Dos semanas después de asumir metas en su Plan Nacional de Cambio Climático, Brasil anunció su Plan Decenal de Expansión Energética, que prevé construir hasta 2017 más de 80 centrales termoeléctricas alimentadas con combustibles fósiles y 71 hidroeléctricas, muchas en la Amazonia. El documento del Ministerio de Minas y Energía provocó reacciones. Según la organización ambientalista Greenpeace, va a contramano de un nuevo acuerdo climático, al ignorar la eficiencia energética.
“La contradicción” entre los planes energético y climático “no se relaciona sólo con las termoeléctricas sino con una visión general, de incrementar la generación mientras se desperdicia un quinto de la energía generada”, dijo a Tierramérica el ambientalista Roberto Smeraldi, director de Amigos de la Tierra/Amazonia Brasileña.
El programa supondrá un retroceso “si no sufre profundas correcciones”, evaluó la ex ministra de Medio Ambiente, Marina Silva.
