BIRMANIA: Asean admite impotencia y recurre a la ONU

En su última cumbre, los jefes de gobierno del sudeste asiático depositaron más confianza en la ONU que en su propio bloque regional para tratar con la dictadura militar de Birmania, uno de sus miembros.

El pedido de ayuda de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) a la ONU (Organización de las Naciones Unidas) llegó al final de la 14 cumbre del bloque, celebrada del 28 de febrero al 1 de este mes en la meridional localidad tailandesa de Cha-Am.

Al apoyar la gestión del foro mundial —en especial la de su enviado especial a Birmania, Ibrahim Gambari— para alentar una reforma política y mejorar la situación de los derechos humanos en ese país, Asean admitía su debilidad para tratar con su miembro más difícil.

La cumbre dio un nuevo impulso a sus actividades par fortalecer y afianzar las reglas internas del bloque integrado por Brunei, Birmania, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Filipinas, Singapur, Tailandia y Vietnam.

Fue la primera reunión realizada desde la entrada en vigor, en diciembre, de los estatutos de la Asean, una suerte de constitución regional que compromete a todos los países que la integran con principios comunes, entre ellos la protección y promoción de los derechos humanos.
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Los estatutos tienen el objetivo de "concretar una Comunidad de la Asean para 2015", enfatizó el discurso de clausura del primer ministro tailandés Abhist Vejjajiva, presidente de la cumbre.

"Adoptamos el Proyecto de Seguridad Política Comunitaria de la Asean, que vislumbra una comunidad basada sobre reglas, valores y normas compartidas, dinámica, que mire hacia el exterior, unida, estable, con capacidad de recuperación y una responsabilidad común con la seguridad", agregó Vejjajiva.

En el caso de Birmania (país al que su dictadura denomina Myanmar), los jefes de gobierno de la Asean dejaron fuera su par de ese país, general Thein Sein, quien fijara la agenda.

"Aplaudimos la intención del gobierno de Myanmar de cooperar activamente con el enviado especial del secretario general de la ONU, así como el relator especial de la ONU sobre Derechos Humanos, a fin de abordar la preocupación de la comunidad internacional sobre su situación", la declaración final de la cumbre, en la que Birmania fue el único país que mereció un comentario individual.

"El primer ministro de Myanmar dijo que a ellos les gustaría tratar con la ONU y no con la Asean", resumió el primer ministro de Malasia, Abdullah Ahmad Badawi. "Nosotros no seremos los interlocutores."

"La Asean puede ayudar emitiendo una declaración de apoyo a la misión de Gambari", dijo el primer ministro de Singapur, Lee Hsein Loong, a otros líderes de la Asean con los que estaba reunido a puertas cerradas, según documentos oficiales a las que tuvo acceso IPS.

Pero Lee se mostró en contra de que el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, haga otra visita a Birmania, la segunda desde mayo de 2008, si no puede lograr nada concreto.

Según los registros, Lee dijo a otros jefes de gobierno de la Asean que no se debería alentar a Ban a visitar Birmania a menos que haya cambios concretos. "Una visita creará expectativas que no pueden cumplirse, lo cual sería contraproducente", dijo.

Gambari logró escasos avances en sus siete visitas a Birmania. En las más recientes, la última de ellas a comienzos de febrero, ni siquiera logró que el hombre fuerte de la dictadura, general Than Shwe, le concediera audiencia.

Este viraje en la políticas de la Asean hacia Birmania se procesa luego de años de frustraciones y falta de avances.

El bloque llegó a manifestar su "repugnancia" hacia la dura represión de la junta militar contra las protestas callejeras prodemocráticas lideradas por monjes budistas en septiembre de 2007, en una declaración promovida por Singapur.

En abril de 2006, el bloque había encargado al canciller de Malasia una misión investigadora, que debió interrumpir cuando la junta le negó al grupo permiso para reunirse con Aung San Suu Kyi, la líder prodemocrática y premio Nobel de la Paz que ha pasado más de 13 de los últimos 19 años bajo arresto domiciliario.

Que la Asean adopte ahora una posición no intervencionista dista de ser alentador, dijo Debbie Stothard, de la organización regional de derechos humanos Altsean.

"Parece que hubieran vuelto al primer casillero, a los tiempos en que Birmania se integró a la Asean hace 10 años", declaró a IPS.

En aquel momento, el bloque "se negaba a asumir la responsabilidad por lo que estaba ocurriendo. Miremos lo que ocurrió desde entonces", señaló.

"Pero si la Asean quiere lavarse las manos con respecto a Birmania, debería dejar de defender al régimen en la ONU. Algunos países del bloque protegieron a Birmania cuando la Asamblea General consideró el año pasado una resolución sobre la situación de los derechos humanos en ese país", agregó. "Eso sólo sirve para desviar la atención del régimen."

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