Desde el comienzo de la ofensiva militar israelí en Gaza, se redoblaron los llamados a una «fuerza internacional» para proteger a la población civil. Pero las facciones de la resistencia palestina, incluyendo a Hamás, rechazan la idea.
El 10 de este mes, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, pidió una "presencia internacional" para "proteger a los civiles palestinos" en Gaza, que ha sido gobernada por Hamás desde el verano boreal de 2007.
"Queremos que la fuerza internacional sea desplegada en Gaza, no en la frontera egipcia", dijo a periodistas en El Cairo.
Abbas añadió que no tenía objeciones al despliegue de una fuerza internacional en Cisjordania, administrada por la ANP, así como en Gaza. Según informes de prensa, varios países, incluyendo Turquía y un puñado de estados miembro de la Unión Europea, expresaron disposición a contribuir con tropas.
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El mismo día, el canciller de Egipto, Ahmed Aboul-Gheit, descartó el despliegue de tropas extranjeras a lo largo de la frontera de 14 kilómetros entre Egipto y Gaza. "No estarán del lado egipcio", dijo Aboul Gheit en conferencia de prensa.
Sin embargo, no descartó expresamente la idea de una fuerza internacional dentro de Gaza.
La idea estaba flotando desde antes. Luego de que Hamás sacó por la fuerza a Gaza de las manos de la ANP en junio de 2007 (tras haber ganado las elecciones legislativas en 2006), Abbas hizo un llamado público al envío de soldados extranjeros al territorio. "Hemos insistido en la necesidad de desplegar una fuerza internacional en la Franja de Gaza para garantizar la entrega de la ayuda humanitaria y permitir que los ciudadanos se vayan libremente", dijo.
Pero con la excepción del partido Al Fatah de Abbas, respaldado por Estados Unidos, la idea fue rápidamente desechada por las facciones de la resistencia. Hamás declaró que "bajo ninguna circunstancia" permitiría que fuerzas internacionales entraran a la Franja, y alertó que de ser enviadas, esas tropas serían "recibidas con disparos de artillería y misiles".
El Cairo también descartó la idea entonces. Un despliegue internacional en Gaza, dijo una fuente diplomática, "tendría un efecto negativo en la unidad nacional (palestina), en la frontera y en la seguridad nacional egipcia.
Aunque la propuesta de Abbas finalmente fue desechada, fue apoyada por el ministro de Asuntos Estratégicos de Israel, Avigdor Lieberman, jefe del partido derechista Yisrael Beiteinu. Entonces, Lieberman llegó a visitar varios países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) con la intención de ganar apoyo a la idea.
Ahora, tras tres semanas de ataques israelíes por agua, mar y tierra, las facciones de la resistencia palestina no parecen más dispuestas que antes a aceptar la idea.
Respondiendo a la última propuesta de Abbas el mismo día, líderes de las 10 facciones de la resistencia, incluyendo a Hamás, la Jihad Islámica, y el Frente Popular para la Liberación de Palestina, declararon su "total rechazo a cualquier fuerza internacional u observadores en la Franja de Gaza".
En una declaración conjunta el 10 de este mes, reiteraron su "rechazo a cualquier acuerdo de seguridad que competa a la resistencia o a su derecho a resistirse a la ocupación" israelí.
Moussa Abu Marzouk, vicepresidente de la oficina política de Hamás, calificó de "ridícula" la idea.
"Hemos visto cómo instituciones internacionales han protegido sus escuelas y oficinas hasta ahora", en referencia al bombardeo israelí el 6 de este mes de una escuela de la Organización de las Naciones Unidas, en la que murieron unas 45 personas, en su mayoría mujeres y niños. "¿Cómo puede esperar que protejan al pueblo palestino?", añadió.
