DERECHOS HUMANOS-CUBA: Entre luces y sombras

El gobierno cubano anunció que firmará en breve dos pactos internacionales sobre derechos humanos, como muestra de su decisión de estrechar la colaboración con las Naciones Unidas en esta materia, durante años epicentro de enfrentamientos con Estados Unidos y otros países.

En tanto, sectores disidentes que actúan en Cuba sin reconocimiento legal conmemoraron de distintos modos y con más o menos suerte el 59 aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 10 de diciembre de 1948.

Así, mientras partidarios del gobierno interrumpieron de manera abrupta la demostración de unos 14 opositores en un parque aledaño a la sede de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) en La Habana, las Damas de Blanco recorrieron un largo trecho por calles capitalinas en medio de la curiosidad de los transeúntes y sin ser molestadas.

En las primeras horas de la mañana, el canciller Felipe Pérez Roque dijo en conferencia de prensa que su país suscribiría en el primer trimestre de 2008 el Pacto Internacional de los Derechos Económicos, Sociales y Culturales y del Pacto de los Derechos Civiles y Políticos.

La decisión fue aplaudida casi de inmediato por la coordinadora del Sistema de las Naciones Unidas en Cuba, Susan MacDade, quien dijo a la prensa que se trataba de una señal muy positiva, reflejo de la participación plena de Cuba en los instrumentos multilaterales.
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Ambas convenciones entraron en vigor en 1976, y los estados firmantes asumen, entre otras, la obligación de respetar y asegurar los derechos humanos reconocidos de toda persona en su territorio o bajo su jurisdicción, lo que implica que deben adoptar medidas para que tales garantías sean efectivas.

Pérez Roque recalcó que los derechos reflejados en estos dos pactos se encuentran ampliamente protegidos por el ordenamiento jurídico y la "obra de la revolución cubana desde el 1 de enero de 1959", fecha de inicio del proceso político encabezado por Fidel Castro, actualmente convaleciente de graves problemas de salud.

En su opinión, la "manipulación política" y los intentos de Estados Unidos de "utilizar" el asunto de los derechos humanos para justificar el "bloqueo y las agresiones" contra Cuba restaron condiciones para evaluar nuevos compromisos con el sistema de la ONU.

El canciller añadió que esa situación cambió a partir de 2006, con el surgimiento del nuevo Consejo de Derechos Humanos, del que Cuba fue miembro fundador con el voto de más de dos terceras partes de la comunidad internacional, y la decisión de la ONU de descontinuar el mandato de un relator especial para la situación humanitaria en este país.

"Cuba no ha actuado ni actuará jamás bajo presión", recalcó el jefe de la diplomacia cubana, quien también reiteró que ahora que el asunto "ya no puede ser manipulado", serán invitados otros funcionarios especializados de la ONU. Al respecto, recordó la visita en noviembre de Jean Ziegler, relator especial para el derecho a la alimentación.

El gobierno cubano invitó a Ziegler luego de que el Consejo decidió dar por terminado el mandato de la representante personal para Cuba, Christine Chanet, de la alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Louise Arbour.

Chanet había recibido el mandato de dar seguimiento a Cuba en 2002, pero La Habana jamás permitió que pisara suelo cubano para hacer sus informes, por considerar que su nombramiento fue producto de una maniobra impuesta por Estados Unidos.

Bajo ese prisma, las autoridades cubanas acusan a la disidencia interna de "mercenaria" y de actuar al servicio de Washington.

"Aquí todos nos conocemos, son personas que sirven directa o indirectamente al gobierno norteamericano", dijo a IPS Reynier Fernández, quien afirmó ser jubilado de la industria siderúrgica.

El ciudadano dijo que esa era la razón fundamental por la cual personas afines al proceso revolucionario cubano enfrentaron e impidieron a un grupo no mayor de 15 opositores realizar una marcha convocada para celebrar el Día Internacional de los Derechos Humanos.

Sin embargo, alrededor de 40 Damas de Blanco, como se conoce a las esposas y familiares de disidentes presos desde 2003 bajo cargo de conspirar con Washington con fines subversivos, hicieron sin contratiempos una larga caminata durante la cual repartieron pequeñas ediciones de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

El domingo, las Damas asistieron como siempre a misa en la iglesia de Santa Rita, en el exclusivo barrio de Miramar, donde recibieron el apoyo de 15 mujeres provenientes en su mayoría de España, que hicieron coincidir su viaje a Cuba con la efeméride, aunque ingresaron al país con visas de turistas.

Las visitantes fueron retenidas posteriormente en sus hoteles por autoridades migratorias, y tenían previsto viajar de regreso la noche de este lunes, asistidas por funcionarios de la embajada española.

"Cuando llegamos por la noche al hotel, nos han dicho que debemos permanecer aquí hasta que el momento de ir al aeropuerto. Han sido muy corteses, pero nos han dicho que para participar en un acto como el de las Damas debíamos tener otro tipo de visa", dijo a IPS Francina Vila, regidora del Ayuntamiento de Barcelona, España.

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