NEPAL: Ex insurgentes maoístas se arman con el voto popular

Las encuestas estaban equivocadas: la ciudadanía de Nepal le dio la mayoría de los escaños parlamentarios al hasta hace poco insurgente Partido Comunista de Nepal-Maoísta (PCN-M), según datos oficiales conocidos este lunes.

De los 196 asientos atribuidos hasta este lunes por las autoridades electorales tras los comicios del jueves, el PCN-M obtuvo 108. Por lo tanto, tiene una ventaja muy cómoda como para lograr la mayoría simple.

Las elecciones, postergadas en dos ocasiones, consistieron en la elección de 240 escaños por distritos (cada votante debía señalar en la lista a su preferido) y 335 por representación proporcional (mediante una competencia de lista contra lista).

Otros 26 legisladores serán designados por el nuevo gobierno, cuando se forme.

La nueva Asamblea Nacional tendrá la tarea de diseñar una nueva constitución republicana que acabará con una monarquía de 240 años.

El PCN-M firmó en noviembre de 2006 un pacto con la coalición de siete partidos opuestos al régimen autocrático del rey Gyanendra, merced al cual puso fin a la insurgencia y participó en los preparativos hacia las primeras elecciones generales desde 1991.

Si el PCN-M obtiene la mayoría simple de la asamblea, su primera decisión será abolir la monarquía.

El sector comunista siempre aseguró contar con gran apoyo popular, pero, aun así, el resultado de las elecciones tomó por sorpresa tanto a sus dirigentes como a sus rivales.

Excepto en las llanuras centrales, donde los partidos regionales tuvieron buena votación, y en el montañoso oriente, la otrora organización guerrillera fue protagonista excluyente de las elecciones.

Sesenta por ciento de los 17,6 millones de ciudadanos habilitados para votar eligieron el partido maoísta.

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Unión Europea y el Centro Carter aseguraron que los comicios fueron limpios, y aplaudieron la tarea a cargo de la estatal Comisión de Elecciones, asistida por la Misión de la ONU en Nepal (UNMIN).

Los dirigentes más conocidos del PCN-M accedieron al parlamento. Por otra parte, dirigentes muy connotados de los sectores antes mayoritarios, el Partido del Congreso Nepalés y el Partido Comunista-Unificado (PCN-U) no maoísta, perdieron ante candidatos relativamente desconocidos.

"Esperábamos este apoyo", dijo el segundo dirigente del PCN-M, Baburam Bhattarai, a IPS. "Los que se negaban a ver la realidad eran los grandes medios de comunicación y los autodenominados expertos."

Pero Nilambar Acharya, un conocido analista político local, afirmó que "nadie esperaba estos resultados, ni siquiera los maoístas".

Nadie discute, sin embargo, la desilusión popular con el Congreso Nepalés y con el PCN-U, que gobernaron el país durante 15 años desde 1990, cuando la primera revuelta popular acabó con el régimen Panchayati, una dictadura apoyada por la corona sin participación de partidos.

"Más que un voto de apoyo para los maoístas, se trató de un castigo para el Partido del Congreso y el PCN-U", sostuvo Acharya.

La ciudadanía, según el analista, apreció el gesto del PCN-M de unirse al proceso multipartidario luego de conducir durante diez años una insurgencia sangrienta.

El líder del Partido del Congreso, Prakash Sharan Mahat, admitió que la ciudadanía manifestó su malestar contra los dos grandes sectores políticos. El suyo es el más antiguo del país.

"Pero no fue ésa la única razón de nuestra inesperada derrota. El factor del miedo fue fundamental. Los candidatos y dirigentes maoístas amenazaron con volver a la jungla y con librar otra 'guerra popular' si no lograban el triunfo", dijo Mahat a IPS.

La afirmación del líder fue confirmada por organizaciones independientes como la Alianza Nepalesa para el Control de Elecciones y el Comité de Observación de las Elecciones Nepalesas, que desplegaron miles de observadores por todo el país.

Ambas instituciones aseguraron que dirigentes maoístas recurrieron a amenazas, intimidaciones y actos de violencia para aterrorizar a los votantes y a sus rivales.

Los rivales de Bhatarai en el distrito de Gorkha pidieron una postergación de los comicios, y afirmaron que los dirigentes maoístas les impidieron distribuir material impreso.

En la jornada electoral, los partidos tradicionales acusaron al maoísmo de obstaculizar el ingreso de veedores en los circuitos de votación.

"Esta acusación es repetida por partidos que el pueblo rechazó y que no aceptan la voluntad ciudadana", dijo Bhattarai.

Mientras el maoísmo se prepara para formar gobierno, la pregunta que todos se hacen es cuál será la actitud de los restantes partidos.

"Repensar, reconstruir y reformar será el mantra del Partido del Congreso y, también, del PCN-U", sostuvo Acharya.

El consenso es la regla dorada de la constitución en ciernes. Se requiere una mayoría de dos tercios para resolver las cláusulas más conflictivas, y los maoístas aún tienen que negociar con sus eventuales aliados.

"Tenemos el mandato de reestructurar el Estado y la sociedad. El pueblo expresó por abrumadora mayoría su deseo de cambio", dijo Bhattarai.

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