COLOMBIA: La política es puerta de salida de la guerra

La solución del conflicto armado en Colombia es política y el gobierno debe desmilitarizar una zona para que se concrete el canje humanitario de retenidos por la insurgencia por guerrilleros presos, postularon en la capital venezolana los cuatro ex parlamentarios liberados por las FARC.

Esa opinión es compartida por Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial que también tiene nacionalidad francesa y permanece cautiva en gravísimas condiciones de salud, aseguró Luis Eladio Pérez en rueda de prensa junto a Gloria Polanco, Jorge Eduardo Gechem y Orlando Beltrán Cuellar.

Los cuatro ex legisladores fueron dejados libres el miércoles por las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), que los entregaron en un paraje de la selva colombiana a enviados del presidente de Venezuela, Hugo Chávez, quien luego los recibió como sus huéspedes en Caracas.

"Queremos presionar a las partes para que entiendan que la solución es política", dijo Pérez. "Si el presidente Álvaro Uribe insiste en la terca necedad de rescates militares, lo que va a recibir son 30 o 40 cadáveres, porque contribuiría a una masacre que así ha sido dispuesta por el secretariado (alto mando) de las FARC en caso de un absurdo ataque en una de esas maniguas (terrenos boscosos y pantanosos)".

"Necesitamos una salida política al conflicto en Colombia y una primera luz se ha presentado al conseguir el presidente Chávez y la senadora (liberal colombiana) Piedad Córdoba", sostuvo por su parte el ex senador Gechem.

Para Polanco, quien arrancó lágrimas a periodistas con el relato sobre su cautiverio, si no se despejan Pradera y Florida, nuestros compañeros —unos 40 rehenes en manos de la insurgencia, entre políticos, militares, policías y personal estadounidense—pueden morir. A la vida se le debe dar más valor que a un pedazo de tierra, a unos kilómetros".

Las FARC demandan el despeje militar de esos municipios del sudoeste colombiano para negociar en ese espacio, que pasaría a ser controlado por sus fuerzas guerrilleras y observadores internacionales por un plazo de 45 días. La guerrilla izquierdista propone canjear los rehenes en su poder por unos 500 insurgentes que hoy están tras las rejas, dos de ellos en Estados Unidos.

Pérez dijo que a ese respecto presentarán una propuesta al derechista presidentes Uribe y a sus pares Chávez y Nicolás Sarkozy, de Francia, quien se dijo dispuesto a viajar para recibir a Ingrid si es necesario, "pero no debemos hacerla pública hasta que se la presentemos a ellos".

Chávez, por su parte, ha propuesto "formar un grupo de países amigos tipo Contadora (que contuvo la guerra civil centroamericana hace dos décadas) para lograr el canje humanitario. Se podría formar inmediatamente para recibir emisarios de Marulanda ("Manuel Marulanda", jefe de las FARC) y del gobierno, para discutir la liberación". El ministro colombiano del Interior, Carlos Holguín, reiteró la posición de Bogotá en el sentido de que "zona de despeje no es posible", aunque sí "una zona de encuentro, donde quieran (las FARC), en un área despoblada sin presencia de ellos ni del ejército".

La tesis de Uribe es que la zona de despeje en un anterior diálogo con la guerrilla, durante el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) que le precedió, San Vicente del Caguán no produjo resultados para la paz y permitió a la guerrilla reabastecerse, fortalecerse y sostener su práctica de secuestros.

Pérez desafió a Uribe "a demostrar el éxito de su política de seguridad democrática despejando los municipios de Pradera y Florida para que luego de 45 días las Fuerzas Armadas recuperen ese territorio".

Relató que las columnas guerrilleras que le transportaban se paseaban por territorios "recuperados" o "bajo control" de unidades militares y policiales, y que incluso estuvo en varias ocasiones cautivo en el norte de Ecuador, aunque no cree que en Venezuela.

En un aparte con IPS, Pérez dijo que, "si Uribe teme que el despeje, de un área muy pequeña del territorio colombiano y durante muy pocos días, se la convierta en epicentro de una nueva ola de secuestros, entonces eso significa que su política de seguridad democrática no es tan fuerte como se le vende a los colombianos".

"Ya hubo demasiadas muertes testimoniales. Uribe debe asumir su responsabilidad y comprender que los medios pueden llegar a condicionar a los fines, y que la fuerza no es el mejor medio de alcanzar la paz", añadió Pérez.

Beltrán dijo que "las FARC han empezado a entender que ese método abominable del secuestro no es la salida", y estimó que "uno de los puntos de un acuerdo humanitario es que las FARC acepten que no optarán más por el secuestro como recurso político".

Pérez caracterizó a las FARC como "una fuerza política y militar que utiliza prácticas terroristas, entre ellas el secuestro", pero rehusó la etiqueta de "narcoguerrilla".

"No creo que sea directamente una narcoguerrilla, pero sí tiene participación en el negocio del narcotráfico, porque cobra un porcentaje cuando se hacen operaciones de tráfico de drogas en las zonas donde opera", argumentó Pérez a IPS.

Los cuatro ex rehenes coincidieron en su preocupación prioritaria por el caso de Betancourt, que está en una situación de salud "supremamente difícil" y se encuentra emocionalmente muy abatida, aunque "lucharemos igual por la libertad de todos, pues no creemos que hayan rehenes de primera, de segunda y de tercera", según Beltrán.

"Yo en particular le debo la vida a Ingrid. Cuando en la selva caí víctima de un infarto y un paro diabético, fue ella quien me ayudó, desde lavarme la ropa hasta auxiliándome para caminar. Al Dios de los colombianos le pido que en mis últimos días me permita estar con mi familia y retribuirle por ese apoyo a Betancourt", expresó Pérez.

Los cuatro anunciaron que acompañarán las jornadas contra la violencia, el paramilitarismo y por el acuerdo humanitario y la paz, que distintas organizaciones convocaron para el 6 de marzo en Colombia, después que el pasado 4 de febrero en los cinco continentes hubo demostraciones bajo la consigna "No más FARC".

Pérez interpretó que "se da una toma de conciencia en la sociedad colombiana contra la violencia. Las FARC son una forma de violencia. Eso es lo rescatable de esas marchas".

En lo inmediato, dados los quebrantos de salud al cabo de seis años de cautiverio, permanecen en Caracas efectuándose exámenes médicos, pero los cuatro desean regresar lo más pronto posible a Colombia.

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