AGRICULTURA-ÁFRICA: No hay una receta única

Cautela es la virtud necesaria para impulsar la producción de alimentos en África evitando daños sociales y ambientales a largo plazo, según un experto en la lucha contra el hambre en ese continente.

Algunas de las recetas recomendadas para sacar a África de carestía de alimentos pueden hacer más mal que bien, sostuvo el presidente de la organización estadounidense Millennium Institute, Hans Herren.

Conocido por desarrollar un sistema de protección biológica contra la plaga de insectos coccoideos, que puso en riesgo la producción de mandioca en África en los años 80, Herren se opuso a las recomendaciones del economista Jeffrey Sachs, asesor de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en la lucha contra la pobreza.

En tanto Sachs sostiene que hay que darles abundantes fertilizantes a los agricultores africanos, Herren señala que el uso excesivo de químicos puede propagar la contaminación.

Para él, los fertilizantes son sólo "una solución provisoria". "Sí, necesitamos fosfatos en algunas zonas demasiado pobres, pero debemos tener cuidado con el nitrógeno porque contamina los ríos muy fácilmente".
[related_articles]
"Temo que la crisis alimentaria y de precios sólo impulsen recetas apresuradas que no apuntan a las causas" de los problemas profundos de la agricultura africana, dijo Herren a IPS. "Tenemos que lidiar con todo como un conjunto. No se puede destacar un aspecto."

Herren consideró que sería contraproducente eliminar los aranceles que protegen a los agricultores de los países pobres de las importaciones, como se propone en las negociaciones de la Ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

"En Europa tenemos barreras, ¿por qué un agricultor keniata no puede ser protegido del maíz importado?", preguntó..

Herren estuvo en Bruselas esta semana para analizar el último informe de la Evaluación Internacional del Conocimiento, la Ciencia y la Tecnología en el Desarrollo Agrícola (IAASTD, por sus siglas en inglés).

La IAASTD está vinculada al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que asesora a los países miembros de la ONU.

África subsahariana es una excepción al patrón de desarrollo agrícola mundial en los años 60. La producción mundial de cereales se duplicó, pero el hambre y la desnutrición siguen elevadas en Asia meridional y en gran parte del continente africano, según la IAASTD.

La ayuda dirigida especialmente a desarrollar el potencial de la agricultura africana también se desplomó. La asistencia al desarrollo dada por las naciones ricas a las pobres aumentó 250 por ciento entre principios de los años 80 y 2005, pero la proporción destinada a la agricultura cayó de 17 por ciento a tres por ciento.

La IAASTD también sostiene que los fondos públicos ayudarán más a los agricultores que las inversiones privadas y que se necesita un esfuerzo coordinado para garantizar la sustentabilidad de la agricultura a largo plazo.

Actualmente, a este sector corresponden más de la mitad de las emisiones mundiales de metano y óxido nitroso, gases de efecto invernadero vinculados a la actividad humana.

Esos gases invernadero, además del dióxido de carbono, son considerados por la mayoría de los científicos como responsables del recalentamiento planetario y del consiguiente cambio climático.

El vicepresidente de la Alianza para una Revolución Verde en África (AGRA), el nigeriano Akin Adesina, hizo un análisis diferente de la situación.

"La cantidad de fertilizantes empleada por hectárea en África subsahariana es el más bajo del mundo", subrayó Adesina. "Es la única región con un enorme déficit de fertilizantes. No es la única solución, pero sin ellos no hay agricultura."

Presidida por el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, AGRA se financia principalmente con aportes de la Fundación Bill y Melinda Gates y la Fundación Rockefeller.

Sin embargo, Adesina advirtió que los esfuerzos para desarrollar la agricultura deben prestar atención al ambiente.

"Lo que el continente necesita es una 'revolución verde' africana, que reconozca la biodiversidad y que se tome muy en serio las cuestiones ambientales", arguyó.

El vicepresidente de ACRA hacía alusión al término acuñado en 1968 por William Gaud, entonces administrador de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.

Así se denominó a la creciente producción agrícola observada en América Latina y Asia entre los años 40 y 60 gracias a un mayor uso de fertilizantes y mejores variedades de cultivos, entre otros mecanismos.

Adesina también se lamentó de que África haya "sufrido tanto tiempo hambre" y de que "la única razón por la cual ahora hablamos de eso es porque se expandió de zonas rurales a urbanas", donde hubo disturbios por la carestía.

También sugirió que las grandes importaciones de alimentos en África —que aumentaron de 88.000 millones de dólares en 2006 a 119.000 millones en 2007— obstaculizaron el desarrollo agrícola del continente.

"¿Por qué África tiene que ser la única región del mundo que mendiga alimentos?", preguntó. "Es totalmente inaceptable."

Adesina participó en un seminario para analizar el papel de fundaciones financiadas por grandes compañías en África.

El encuentro fue organizado por el Centro Técnico de Cooperación Agrícola y Rural, dedicado a las relaciones entre Europa y sus ex colonias de África, el Caribe y el Pacífico, unos 80 estados conocidos como países ACP.

La economista del Banco Mundial Olga Sulla señaló que cinco por ciento de los activos de los 700 multimillonarios del planeta se destinan a la filantropía.

La mayoría de las fundaciones estadounidenses financiadas por empresas respaldan proyectos dentro de su país y en las llamadas economías emergentes como Brasil e India, pero muy pocas muestran gran interés en la agricultura africana.

El experto en desarrollo rural del Church Development Service en Alemania Rudolf Buntzel señaló su preocupación de qué las fundaciones vinculadas a las grandes compañías no defienden los intereses de los pobres con el mismo empeño de las organizaciones no gubernamentales.

"No se puede aliviar la pobreza sin inmiscuirse seguido en los conflictos con poderosos intereses investidos", alegó. "Mi pregunta a esos donantes es: ¿están dispuestos a involucrarse en esos conflictos?".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe