JUEGOS OLÍMPICOS-AUSTRALIA: Protibetanos soplan fuerte

Mientras gran parte de la comunidad china en Australia llama a no mezclar deporte con política, nada parece detener las protestas contra el régimen chino a medida que la antorcha olímpica avanza hacia Canberra, próxima escala rumbo a Beijing.

"Creemos que los Juegos Olímpicos deben ser apolíticos. No corresponde utilizarlos con propósitos políticos", dijo Sai-Chung Chiang, presidente del Club de Estudiantes Chinos de Australia (ACSC) en la Universidad de Tecnología en Sydney.

Pero con cada hora que pasa se hacen más remotas las posibilidades de que se atempere el tono político con que el público australiano percibe los Juegos.

Desde la ceremonia de encendido de la antorcha en Olimpia, Grecia, hace un mes, se realizaron a su paso protestas contra la represión en Tíbet y otras regiones de China, contra la pena de muerte y otras violaciones de derechos humanos y civiles en el país asiático y contra su apoyo a regímenes como los de Sudán y Birmania.

Esas manifestaciones fueron particularmente intensas, y hasta violentas, en Londres, París y Nueva Delhi.
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Las autoridades australianas no han dejado nada al azar. La seguridad es su prioridad. El recorrido de la antorcha se redujo cuatro kilómetros, y será, en total, de 16. Se han instalado barreras metálicas para impedir el paso del público a la carretera.

Se asignaron facultades extraordinarias a la policía, que podrá detener y registrar a personas, así como requisar "elementos prohibidos" como huevos, bombas de pintura y pelotas.

Se ha desplegado a la mitad de los policías actuantes en Canberra y sus alrededores y se convocó a otros del resto de Australia. El dispositivo de seguridad tendrá un costo de 1,9 millones de dólares estadounidenses, el doble de lo previsto.

Asimismo, los organizadores se reservaron la posibilidad de alterar el recorrido de la antorcha a último momento, en caso de que las protestas se salgan de control.

El canciller de Australia, Stephen Smith, manifestó su preocupación ante posibles actos de violencia. Si alguien quiere protestar, advirtió, deberá "hacerlo de modo pacífico".

El embajador de China, Zhang Junsai, recordó al público australiano que la consigna de los Juegos Olímpicos es "iluminar la pasión, compartir el sueño".

Mientras, la Asociación de Estudiantes y Académicos Chinos indicó, según informes periodísticos, que instalará "hombres fuertes" en la ruta de la antorcha para protegerla de ataques. Otras organizaciones de la comunidad china, como la ACSC, tomaron distancia de esos anuncios.

"Las organizaciones chinas somos independientes unas de otras", dijo Chiang, de ACSC, a IPS. De todos modos, agregó, "creemos negativo que el paso de la antorcha sea politizado en cualquier sentido."

Pero el presidente del Consejo Tibetano de Australia (ATC), George Farley, cree que "la política y el deporte están inextricablemente vinculados y quien no entienda eso no vive en el mundo real".

En ese sentido, Farley recordó que los Juegos Olímpicos de 1936 en Berlín fueron concebidos por Adolf Hitler como una plataforma para el régimen nazi en Alemania, y que em 2007 el entonces primer ministro australiano John Howard prohibió una gira de la selección nacional de cricket a Zimbabwe.

La comunidad tibetana de Canberra convocó a sus simpatizantes a protestar en la ciudad mientras transite por allí la antorcha olímpica. Farley confía en que la manifestación será pacífica.

"No quiero la suspensión de los Juegos. No tengo nada contra los atletas ni contra el deporte, pero vivimos en un mundo muy interdependiente" y los Juegos Olímpicos "son 100 por ciento políticos", dijo Farley a IPS.

China pretende que los Juegos marquen su estatus ascendente en los asuntos globales, agregó. "Es su manera de decir: 'Hemos llegado, somos un país políticamente poderoso'", opinó el activista protibetano.

Pero Farley también recordó que China había asumido una serie de compromisos en materia de derechos humanos ante el Comité Olímpico Internacional (COI), al asignarse a Beijing la organización de los Juegos de este año.

El propio presidente de la COI, Jacques Rogge, le reclamó a China avanzar en "su agenda social, incluida la de derechos humanos". "Le pedimos respetar su compromiso moral", agregó.

Farley indicó que el régimen chino "rompió todos los compromisos de derechos humanos que asumió".

Mientras, Chiang sostuvo que el ASSC valora los derechos humanos como asunto de "importancia suprema", pero advirtió que China es soberana sobre Tíbet. "Las alertas por derechos humanos deberían distinguir a los movimientos separatistas", argumentó.

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