente no tiene idea de la poca participación de las mujeres en la CMNUCC ni en el IPCC.

IPS: Si las mujeres tuvieran oportunidad ¿podrían encontrar mejores soluciones en materia de adaptación al cambio climático?

KH: Las soluciones suelen ser muy tecnológicas y no incluyen cuestiones sociales. Las necesidades de adaptación deben concentrarse en la gente, lo que sólo ocurrirá con una mayor participan femenina.

Hay algunas buenas soluciones tecnológicas, como los proyectos de energía renovables en las ciudades y en el campo, pequeños automóviles a gas natural comprimido, inversiones de empresas privadas en el sector de transportes, entre otros.

Pero no atacan las cuestiones sociales de la adaptación, no se aseguran de que la población sea educada, esté saludable y de que encuentre empleo. Falta la dimensión humana y social.

IPS: ¿Qué otros aspectos faltan en la respuesta global al cambio climático?

KH: Al analizar los Programas de Acción de Adaptación Nacional de 41 países menos adelantados, observamos una estrecha relación entre el rápido crecimiento poblacional y el cambio climático. Sin embargo, el vínculo no se expresa en la misma proporción en las intervenciones.

Me pregunto si cuando los ambientalistas trabajan con poblaciones afectadas por el fenómeno indagan sobre la composición familiar y el acceso a servicios de salud reproductiva, además de tratar de salvar los manglares y su sustento.

Desearía que más investigaciones en materia de adaptación al cambio climático hicieran esa pregunta.

IPS: ¿Qué ocurre con los hombres, qué opinan?

KH: En diciembre de 2008 participé en un taller donde se presentaron los resultados de una investigación sobre agricultura y cambio climático en Etiopía. Toda la discusión se centró en la producción y la gestión del agua.

Al final se invitó a los agricultores para que dieran su opinión del asunto. Todos eran hombres y dijeron que tenían demasiados hijos, que no los podían alimentar ni darles leche y que necesitaban métodos de planificación familiar.

Creo que si hiciéramos más veces esa pregunta, nos daríamos cuenta de cuánto le importa a la gente el control de la natalidad y de la necesidad de que ese asunto figure entre las estrategias para frenar el cambio climático.

El estudio no pretende decir que el factor población es el único. Tampoco sostiene que basta con la planificación familiar para adaptarse al cambio climático.

Lo que propone es un enfoque más personal y preguntar: "¿Le ayudaría a usted y a su familia poder acceder a métodos de control de natalidad para poder lidiar mejor con las consecuencias del cambio climático?"

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