DESARROLLO: Portugal, al final de la fila de la igualdad

Todas las predicciones de los analistas económicos se cumplieron: Portugal se consagró como el país más desigual de la Unión Europea y se ubicó en los últimos lugares de la equidad socio-económica entre los miembros de la OCDE.

El documento divulgado este martes por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) indica que Portugal empata con Estados Unidos y sólo es superado por Turquía y México en la escala de estados con mayor injusticia en distribución de la riqueza.

La OCDE está integrada por 22 países europeos, la euro-asiática Turquía, Australia, Canadá, Corea del Sur, Estados Unidos, Japón, México y Nueva Zelanda.

En el documento titulado "Crecimiento y Desigualdades", este bloque con sede en París sostiene que la distancia entre ricos y pobres aumentó en todos los países miembros en los últimos 20 años, con las excepciones de España, Francia e Irlanda.

Entre los peores efectos del incremento de las desigualdades, el estudio destaca "el aumento de la pobreza infantil". Dinamarca y Suecia comparten el primer lugar como los países más justos en la distribución económica, mientras que en el extremo opuesto se ubica México, que supera a corta distancia a Turquía, y un poco más lejos a Estados Unidos y Portugal.
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El director editorial del semanario Visão de Lisboa, José Carlos de Vasconcelos, comentó a IPS que el gobierno portugués del primer ministro socialista José Sócrates, desde antes aun de la crisis financiera mundial, intenta "superar las enormes dificultades resultantes de las perversiones de un sistema que, además de ser tremendamente injusto, ahora mostró tener pies de barro".

"Sólo con principios y valores se puede derrotar ese sistema, el que no mira los medios para lograr sus fines, los famosos ‘objetivos’, que son siempre cada vez más lucros, conseguidos a cualquier precio", apuntó este escritor, abogado y periodista.

De Vasconcelos concluye recordando que "hubo una época en que se hablaba mucho de los ‘tigres de papel’ y, ahora, la crisis mostró que por largo tiempo vivimos en una economía de papel, donde lo que parece no es, con instituciones sin ninguna credibilidad, que sólo contribuyeron para el descalabro".

La tendencia de la mayoría de los países investigados camina hacia abajo, porque "en tres cuartos de los 30 miembros de la OCDE, las desigualdades de ingresos y el número de pobres aumentaron durante las dos últimas décadas".

Sin embargo, se reconocen algunos avances en México, Grecia, Australia y Gran Bretaña, que registraron mejores resultados desde 2000 en cuanto al foso que distancia entre habitantes ricos y pobres.

Una situación inversa se registra en el mismo lapso de los últimos ocho años, por orden de intensidad, en Canadá, Alemania, Noruega, Estados Unidos, Italia y Finlandia, países donde aumentaron las diferencias entre las capas más pudientes y las más postergadas de la sociedad.

El llamado "riesgo de la pobreza", que tradicionalmente afectaba más a la ancianidad, en las últimas dos décadas se movió hacia la juventud y la infancia, con especial relevancia en los países donde las diferencias sociales son más marcadas y la movilidad social más baja, estima la Organización.

Las familias ricas mejoraron mucho su situación en comparación con las más pobres, afirma la OCDE, que define como situación de pobreza la de personas con ingresos inferiores a 50 por ciento del promedio del respectivo país.

La situación de la infancia en las últimas dos décadas "debería llamar la atención de los poderes públicos", subraya el estudio, que a renglón seguido coloca los ejemplos de "Alemania, República Checa, Canadá y Nueva Zelanda, los países donde la pobreza infantil más aumentó".

En contrapartida, en esos cuatro países la franja de edad entre 55 y 75 años "vio sus ingresos aumentar más en los últimos 20 anos", siendo la pobreza entre los jubilados actualmente inferior al promedio del conjunto de la OCDE.

En sus pasajes finales, el estudio exhorta a los gobiernos a adoptar medidas preventivas para crear condiciones de acceso a trabajos remunerados, porque "lo importante no es la igualdad de situaciones, sino la igualdad de oportunidades".

En este sentido, el documento de la OCDE concluye preconizando que sus miembros deben realizar serios esfuerzos en los sectores de la educación y la salud, "dos pilares básicos que sustentan la reducción de las disparidades".

El caso portugués ha sido citado en varios estudios de la UE y en análisis de la prensa económica especializada como el país con mayor desigualdad en una misma empresa, pública o privada, entre el ingreso de un administrador-gerente y el sueldo medio de un funcionario, que puede llegar hasta ser de 34 veces.

Asimismo, Portugal es el país de la UE donde más se siente la inseguridad sobre el futuro, ya que los contratos laborales inestables y los empleos precarios alcanzan a 22,4 por ciento del universo de trabajadores dependientes.

Los datos de 2007 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) indican que los vínculos laborales precarios crecieron 47 por ciento en 10 años.

En la actualidad, "son 685.000 personas, toda empleadas con contratos a término, las que viven sin saber cómo van pagar el alquiler dentro de tres, seis o 12 meses, en caso que la empresa no renueve su vínculo laboral o no le integre en el cuadro", indica un comentario sobre los datos del INE del diario Público, de Lisboa.

Existe todavía una situación peor, que es la de las personas que trabajan bajo el sistema de los llamados "recibos verdes", facturas impresas por el Ministerio de Finanzas para declarar trabajos realizados y sobre los cuales es necesario pagar impuestos, pero que no ofrecen ninguna prueba de vínculo laboral legal con el patrón.

El INE estima que son 188.000 las personas que extienden "recibo verde" y que forman parte del funcionamiento normal de una empresa, sujetas a horario y subordinación jerárquica, pero que reciben su salario como si fuesen simples proveedores externos de servicio.

Es decir que la empresa no tiene ningún compromiso laboral legal con este tipo de trabajadores, pudiendo prescindir de sus servicios en cualquier momento sin que el patrón esté obligado a un aviso previo.

Un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), dado a conocer el viernes de la semana pasada, coloca a Polonia, gobernada por la Democracia Cristiana, y a Hungría y Portugal, con ejecutivos socialistas, como los tres países de la UE donde más ha crecido la desigualdad social en los últimos años.

Los tres países se destacan como el grupo donde más creció la diferencia salarial entre el décimo de funcionarios mejor pagados y el extremo opuesto del mismo porcentaje de los más bajos ingresos, "con una tendencia a empeorar", según esta agencia especializada de la Organización de las Naciones Unidas.

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